Que baje Dios y lo vea, cuando Alcalá se convirtió en África





El perfil de los cerros que bordean la finca de La Oruga visto desde la orilla derecha del Henares



Que baje Dios y lo vea es una comedia de 2018 dirigida por Curro Velázquez con guión suyo y de Mauricio Romero y protagonizada por Karra Elejalde, Alain Hernández, El Langui, Macarena García, Joel Bosqued y Tito Valverde en los papeles principales.

La película se inicia con una escena en la que el padre Salvador, misionero en un país del África subsahariana, enseña a sus alumnos a jugar al fútbol. La escuela es asaltada por un grupo de guerrilleros armados que obligan al padre Salvador (Alain Hernández), bajo amenaza de muerte, a transferir 50.000 dólares de los fondos reservados del Vaticano, cuya cuenta piratea, a la de los guerrilleros. Aunque logra salvar la vida y la de sus protegidos es llamado a Roma donde, tras recibir una severa amonestación (cuenta con precedentes similares, hasta el punto de ser conocido como el Indiana Jones del clero), se le prohíbe volver a África siendo enviado como castigo a un monasterio que se encuentra al borde del cierre por quiebra económica y bajo la amenaza de convertirse en un parador de turismo.




Fotograma de la película, con los cerros al fondo y los guerrilleros africanos en primer plano


Una vez llegado allí choca con el prior del convento, el padre Munilla (Karra Elejalde), de carácter completamente opuesto al suyo y preocupado por la inevitable exclaustración de la comunidad. El padre Salvador le propone crear un equipo de fútbol e inscribirse en un campeonato religioso cuya final se celebrará en Roma. Tras múltiples peripecias, empezando por la escasa formación deportiva de sus pupilos, contra todo pronóstico logran llegar a la final donde tendrán como rival a la selección vaticana. Pese a sufrir presiones y coacciones para dejarse ganar, se proclaman vencedores y con ello logran salvar al monasterio al tiempo que el padre Salvador, perdonado por sus superiores, puede volver a su misión africana.

Se trata de una comedia amable y sin pretensiones que, aunque con altibajos y un final inverosímil se deja ver, algo que ya es bastante en comparación con otras películas españolas de su época. Recuerdo que cuando la vi, hace ya varios años, hubo un detalle en la escena inicial, la del asalto de los guerrilleros a la misión, que me llamó la atención: los cerros del fondo del paisaje me sonaban conocidos, e incluso sospeché que pudiera tratarse de los que limitan por el sur a la finca de La Oruga, uno de los pocos lugares en Alcalá en los que el Henares no pasa bordeándolos. Pero no estaba seguro y tampoco aparecía Alcalá como lugar del rodaje en los títulos de crédito, razón por la cual lo dejé en suspenso.




Otro fotograma con los cerros al fondo


No fue sino hasta hace poco cuando, consultando la página alcalafilmoffice.ayto-alcaladehenares.es, pude confirmar que mi intuición había estado acertada, ya que efectivamente esa escena fue rodada en La Oruga, ahora llamada La Vega del Henares. Y en la página de la finca, efectivamente, así lo confirman.

Tras la escena inicial la película se desarrolla en otros escenarios. El principal de ellos es el convento de la Caridad de Ciudad Rodrigo, reconvertido en el ficticio monasterio de San Teodosio. Otras localizaciones del rodaje fueron Pastrana, Madrid, El Escorial, Gozquez -una finca cercana a San Martín de la Vega-, El Viso del Marqués y Roma, para concluir con una vuelta a “África”, es decir a la finca complutense aunque en esta ocasión no se aprecian los cerros.




Y otro más


A modo de anécdota caber reseñar un pequeño gazapo del guión: la escuela en la que trabaja el padre Salvador se llama, tal como aparece escrito en la pared del barracón donde se ubica, probablemente una antigua instalación agrícola o ganadera de la finca, Siriwo School... cuando la escena está ambientada en un lugar indeterminado del África francófona dado que tanto el padre Salvador y sus alumnos como los guerrilleros que la asaltan hablan en francés, por lo cual debería estar escrito École Siriwo. Pero ya se sabe, la invasión del inglés es tal que se cuela hasta donde no debería estar.


Publicado el 28-1-2025