Falleció don José Chacón
Se nos fue para siempre, con esa irreversibilidad que sólo es capaz de dar la muerte. Se nos fue callada y discretamente, como acostumbraba a ser en vida puesto que, como todas las personas realmente valiosas, don José siempre huyó de oropeles y de huecas soberbias.
Conocía a José Chacón desde hacía varios años. Y si admiraba al poeta, admiraba aún más a la persona. Porque, por encima de todo, la bonhomía de don José brillaba con luz propia sin necesidad de ayudas ni barnices de ningún tipo, puesto que su calidad humana era tan grande como cautivadora.
Además era un excelente poeta, muy por encima de modas y movimientos, tan efímeros como mediocres, que no hacen sino contaminar la verdadera -y escasa- poesía; poeta sin etiquetas que unía la fertilidad a la calidad.
Don José se nos fue, pero nos dejó su obra: dos libros publicados, numerosas poesías dadas a conocer en la prensa local, y muchas obras aún inéditas. Lamentablemente, no podrá nunca más escribir sus romances; pero si la vida de un hombre se calibra por la obra que deja tras de sí, a buen seguro que el alma de don José podrá estar muy satisfecha de lo hecho.
No pude ir a dar el último adiós a don José; la celeridad con la que suceden las malas noticias me impidió tener conocimiento de tan lamentable suceso antes de que su cuerpo recibiera sepultura. Por ello, y a modo de modesto homenaje, quisiera desde estas páginas recordar unos versos suyos tan estremecedores como reveladores de su gran, de su enorme humanidad:
Ponedme el traje de siempre; (...) Teresas y Beatrices, (...) Que no me lleven en coche, |
Descanse en paz don José Chacón.
Ver también:
José Chacón o la
pasión por la poesía
Don José Chacón se lo
merecía
Publicado el 28-5-1988, en el nº 1.098 de
Puerta de Madrid
Actualizado el 26-5-2008