Penelogías, una nueva exposición de Paco Roldán





Conozco desde hace bastantes años a Paco Roldán, con el cual me precio de mantener una amistad, y si tuviera que elegir una única palabra para definirlo sería ésta: Vitalidad. Vitalidad en una obra pictórica que podrá gustar o no (a mí me gusta), pero que nunca dejará indiferente a nadie. Vitalidad también, valga la redundancia, en su vida personal, con múltiples avatares que abarcan de Suiza a Venezuela pasando, claro está, por esta Alcalá en la que él vuelca todo su cariño.

Sin embargo, y a pesar de que los cuadros de Paco son muy populares en nuestra ciudad, hasta este momento desconocía otra de sus facetas artísticas, el dibujo, por lo que la exposición recientemente inaugurada en la taberna del Rincón ha sido para mí una auténtica y agradable sorpresa. No son dibujos recientes ya que tienen varios años de antigüedad, pero continúan estando tan frescos como el primer día. En cuanto al tema abordado en ellos, resumido en el título de la exposición -Penelogías-, poco hay que decir que no sea lo llamativo del mismo: No es habitual que un artista de sexo y tendencias sexuales masculinas elija como motivo de inspiración el órgano sexual masculino, y tampoco lo es que lo aborde desde un punto de vista surrealista que a mí personalmente me recuerda a las obras de pintores como Max Ernst o Magritte.

Aquí radica, a mi modo de ver, el principal acierto de Paco, una exposición rabiosamente original que, a pesar del tema abordado, nada en absoluto tiene que ver con un erotismo manido ni mucho menos con una pornografía fácil. Supongo que habrá quien se escandalice y quien en el campo contrario intente sacar conclusiones rebuscadas de índole antimachista al contemplar, por ejemplo, penes rebanados o taladrados; allá ellos. De momento, que yo sepa, la exposición cuenta ya con una anécdota: Una cafetería alcalaína la rechazó argumentando -ni entro ni salgo si con motivos suficientes- que no lo consideraba oportuno al estar justo enfrente de un colegio... Como si los colegiales de ahora no nos dieran sopas con honda a todos los que nos criamos cuando todavía vivía el señor del Pardo.

Por mi parte, yo tan sólo veo arte y una forma divertida, ahora que tan de moda está -feliz casualidad- cierta pildorita mágica, de abordar un tema que hasta ahora ha tenido bastante de tabú tanto para los machos ibéricos -que haberlos haylos- como para las feministas pasadas de rosca, que por fortuna no son muchas pero sí las que meten más bulla. Paco ha sabido utilizar una sutil ironía que pone a sus dibujos muy por encima de la estrechez de miras de cualquier candidato a inquisidor, aunque habiendo quien llegó a considerar pornográfica la Maja desnuda de Goya, no se puede descartar nada.

De todos modos, lo que menos importa es el tema concreto de este puñado de dibujos: Paco Roldán es un artista y de sus manos sale arte independientemente del tema que aborde, razón por la que le animo a que siga adelante con su labor. Asimismo, le emplazo públicamente a que, de forma paralela a la pintura, retome también el dibujo, puesto que a la vista de lo expuesto es mucho también lo que tiene que decir al respecto. Estos dibujos, guardados durante doce años, me sirven de apoyo para emplazarlo públicamente a que siga dibujando a la par que pintando, puesto que quiera o no le han creado un compromiso con todos aquéllos que admiramos su obra.

Para terminar, no puedo evitar la tentación de lanzar una queja, amarga como amigo que soy de Paco pero también como alcalaíno: Resulta indignante constatar que un artista consagrado, que ha llevado sus cuadros hasta la lejana China y que ha expuesto siempre con éxito en tres continentes, siga teniendo vedadas las salas de exposiciones municipales de su ciudad natal; pero ya sabemos que la Fundación Colegio del Rey es, a efectos de exposiciones artísticas, un coto cerrado donde sólo tienen acceso las extravagancias del gusto de sus responsables sin que cualquier otro estilo artístico que no sean las vanguardias más trasnochadas tenga la menor posibilidad de entrada, lo cual en un organismo público financiado por dinero público resulta ser extremadamente grave. Por fortuna tenemos otras alternativas para comprobar que el arte actual no son tan sólo escobas colgando del techo o papeles de embalar embadurnados de pintura con una brocha gorda, pero como en una ocasión dijo alguien refiriéndose a algo ajeno por completo al tema que nos ocupa, no es eso.




Ver también: Paco Roldán y el Círculo de Contribuyentes


Publicado el 30-5-1998, en el nº 1.574 de Puerta de Madrid
Actualizado el 18-2-2008