Las lápidas de la Guerra Civil
O, por decirlo con mayor propiedad, las erigidas por el franquismo una vez terminado el conflicto. Como cabe suponer, y todavía más habiendo sido Alcalá fiel a la República hasta el hundimiento de ésta, la parafernalia de la propaganda franquista no podía obrar de manera diferente a como lo hiciera en cualquier otra población española, borrando hasta el último rastro de todo cuanto recordara al anterior régimen -en Alcalá la inquina llegó hasta el obtuso extremo de suprimir la calle dedicada a Esteban Azaña, padre del presidente Manuel Azaña- al tiempo que se implantaban sus símbolos sin, por supuesto tener en cuenta la opinión de los interesados, es decir, de los alcalaínos; ésta, como el valor en la mili, se suponía, y si alguien se atrevía a manifestar su descontento... pues peor para él, que no estaban los tiempos para disidencias ni para el ejercicio de la libertad de expresión.
La implantación de símbolos franquistas se centró básicamente en dos campos, el callejero, que como acabo de comentar fue convenientemente depurado al tiempo que se le añadían denominaciones acordes con el nuevo régimen -calle del Generalísimo, plaza de José Antonio...-, y lo que ahora se llama mobiliario urbano, esto es, monumentos y lápidas conmemorativas. Puesto que tanto el callejero franquista como el monumento a los caídos de la plaza de las Bernardas ya han sido considerados en sus respectivos artículos, en esta ocasión le corresponde el turno a las lápidas, de las cuales se conservan varias en la ciudad.
Lápidas de la plaza de las Bernardas
Las primeras a tener en cuenta son las dos lápidas dedicadas a los Caídos por Dios y por España, similares a las que se adosaron a los muros de las iglesias de la práctica totalidad de los pueblos y ciudades españoles. En el caso de Alcalá, por ser cuantioso el número de víctimas de la violencia en el bando republicano -las del bando franquista, como es de suponer, quedaron sumidas en el olvido-, fue necesario repartir sus nombres en dos lápidas, las mismas que, completamente maltratadas y abandonadas, flanquearon durante muchos años la puerta de la iglesia de las Bernardas, aunque según afirma Anselmo Reymundo en su libro Datos históricos de Alcalá de Henares , publicado en 1951, su ubicación original no fue la fachada de esta iglesia sino la de la Magistral, y más concretamente a ambos lados de la puerta que da a la plaza de los Santos Niños:
En cada lado de esta puerta [la de la plaza de los Santos Niños] se colocó, en fecha inmediata, una lápida de piedra que lleva grabados los nombres de los alcalaínos que por Dios y por España cayeron víctimas de las iras revolucionarias en el año 1936.
Desconozco la fecha en la que las lápidas pudieron ser trasladadas a las Bernardas; yo siempre las vi allí, y tampoco he encontrado ningún texto que lo indique.
Las lápidas, gemelas, eran de piedra caliza, con una cabecera en la que campeaba el escudo de la Falange -una de ellas lo había perdido- y la divisa Caídos por Dios y por España, junto con los nombres de José Antonio Primo de Rivera en la primera y el de José del Campo Clemente, jefe de la sección local de la Falange, en la segunda. A continuación venían los nombres de los fallecidos, cien en total -también es casualidad lo redondo de la cifra-, a dos columnas y en orden aproximadamente alfabético salvo los dieciséis últimos, aparentemente añadidos a última hora sin ningún concierto. Bajo la lista de los nombres, por último, aparecía la también falangista divisa de ¡PRESENTES!.
Lápida de la
izquierda
Los nombres que figuraban en la primera lápida eran los siguientes:
Julio Arévalo Niefa |
Maximino García García |
Lápida de la
derecha
Y los de la segunda:
Gerardo Morato Nuevo |
Leovigilda Surga Bentabol |
Estas dos lápidas sufrieron una larga serie de atentados salvajes -el sectarismo no entiende de ideologías, ni se puede justificar con ninguna de ellas- en forma de pintadas y lanzamiento de botes de pintura, los cuales acabaron provocando daños no sólo en las lápidas, sino también en la propia fachada de la iglesia. Nada diferente, por cierto, de lo que otros vándalos de distinto color, pero idéntico pelaje, hicieran en su día con la lápida de Manuel Azaña, como si destrozando monumentos pudieran conseguir imponer sus ideas. En 2016, aprovechando la restauración de la fachada de la iglesia dentro de las obras de rehabilitación integral del monasterio, fueron retiradas ambas lápidas en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, cabiendo esperar que éstas quedaran recogidas hasta que puedan ser conservadas en el nonato -y necesario- Museo de la Ciudad.
Lápida de José del Campo Clemente
Dada su importancia para la propaganda de las nuevas autoridades franquistas, José del Campo Clemente contó también con una lápida propia que fue descubierta en 1941 en la fachada de la que fuera su casa natal, situada en el número 1 de la calle del Ángel. Su leyenda era la siguiente:
Lápida de José
del Campo
LA CIUDAD DE ALCALA DE HENARES
A SU HIJO
JOSÉ DEL
CAMPO CLEMENTE
JEFE LOCAL DE LA FALANGE
MUERTO POR DIOS Y POR
ESPAÑA
EL 30 DE NOVIEMBRE DE 1936
EL EXCMO. AYUNTAMIENTO LE DEDICA ESTE
HOMENAJE EN LA CASA EN
QUE NACIO
XXX XI MCMXLI
Al igual que ocurre en el caso anterior, tampoco es posible verla. Hace algunos años, al instalarse en este edificio un establecimiento de hostelería sus responsables colocaron varios carteles publicitarios en la fachada, uno de los cuales la tapaba por completo. Posteriormente, a finales de 2013, los propietarios del inmueble la retiraron y se la entregaron al Ayuntamiento, quedando ésta depositada en dependencias municipales.
Lápida del Ayuntamiento
Existió una lápida en el interior del edificio del Ayuntamiento la cual fue retirada en un momento que no he podido determinar, presumiblemente con posterioridad a las elecciones municipales de 1979, y de la que ignoro su paradero. En ella se recordaba a las autoridades municipales y empleados del Ayuntamiento Caídos por Dios y por España. También desconozco la fecha de su erección, aunque lo más probable es que, al igual que la anterior, fuera colocada a principios de los años cuarenta del pasado siglo.
Lamentablemente, no dispongo de ninguna fotografía de la misma con la suficiente calidad para reproducirla, aunque sí puedo describirla. Era de piedra caliza, estaba encabezada al igual que la de José del Campo por una cruz con una palma de martirio atravesada, una arbitraria identificación de los asesinados del bando nacional -los del republicano evidentemente ni siquiera existían para las autoridades franquistas- con los mártires de la Iglesia. Bajo ella aparecía la frase:
Autoridades Municipales y
Empleados
de este EXCMO AYUNTAMIENTO
Caídos por DIOS y por
ESPAÑA
Seguida por una lista de nombres y sus respectivos cargos y una frase final que tampoco he podido leer, pero que cabe suponer fuera una de las habituales en la retórica de la época.
Lápida de la Catedral-Magistral
La relación de lápidas conmemorativas de la Guerra Civil erigidas durante el franquismo se completa con la que, fechada en 1966, se colocó en uno de los lienzos de la fachada de la Catedral-Magistral que da a la plaza de los Santos Niños. De espíritu similar al de las anteriores -una relación de víctimas de la represión republicana-, está dedicada en esta ocasión a los sacerdotes y religiosos asesinados en la ciudad, Mártires de Jesucristo conforme a la particular retórica de la época:
Lápida de los sacerdotes
muertos durante la Guerra Civil
SACERDOTES
MARTIRES DE JESUCRISTO SANTA E INSIGNE
IGLESIA MAGISTRAL D. JULIAN FERNANDEZ DIAZ, ABAD Y
CURA CLERO PARROQUIAL. REVERENDOS SRES.: D. CESAR MANERO
ZARO, CURA DE LA RELIGIOSOS. REVERENDOS: P. MARIANO SANCHEZ
SOBEJANO, FILIPENSE ANTE LOS OJOS DE LOS NECIOS
PARECIERON MORIR..., (Sabiduria III, 2). 1966 |
Curiosamente, algunos de los nombres de esta lápida, en concreto los de los cuatro últimos escolapios, no aparecían en las de la plaza de las Bernardas, lo que hace dudar del rigor histórico de la época incluso para un caso tan sesgado como el que nos ocupa. De nuevo, vuelvo a insistir en la necesidad de que los historiadores investiguen esta época.
Lápida del Cementerio de San Roque
Lápida del
cementerio en recuerdo de los presos republicanos ejecutados por el
franquismo
Ningún recuerdo hubo en Alcalá a los muertos republicanos hasta que el 14 de abril de 2012 se descubrió una lápida de modestas dimensiones en la cara interior de la tapia que linda con la antigua zona de la fosa común, o el zanjón, lugar en el que fueron enterrados los ejecutados por la dictadura franquista durante los primeros años de la posguerra. No se trató de una iniciativa institucional, sino que ésta partió de varias formaciones políticas herederas de las que apoyaron a la II República. Su sencillo diseño, deteriorado por las inclemencias del tiempo, reproduce la bandera tricolor republicana, la comunista con la hoz y el martillo y la rojinegra anarquista, junto con la imagen de una medalla acuñada por el gobierno republicano en 1939 para homenajear a quienes murieron defendiéndola. Completa el conjunto la siguiente frase:
A los
que con generosidad dieron su vida
por defender sus ideales de Justicia y
Libertad
con la República Española
Lápida en homenaje a Melchor Rodríguez García
Lápida de Melchor
Rodríguez, en la calle de Santo Tomás de Aquino
Tan sólo unos meses después, en febrero de 2017, Alcalá rindió homenaje a Melchor Rodríguez García, conocido como El ángel rojo, un sindicalista que, siendo Director General de Prisiones del gobierno republicano durante la Guerra Civil, logró evitar que una turba incontrolada asaltara la vieja cárcel alcalaína de la calle de los Colegios, salvando así la vida a los más de mil quinientos prisioneros que se encontraban recluidos en ella, casi tantos como los que encontraron la muerte en el cercano Paracuellos de Jarama.
Tan humanitario comportamiento le granjeó la destitución fulminante de su cargo y no evitó que, tras terminar la guerra, fuera condenado a muerte por las autoridades franquistas, condena que logró evitar, aunque no varios años de cárcel, gracias al testimonio de quienes había salvado de una muerte cierta, entre ellos el general Agustín Muñoz Grandes. Una vez cumplida la condena -volvió a ser encarcelado en 1947 por sus actividades políticas-, vivió modestamente hasta su muerte en 1972, siendo enterrado en la madrileña Sacramental de San Justo.
La lápida, en realidad una modesta plancha metálica, fue adosada al muro lateral de la antigua cárcel, hoy Parador de Turismo, que linda con la calle de Santo Tomás de Aquino, donde entonces se abría la entrada principal al recinto penitenciario. Su texto, que recoge una frase del propio Melchor Rodríguez, es éste:
Se puede morir por las ideas, nunca matar ALCALÁ DE HENARES
A En este lugar, el 8 de diciembre
de 1936, Melchor Rodríguez Alcalá de Henares, 11 de febrero de 2017 |
Memoriales en recuerdo de los fusilados por el franquismo
Lápida del
memorial de la Playa de los Alemanes
Ya por iniciativa municipal el 5 de mayo de 2018 se inauguró en el paraje conocido como la Playa de los Alemanes un Memorial en recuerdo de los fusilados en los años inmediatamente posteriores al final de la Guerra Civil. Este lugar se encuentra situado junto al Henares a unos centenares de metros aguas arriba de la ermita de la Virgen del Val, y durante bastantes años fue utilizado como campo de tiro militar aprovechándose las terreras que forman los cerros en la orilla opuesta, cumpliéndose en él parte de las ejecuciones que siguieron a los juicios sumarios -y por lo general sin garantías jurídicas de ningún tipo para los reos- que tuvieron lugar en Alcalá durante los primeros años de la dictadura franquista.
Aunque el monumento y su gemelo están descritos en el artículo correspondiente, conviene reflejar aquí la lápida adosada, la cual no se libró del vandalismo y hubo de ser reemplazada por otra con el mismo texto:
Este lugar, el antiguo campo de tiro de El
Val, Su principal delito había sido
defender la democracia PARA QUE SU SACRIFICIO NO SEA
OLVIDADO, Alcalá de Henares, 5 de mayo de 2018 |
Placa conmemorativa original (arriba) y
placa actual (debajo)
Un segundo Memorial de idéntico diseño fue levantado por el exterior de la tapia del cementerio que linda con el paso elevado, ya que también allí se ejecutaron fusilamientos. Tras un retraso provocado por la pandemia de covid se inauguró el 21 de noviembre de 2021, tres años y medio después del anterior. Al igual que en su gemelo la placa original de metacrilato estaba adosada a uno de los pilares y en poco tiempo quedó deteriorada por la intemperie, por lo que fue reemplazada por otra más resistente colocada en esta ocasión en un pequeño pedestal, también de ladrillo, que se construyó bajo el arco. En ella se lee el siguiente texto:
En esta tapia, lugar de dolor y muerte,
se ejecutó a presos condenados Para que su sacrificio no sea olvidado, aquí les honramos Noviembre 2021 |
En ambos casos figuran los logotipos del Ayuntamiento y de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares, las entidades promotoras de los memoriales.
Publicado el 26-10-2008
Actualizado el
22-11-2024