Las postales del convento de las Dominicas
Uno de los conventos complutenses que en un momento dado editó postales fue el de las Dominicas de Santa Catalina de Siena, popularmente conocidas como las Catalinas a causa de su advocación. Obviamente no se trató de una edición comercial, sino de una iniciativa dirigida a dar a conocer algunos valores arquitectónicos del monasterio.
Esta comunidad religiosa está asentada desde hace siglos en la calle del Empecinado, aunque a diferencia de otros conventos de la ciudad nunca llegaron a construir un edificio de nueva planta, asentándose en lo que fuera un palacio renacentista perteneciente a una de las múltiples ramas de la poderosa familia de los Mendoza, benefactora del mismo.
Por esta razón, y pese a su adaptación para su uso religioso, el viejo caserón de la calle del Empecinado sigue conservando sus trazas originales de edificio civil, muy alejadas de las austeras líneas de los edificios construidos expresamente para albergar en su seno una comunidad religiosa.
Las postales dedicadas a este convento son un total de cinco. Cuatro de ellas forman una colección y cuentan con un único depósito legal, el M 38.581 - 1984, lo que indica su año de edición. No están numeradas, por lo que el orden en el que las presento es el que corresponde al criterio de ir de fuera a dentro tal como si visitáramos el edificio.
La quinta postal, por el contrario, es independiente de las anteriores y también más reciente, dado que su depósito legal B 29.250 - XXXV corresponde al año 1992. En realidad la postal no está dedicada al convento sino a una imagen -la de la Virgen de la Paz- que se custodia en el mismo, y es fruto de una iniciativa que busca recoger en postales la totalidad de la iconografía mariana española.
Nº 1. Monasterio de Santa Catalina de Siena. S. XVI
La primera postal reproduce una fotografía de la portada de la iglesia, la cual fue originalmente la puerta de entrada al palacio. Su estilo es renacentista, aunque muy sencillo, y conserva parte de la policromía con la que fue decorado tras su conversión en convento.
Nº 2. Monasterio de Santa Catalina de Siena. S. XVI
La segunda postal está dedicada a la iglesia, levantada sobre lo que fuera el salón principal del palacio tal como ocurre con la del convento de la Imagen y con la del vecino Hospital de Antezana, lo que justifica que sus proporciones no se adecuen a las habituales de los templos conventuales. Hasta hace cuatro o cinco décadas la iglesia estuvo recubierta por una decoración barroca similar a la de los dos ejemplos citados, pero una restauración que no dudo en calificar de desafortunada le proporcionó su extraño aspecto actual, mucho más cercano al contemporáneo -es lo más suave que puedo decir- de las iglesias postconciliares actuales que al salón renacentista de los Mendoza, el cual dudo mucho que se pareciera demasiado a lo que se ve hoy. Su iconografía tampoco es de especial valor, a excepción del Cristo Yacente que participa en la Procesión del Silencio organizada por la cofradía del Santo Entierro, una de las pocas imágenes que, junto con el Cristo de los Doctrinos, se salvaron de la destrucción en la Guerra Civil.
Nº3. Monasterio de Santa Catalina de Siena. Claustro renacentista. S. XVI
El claustro de este monasterio, por el contrario, conserva todo su esplendor original lejos de la austeridad monacal de su actual uso. Sin embargo, y por encontrarse en el interior de la clausura, es uno de los tesoros artísticos menos conocidos de la ciudad, ya que sólo en ocasiones especiales o mediante un permiso de la comunidad es posible visitarlo. Destacan, sobre todo, las magníficas columnas labradas, algunas de las cuales presentan una preciosista decoración en espiral, alzándose en su centro una fuente ornamental rematada con una estatua tallada en piedra de santo Domingo de Guzmán, el fundador de la orden.
Nº4. Monasterio de Santa Catalina de Siena. Claustro renacentista. S. XVI
La última de las cuatro postales de la colección también está dedicada al claustro, fotografiado desde un ángulo distinto. Justo encima de la estatua de santo Domingo, que aquí aparece de espaldas, se aprecia en el claustro alto una columna en el arranque de la escalera, junto con la de la esquina, también en el claustro alto, decorada en espiral con un motivo similar al de la columna situada justo debajo de ella, aquí semioculta por la vegetación pero perfectamente visible en la postal anterior. Quizá la colección hubiera podido ser más completa, pero se quedó aquí y, pese a los casi treinta años transcurridos desde entonces, la comunidad dominica no volvió a repetir la iniciativa, al menos que yo sepa.
Virgen de la Paz. Siglo XVII. Monasterio de las Monjas Dominicas. Alcalá de Henares
Tal como he comentado anteriormente, esta postal es fruto de la iniciativa de la Asociación Nacional de Amigos de la Virgen en España, cuyo objetivo según reza en su página web es el de fomentar entre sus asociados el coleccionismo de postales de motivo religioso, especialmente de la Virgen y de Cristo. Sin embargo, en el dorso esta postal en concreto no aparece el membrete de la asociación, sino tan sólo el de la imprenta a la que le fue encargada la edición, la conocida Escudo de Oro, aunque al tratarse de un encargo particular tampoco figura el popular logotipo al que hace alusión su nombre.
Publicado el 26-3-2012
Actualizado el 14-3-2013