Una postal cervantina del Museo Arqueológico Regional
Anverso de la
postal conmemorativa de la exposición de 2005
El Museo Arqueológico Regional, una de las joyas de la cultura complutense, no sólo organiza unas excelentes exposiciones temporales que vienen a complementar su colección permanente sino que, tal como es habitual en los museos, promueve asimismo la fabricación y publicación de diversos objetos relacionados con sus actividades, desde libros hasta reproducciones arqueológicas pasando por camisetas, tazas decoradas y otros artículos diversos, todos los cuales pueden ser adquiridos en la tienda situada en la entreplanta de la escalera de acceso al piso superior.
Entre ellos se cuentan las postales, editadas de una manera un tanto irregular pero siempre interesantes. Y aunque todas ellas merecen ser recordadas, en esta ocasión voy a centrarme en una de ellas dada su relación con la obra cervantina. Se trata de la que fue publicada con ocasión de la exposición Ficción y realidad en el Siglo de Oro. El Quijote a través de la arqueología, que tuvo lugar entre abril y octubre de 2005 y que estuvo dedicada, dentro de las celebraciones del cuarto centenario de la primera edición del Quijote, a la España de la época de Cervantes.
Según reza la información publicada con motivo de la inauguración de la exposición, ésta recogió un total de 80 obras procedentes de los museos provinciales de Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real y Albacete, así como del Museo de la Santa Cruz de Toledo. Constaba principalmente de piezas de cerámica, elementos de la vida cotidiana, monedas y azulejos policromados, y se estructuró siguiendo el hilo narrativo del Quijote, combinando realidad y ficción.
Reverso de la
postal conmemorativa de la exposición de 2005
Precisamente siguiendo esa combinación la postal, en lugar de reproducir alguno de los objetos expuestos, lo hace con un dibujo -el mismo que ilustró la portada del catálogo- en el que su autor imaginó, en un curioso anacronismo, a Don Quijote y Sancho curioseando en una excavación arqueológica, mientras unos molinos de viento que aparecen en lontananza ponen el inevitable toque manchego al que tan indisolublemente unida está la universal obra cervantina, por más que buena parte de las andanzas del Caballero de la Triste Figura tengan lugar en realidad fuera de esta comarca.
Lamentablemente la postal no viene firmada o, al menos, yo he sido incapaz de encontrar la firma, por lo cual desconozco la identidad del autor del dibujo. Poco más es lo que puedo añadir, salvo la reproducción de las dos caras de una postal que se suma así al rico acervo cervantino.
Publicado el 10-2-2016