El ciclo de pinturas sobre san Diego de Annibale Carracci
Annibale Carracci fue un pintor italiano nacido en Bolonia el 3 de noviembre de 1560 y fallecido en Roma el 15 de julio de 1609. Miembro de una acreditada familia de pintores, su obra se conserva en importantes museos italianos y de diversos países, entre ellos el del Prado. Pero lo que nos interesa en esta ocasión es un ciclo pictórico que Carracci y sus colaboradores Francesco Albani, Giovanni Lanfranco y Sisto Badalocchio, dedicaron a la vida de san Diego en la capilla Herrera, perteneciente a la iglesia de Santiago de los Españoles, en Roma, ubicada en la céntrica Piazza Navona de la capital italiana. Este ciclo pictórico, que recorría de forma cronológica los principales episodios de la vida del santo, se componía de ocho frescos junto con un lienzo que presidía el altar mayor de la capilla, a los que se sumaban otras obras pictóricas ejecutadas mediante ambas técnicas y dedicadas a otros santos o advocaciones religiosas.
La capilla, cuyas obras fueron terminadas en 1607 -los frescos están datados entre 1605 y 1606-, era la primera del lado del Evangelio -el izquierdo-, y había sido fundada por el noble español Juan Enríquez Herrera, el cual la consagró al santo alcalaíno en agradecimiento por la curación milagrosa de su hijo Diego. Tras la desacralización del templo en 1822 la capilla quedó abandonada, sufriendo sus frescos graves deterioros hasta que fueron recuperados por el escultor catalán Antonio Solá (1780-1861), quien hacia 1842 encargó a Pelegrino y Domenico Succi la delicada tarea de arrancarlos y pasarlos a lienzos, tal como se haría años más tarde con las Pinturas Negras de Goya. Fue una intervención oportuna ya que la iglesia, ruinosa, fue vendida en 1878 por el Estado español a la orden francesa de los Misioneros del Sagrado Corazón, los cuales la sometieron a una serie de drásticas reformas que provocarían la práctica desaparición de su estructura original.
Los frescos así salvados fueron un total de dieciséis, de los que la mitad, tal como ya he explicado, corresponden a la vida de san Diego. En 1850 fueron enviados por Solá a Barcelona, y desde la Ciudad Condal se reenviaron a su vez siete de ellos, entre ellos cuatro de los ocho del ciclo de san Diego, al Museo del Prado. Los nueve restantes, entre los que se contaban los otros cuatro de san Diego, pasaron en 1906 al Museo Nacional de Arte de Cataluña, donde se exhiben actualmente en una sala. Peor suerte corrieron los llegados al Museo del Prado, ya que, aunque se siguen conservando allí, no están expuestos en sus salas, sino guardados en los almacenes. De hecho, me ha resultado difícil conseguir unas fotografías razonablemente aceptables de ellos. Por el contrario, gracias a Google Art Project disponemos de unas excelentes reproducciones de los cuatro cuadros barceloneses, que también pueden ser consultados en la propia página web del museo.
Veamos ahora, uno por uno, estos ocho antiguos frescos junto con el lienzo del altar mayor. Puesto que, ordenados de forma cronológica conforme a la biografía del santo, los cuatro primeros son los madrileños y los cuatro últimos los barceloneses, empezaremos por los del Museo del Prado y continuaremos por los del MNAC, para terminar con el lienzo y con los dibujos y grabados inspirados en ellos.
Los cuadros del Museo del Prado
Los cuatro cuadros del Museo del Prado fueron pintados en forma trapezoidal para ajustarse a los laterales de la cara interior de la bóveda de la capilla, cuyo centro estaba rematado por un medallón circular representando a Dios Padre. Sus dimensiones son prácticamente idénticas, de 125 × 220 centímetros, y sus correspondientes números de inventario son P2798, P2908, P2909 y P2910.
Limosna de san Diego
San Diego recibe el hábito franciscano
La refacción milagrosa
San Diego rescata a un niño del horno
Los cuadros del Museo Nacional de Arte de Cataluña
Estos cuatro cuadros forman a su vez dos grupos. Los dos primeros tienen forma rectangular y son de gran tamaño (302 × 253 centímetros), y estaban situados, uno frente al otro, en las dos paredes laterales de la capilla. Encima de ellos se encontraban los otros dos, con forma de luneta y unas dimensiones de 204 × 376 centímetros. Están inventariados con los números 005675-000, 005677-000, 024283-000 y 024285-000 respectivamente.
San Diego sana a un joven ciego
El milagro de las rosas
Predicación de san Diego
Aparición de san Diego a los peregrinos sobre su sepulcro
El cuadro del retablo mayor
San Diego intercediendo por el hijo de
Juan Enríquez Herrera. Vista general del retablo y detalle del
cuadro |
El lienzo del altar mayor, también pintado por Carracci, representa al santo franciscano intercediendo por Diego Enríquez Herrera bajo la mirada protectora de Jesucristo, que aparece rodeado por su corte celestial. Dada su condición mueble el cuadro corrió mejor suerte que los frescos, y al ser desacralizada la iglesia fue trasladado, junto con otros objetos litúrgicos, a la también romana iglesia de Montserrat de los Españoles, propiedad del Estado español, siendo colocado en el altar de la primera capilla del lado de la Epístola, donde todavía hoy se conserva.
Los bocetos previos y los grabados de Simon Guillain
Boceto de La
refacción milagrosa. Museo del Louvre
En diferentes museos se conservan varios de los bocetos previos de los frescos, que en ocasiones presentan diferencias notables con las versiones definitivas. Asimismo en 1646 el grabador Simon Guillain realizó, a partir de unos dibujos de G.B. Pasqualini y G.A. Podestà, una serie de grabados reproduciendo los frescos de la capilla.
Grabado de La
refacción milagrosa. Museo Británico
Bibliografía
Los frescos de la capilla Herrera de Annibale Carracci y
colaboradores. Mª Assumpta Roig i Torrentó. Universidad de
Gerona. Marzo de 2009.
Caravaggio, Annibale Carracci, Guido Reni tra le
ricevute del banco Herrera & Costa. Maria Cristina Terzagui. L'Erma di
Bretschneider. Roma, 2007.
Publicado el 11-6-2013