San Diego de Alcalá en su pueblo natal
de
San Nicolás del Puerto (Sevilla)
A pesar de que san Diego suele ser conocido con el gentilicio de Alcalá en virtud de que fue en el desaparecido convento franciscano de nuestra ciudad donde este santo vivió durante buena parte de su vida, donde murió y donde aún hoy se conserva su cadáver momificado, no fue en Alcalá donde nació sino en la localidad sevillana de San Nicolás del Puerto, un pequeño pueblo de la sierra norte de esta provincia (748 habitantes según el padrón de 1986 y tan sólo 662 en 2008) situado casi en la linde con las provincias de Córdoba y Badajo, a 93 kilómetros de distancia de la capital provincial.
Huelga decir que su condición de patria chica de san Diego hace que este santo sea venerado con todos los honores en su pueblo natal, del que es además patrono, circunstancia que movió mi curiosidad máxime cuando con motivo de la celebración de la última festividad del santo, en noviembre del año pasado, tuve ocasión de observar cómo varios vecinos de San Nicolás, venidos expresamente a Alcalá en tan señalada fecha, portaban unas fotografías o postales de la imagen de San Diego que se venera en la parroquia del pueblo. Eso sí, al parecer no les agrada demasiado que nos hayamos apropiado del que consideran con toda razón su santo, y que en realidad es de todos.
Izquierda, imagen de san Diego desaparecida
en la Guerra Civil (fotografía de José Prieto del
Hoyo) |
Algún tiempo después, ni corto ni perezoso, escribí al párroco de San Nicolás (del cual ignoraba entonces hasta su nombre) preguntándole si me podía proporcionar alguna fotografía de la imagen de san Diego existente en su parroquia. Don Fernando García Álvarez-Rementería, que así se llama el párroco, atendió con suma amabilidad mi solicitud remitiéndome las fotografías que hoy ilustran el presente artículo, el cual ha sido posible gracias exclusivamente a él. Así, la primera de ellas recoge la imagen de san Diego que, según me comunicó mi interlocutor, no se conserva en la parroquia sino en la ermita consagrada a este santo. Según datos encontrados en internet, el autor de la talla fue el afamado imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci, el mismo que talló la alcalaína Virgen de la Soledad; con una altura de 1,64 metros, fue realizada en 1937, en plena Guerra Civil española.
Vista general del retablo
(fotografía de Fernando García
Álvarez-Rementería)
La parroquia, por su parte, está bajo la advocación de san Sebastián y a su retablo pertenecen las otras dos fotografías, retablo de fábrica reciente realizado en azulejos siguiendo una arraigada tradición artística andaluza. Como puede apreciarse, el cuerpo central del retablo está dedicado a la Virgen mientras que los cuerpos laterales reproducen sendas imágenes de san Sebastián, el titular de la parroquia, y san Diego, siendo la imagen de este último una reproducción del conocido cuadro de Zurbarán que se conserva en el madrileño museo de Lázaro Galdiano, con la inclusión a sus pies de una vista del pueblo de San Nicolás del Puerto.
Lateral del retablo con la
reproducción del cuadro de Zurbarán
(fotografía de
Fernando García Álvarez-Rementería)
Evidentemente, a raíz de este fructífero primer contacto, mi relación con el párroco de San Nicolás del Puerto ha continuado dado que ambos tenemos la posibilidad de intercambiarnos información acerca del santo común de ambas poblaciones, circunstancia que obviamente viene a ser beneficiosa para todos. Y es que, en ocasiones, basta una simple carta para abrir nuevos caminos.
Publicado el 18-5-1991, en el nº 1.240 de
Puerta de Madrid
Actualizado el 3-9-2012