La Semana Santa de 1997





Terminada ya la Semana Santa se impone una reflexión sobre el desarrollo de la misma, siendo evidente que al igual que ocurriera en los últimos años, esta celebración va a más en nuestra ciudad. Concretamente este año hemos contado con la importantísima novedad del retorno del Cristo de los Doctrinos a los desfiles procesionales tras más de veinte años de ausencia, retorno que se ha saldado con un clamoroso éxito. Hemos de estar de enhorabuena tanto los alcalaínos en general como los miembros de su cofradía, entre los cuales me cuento, por este broche de oro de la Semana Santa complutense.

Sin embargo, y a pesar de la legítima satisfacción por la recuperación que ha tenido en nuestra ciudad esta tradición en los últimos diez años, estoy plenamente de acuerdo con Pascual de Diego, presidente de la junta de cofradías, en que queda todavía mucho por hacer al respecto. Tal como me comentaba un amigo hace tan sólo unos días, en diez años hemos pasado de tener una Semana Santa prácticamente inexistente a contar con unas celebraciones muy dignas, pero que todavía están muy por debajo del potencial de Alcalá. Por poner dos ejemplos cercanos Guadalajara, con aproximadamente la mitad de la población de Alcalá, y San Lorenzo del Escorial, que no llega a los diez mil habitantes, tienen unas Semanas Santas equivalentes a la alcalaína llegando, incluso, a superarla en algunos puntos concretos. Tuve ocasión de ver la retransmisión que Telemadrid hizo de la procesión general escurialense (por cierto; ¿no se podría negociar que el año próximo retransmitieran la de Alcalá?) y les aseguro que no tenía nada que envidiar a la nuestra, sino antes bien lo contrario.

Alcalá, lo he repetido multitud de veces, nunca podrá convertirse en una Sevilla o en un Valladolid, pero desde luego tiene un potencial que permitiría llegar mucho más lejos que el nivel alcanzado hasta el momento. Y es justo ahora, nueve años después del gran impulso alcanzado con la creación de la cofradía de las Peñas, cuando se debería dar otro empujón al menos similar en intensidad a éste, puesto que si caemos en el continuismo la Semana Santa volverá a encontrarse en un nuevo período de decadencia.

¿Cuáles podrían ser las iniciativas a tomar para alcanzar ese nuevo impulso? Son muchas, varias de las cuales fueron apuntadas por Pascual de Diego en este mismo semanario. Faltan todavía dos procesiones, la del Domingo de Ramos (que aunque ya existe no cuenta con ningún paso) y la del Encuentro, el Domingo de Resurrección, y sería interesante que las cofradías se animaran a incorporar una segunda imagen a sus procesiones, o una tercera en el caso del Santo Entierro. También resultaría positiva la creación de nuevas cofradías (actualmente sólo hay siete, ocho si contamos a la Adoración Nocturna), y desde luego sería muy positivo llevar las procesiones a los barrios, ya que hasta ahora éstas han estado restringidas exclusivamente al casco antiguo. Hay colectivos sociales en nuestra ciudad, tales como los andaluces o los polacos, que podrían contribuir también al engrandecimiento de la Semana Santa complutense, y desde luego cualquier otra iniciativa tomada en este sentido siempre será positiva. En cualquier caso, deberíamos ser ambiciosos y por supuesto fijarnos en lo que se hace en otras poblaciones españolas para, si procede, copiarlo.


Publicado el 5-4-1997, en el nº 1.519 de Puerta de Madrid.
Actualizado el 6-2-2009