Bien, pues ya conocemos el avance de lo que será la Semana Santa de este año, y para empezar nos encontramos con una novedad de calibre: La constitución de una nueva cofradía, la de la Virgen de las Angustias, que si bien todavía este año no podrá participar en los desfiles procesionales -según mis noticias la imagen no está aún terminada-, ya existe como tal. La noticia es importante por varias razones. En primer lugar, por la existencia de una cofradía más, lo que redundará en la consolidación de la Semana Santa alcalaína. En segundo lugar, porque incrementará hasta doce el número de pasos procesionales. Y en tercer lugar, porque supone la recuperación de una antigua advocación, muy popular en Alcalá, que desapareció a raíz de la guerra civil. Lamentablemente no contamos con ninguna fotografía de la antigua imagen de la Virgen de las Angustias, pero cabe esperar que la nueva talla sea una digna sucesora suya. Resulta significativo, asimismo, que se constituya una nueva cofradía en torno a una imagen de nueva factura, puesto que hasta ahora lo que se había hecho era sacar en procesión imágenes ya existentes en nuestras iglesias (casos del Cristo de las Peñas o el Cristo de la Esperanza), mientras la Virgen de la Trinidad, consagrada el año pasado, es propiedad de una cofradía ya existente y completamente consolidada, la del Cristo de Medinaceli. Así pues, nos encontramos frente a un precedente que ojalá sea imitado en años sucesivos.

Además de la constitución de la nueva cofradía, tampoco se puede olvidar el protagonismo de la más reciente de nuestras imágenes, la Virgen de la Trinidad, que este año estrenará carroza (trono, por usar la terminología precisa) y será el motivo que figure en el cartel anunciador. Teniendo en cuenta que el resto de las imágenes contaron en su día con sus correspondientes carteles, y sin perjuicio de mantener como sistema habitual el del concurso fotográfico, es lógico y razonable que se haga una excepción siempre que se cuente con una nueva imagen, como ocurre este año con la Virgen de la Trinidad o como ocurrirá a partir del año que viene con la Virgen de las Angustias.

Otra novedad que se me antoja positiva, y que ya propuse yo en años anteriores, es el traslado de la procesión del Cristo de la Esperanza desde el lunes al miércoles, justo antes de la procesión del Cristo de las Peñas. La procesión quedaba muy descolgada el lunes, y cabe suponer que tanto ella, como la de las peñas, se realcen mutuamente al coincidir ambas el mismo día. Si más adelante surgen nuevas procesiones (y ya habrá que ir haciendo un hueco a la de la Virgen de las Angustias), siempre se podrían ir extendiendo a la tarde del martes, antes del Vía Crucis, a las mañanas del jueves y el viernes, e incluso al propio lunes, que entonces no estaría ya tan descolgado.

Bien, como cabe deducir de este primer adelanto, las perspectivas son francamente halagüeñas. Sin embargo, y aunque no tenga nada que ver con la Semana Santa, sí hay un punto que me preocupa cada vez más: Mientras otras cofradías se constituyen sin problemas, la recuperación de la tradicional Hermandad de los Santos Niños sigue atascada, lo cual, ciertamente, es cada vez más inexplicable. Habría que hacer un esfuerzo por sacarla adelante ya que, no lo olvidemos, estamos hablando de los patronos de la diócesis y de Alcalá.