Un cuadro ¿perdido? de los Santos Niños
Martirio de los
Santos Niños de Antonio van de Pere
Hace ya tiempo, consultando bibliografía, encontré que en algunas fuentes antiguas se citaba la existencia de un cuadro de los Santos Niños, pintado por Antonio van de Pere -o van Deper-, en la sacristía de la iglesia madrileña de los Jerónimos.
El propio Antonio Ponz, de cuya minuciosidad no cabe la menor duda aunque es de lamentar su aversión al arte barroco, lo describía con estas palabras en el tomo quinto de su Diccionario, dedicado a Madrid:
En la Sacristía hay un quadro de Morales, que representa á Jesu-Christo con la Cruz, á S. Juan, y á la Magdalena, figuras de medio cuerpo. El quadro grande de S. Gerónimo escribiendo, los Santos Justo y Pastor, la Presentación, y Visitación de nuestra Señora, son de un tal Antonio Van-Deper.
Puesto que lo tenía fácil fui allí y pregunté por él a los sacerdotes de la parroquia, los cuales me dijeron que no tenían la menor noticia del mismo, por lo que supuse que habría desaparecido en alguna de las convulsiones que tanto daño causaron a nuestro patrimonio artístico desde la Guerra de la Independencia hasta la Guerra Civil, sin olvidar las desamortizaciones decimonónicas.
Y así quedó la cosa hasta que mi esposa, una perspicaz rastreadora de internet gracias a la cual he conseguido multitud de datos interesantes, me sorprendió con el cuadro que encontró a la venta en Artnet, una empresa con sedes en Nueva York, Berlín y Londres especializada en subastas por internet.
En ella se subastaba un cuadro de 81 × 62,5 cm. cuya temática ofrecía para mí muy pocas dudas, ya que reproduce la iconografía clásica del martirio de los Santos Niños con uno de ellos decapitado y el otro a punto de serlo, mientras dos ángeles descienden del cielo con los atributos del martirio y la corte celestial los contempla desde la parte superior del cuadro.
Y si bien la casa de subastas lo atribuía a Anton van Pere, existía el problema de que denominaba al cuadro -en alemán, por cierto- como El sacrificio de Primo y Feliciano. Unos mártires de los que, dicho sea de paso, no había oído hablar en mi vida.
Los santos Primo y
Feliciano en la bóveda de su capilla de San Esteban del Monte Celio
Fotografía tomada de la
Wikipedia
Así pues recurrí a la Wikipedia, descubriendo que Primo y Feliciano habían sido dos hermanos que fueron decapitados hacia el año 297, dentro de la persecución de Diocleciano, en la ciudad de Normento, la actual Mentana, una pequeña población de 16.000 habitantes situada a 22 kilómetros al noreste de Roma. Sus restos fueron trasladados en el siglo VII a la iglesia romana Santo Stefano Rotondo o San Esteban del Monte Celio, donde se les erigió una capilla. No se puede decir que sean unos santos muy populares; en Mentana no se los venera, y fuera de la capilla romana sólo cuentan con iconografía en la basílica de San Marcos de Venecia, en la capilla palatina de Palermo y en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán de la localidad cordobesa de Cabra. Su fiesta se celebra el 9 de junio.
Pero lo más importante de todo es que, aunque eran hermanos y fueron decapitados durante la persecución de Diocleciano, no eran niños sino ancianos, tal como se aprecia en el mosaico que decora su capilla de la iglesia de San Esteban. De hecho, los martirologios describen como octogenario al menos a uno de ellos, y ambos declararon ante el tribunal que les juzgaba llevar treinta años predicando el cristianismo. Y como cabe suponer se les suele representar como tales, algo que difícilmente cuadra con los mártires del cuadro, que son indudablemente dos niños. Así pues, resulta evidente que la atribución de la casa de subastas estaba completamente equivocada.
Los santos Primo y Feliciano representados como ancianos |
No era éste el único error. En la página de Artnet, supongo que confundidos por el apellido, atribuían a van de Pere la nacionalidad holandesa, algo difícilmente conciliable con el hecho de que en 1679, año en el que está datada la pintura, Holanda estaba gobernada por calvinistas, la rama más radical del protestantismo, mientras el cuadro representa una escena católica imposible de imaginar pintada por un autor holandés de la época. Además, su temática y su estilo encajan de lleno en la escuela barroca española, muy diferente de la holandesa.
Este entuerto sí me resultó fácil de resolver. Antonio van de Pere existió, pero no era holandés sino español, debiendo su exótico apellido al hecho de que su padre Pedro van de Pere, también pintor, era de origen flamenco y al igual que otros compatriotas suyos se radicó en Madrid, donde contrajo matrimonio con María Izquierdo, la madre de nuestro personaje.
Antonio van de Pere nació hacia 1618 y falleció hacia 1688, lo que encaja con la datación del cuadro. Los expertos le consideran un autor irregular y su relevancia no fue mucha dentro de la pintura barroca española. Se especializó en pintura religiosa, y estuvo activo en Madrid y en localidades próximas como Valdemoro, en cuya parroquia de la Asunción pintó varios frescos, o Getafe. El Museo del Prado conserva varias obras suyas, como la Adoración de los pastores, depositado en el Museo de Zamora, y Elías y Enoch, en el de Cádiz.
Niño
Jesús triunfante de la muerte, de Antonio van de Pere
También está documentado un Niño Jesús triunfante de la muerte (1669), que según José María Quesada Valera se conservaba en la Magistral de Alcalá. Pablo Cano enumera en el catálogo de la exposición 500 años. La Magistral de Cisneros1 un total de cinco lienzos de van de Pere conservados en la capilla del Espíritu Santo o de Pentecostés, situada en el muro del Evangelio -el de la izquierda, según se mira al presbiterio de frente- entre los contrafuertes que dan a la plaza de los Santos Niños, una de las demolidas en la polémica restauración de Cabello Lapiedra a principios del siglo XX. De los cinco tan sólo describe tres: Pentecostés, que daba nombre a la capilla, el cual da por perdido en el incendio de 1936, y otros dos dedicados a los Santos Niños, cabiendo suponer que éstos sufrieran idéntico destino. Por suerte, sí se conserva en el Museo de la Catedral-Magistral el Niño Jesús triunfante de la muerte.
En el catálogo de la Fototeca del Patrimonio Histórico he encontrado tres fotografías del Archivo Moreno que corresponden aparentemente al mismo cuadro de van de Pere, aunque se trata de tres clichés diferentes denominados asimismo de diferentes maneras: Salvador Niño, El Niño con la cruz y Niño Jesús con la cruz2.
De lo que no cabe duda es que se trata del Niño Jesús triunfante de la muerte -las fotografías coinciden con la reproducida por José María Quesada- que, aunque se conservaba en la Magistral, procedía según las fichas de la parroquia de Santiago, sin que haya podido determinar en qué momento y bajo qué circunstancias pasó de un templo a otro.
Volvamos al cuadro de los Santos Niños. Aunque no se pueda demostrar con certeza, todo parece indicar que el cuadro de la subasta, que con toda seguridad está dedicado a ellos, es probablemente el que Ponz viera en los Jerónimos, lo que plantea la pregunta de cómo y cuándo pudo desaparecer del templo madrileño. Aquí sólo cabe especular, pero lo más probable es que fuera expoliado, como muchos otros, durante la Guerra de la Independencia, ya que como es sabido las tropas napoleónicas que ocupaban Madrid establecieron su cuartel general en el palacio del Buen Retiro, del cual era vecino el convento de los Jerónimos.
De hecho el propio palacio fue víctima de la soldadesca francesa, perdiéndose la mayor parte de sus edificios a excepción del antiguo Museo del Ejército, el Casón del Buen Retiro, muy transformado en el siglo XIX, y el actual Museo del Prado, construido en tiempos de Carlos III. El propio monasterio de los Jerónimos también quedó muy dañado, salvándose tan sólo la iglesia -que sufrió severos desperfectos- y uno de los claustros, alrededor del cual se construyó hace algunos años la ampliación del Museo.
Así pues, todo parece indicar que gracias a un descubrimiento casual se ha podido desentrañar el paradero de un cuadro perdido de los Santos Niños... relativamente, puesto que no tengo manera de averiguar quien pudo ser su comprador y cual es su paradero actual.
1 Pablo Cano Sanz. Patrimonio perdido: Bienes muebles en
la Catedral-Magistral de Alcalá de Henares hasta 1936 , en 500
años. La Magistral de Cisneros. Diócesis de Alcalá de
Henares e Institución de Estudios Complutenses (2015).
2 Fichas nº AJP-0090,
36103_B y 37622_B.
Publicado el 20-7-2021