Los Santos Niños en España
Su
presencia en Huesca
Portada principal de San Pedro el
Viejo
Pese a los muchos años que llevo estudiando la expansión geográfica e histórica del culto a los Santos Niños, con centenar y medio de artículos, un libro y varias colaboraciones y conferencias escritos sobre este tema, hasta ahora no había fijado mi atención en uno de sus principales focos, la ciudad de Huesca.
Esta aparente paradoja tiene su explicación. En un principio -estoy hablando de mucho antes de que se generalizara internet- tanto mis posibilidades de documentación como de publicación eran muy limitadas, por lo que preferí dar prioridad a los lugares poco conocidos, dejando para más adelante aquéllos que, como Huesca, sí lo eran. Y aunque con el tiempo cambiaron las circunstancias y me vi libre de estas limitaciones, me encontré con el problema de que carecía de suficiente documentación gráfica, ya que tan sólo disponía de las diapositivas que tomé durante un viaje en 1993, la mayoría de ellas de muy poca calidad. Y ni siquiera estaban completas, ya que me faltaban las correspondientes a algunos elementos tan importantes -entonces no estaban a la vista- como las arcas de las reliquias. Cierto es que con el tiempo esta carencia se acabó completando gracias sobre todo a varias páginas muy completas, pero el revulsivo me llegó finalmente con las fotografías que me remitió recientemente Miguel Ángel López Roldán, presidente de la Asociación de los Santos Niños, tras un viaje a Huesca al que lamentablemente no me fue posible asistir, aunque lograría sacarme la espina tan sólo un par de meses más tarde.
San Pedro el Viejo
Torre de San Pedro el Viejo
Así pues, ya no tenía excusa, máxime teniendo en cuenta la inestimable ayuda que recibí de Antonia Buisán, historiadora de arte y guía de San Pedro el Viejo... y aquí está el artículo correspondiente a la capital del Alto Aragón. Como es sabido, razón por la que no voy a extenderme demasiado en ello, la vinculación de Huesca con los Santos Niños es relativamente tardía ya que data de 1499, cuando tras un intento de robo de las reliquias, conservadas durante siglos en Nocito, éstas fueron depositadas en la iglesia de San Pedro el Viejo por contar con mayor seguridad para su custodia que en el remoto y semidespoblado valle de Nocito. Y como la ajetreada historia de los viajes de las reliquias, además de ser sobradamente conocida, merece un tratamiento propio, me limitaré a reseñar su presencia actual, así como la iconografía que a raíz de entonces se dedicó a los mártires complutenses.
Claustro de San Pedro el
Viejo
No obstante, conviene hacer previamente una breve reseña del templo. San Pedro el Viejo, la principal iglesia de la ciudad tras la catedral, hunde sus orígenes en la época visigoda, siendo posteriormente utilizada por los mozárabes como catedral durante el período de la dominación musulmana. Tras la Reconquista fue donada, hace ahora justo novecientos años, a los benedictinos, que la reedificaron en estilo románico transformándola en un monasterio que pervivió hasta 1533, manteniéndose abierta al culto tras la supresión de éste. Aunque en el siglo XIX se salvó de ser desamortizada, cayó en un preocupante estado de abandono que, unido a las obras de modernización de la ciudad realizadas en su entorno, le provocaron graves daños. La declaración como Monumento Nacional en 1885 facilitó su restauración, salvándole de la ruina.
Capitel del claustro de San Pedro
el Viejo
San Pedro el Viejo es un monumento de gran interés artístico, destacando especialmente su claustro, y cuenta entre otros elementos con las tumbas de los reyes aragoneses Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje junto con un importante patrimonio artístico.
Arriba. arcas con las reliquias de los
Santos Niños. Fotografía de Miguel Ángel López
Roldán |
La llegada de las reliquias de los Santos Niños no alteró su advocación, pero sí supuso importantes modificaciones en la iconografía conservada en la iglesia. Para empezar están las propias arcas donde se conservan las reliquias, de madera policromada con sendas representaciones pintadas de san Urbez y dos relieves de plata, uno en cada arca, con las imágenes de san Justo y san Pastor.
Galería de la parte alta de
la capilla. De frente, el camarín de las reliquias
Las arcas se conservan en el camarín situado en la parte alta de la capilla que fue consagrada a los Santos Niños, construida entre 1643 y 1677 en estilo barroco a los pies de la nave principal, en el lado del Evangelio. Aunque habitualmente no son visitables, durante el jubileo de 2005 fueron expuestas de forma excepcional en la capilla.
Izquierda, portada de la capilla de los Santos Niños. Derecha, retablo de la capilla |
De arriba a abajo, Martirio de
los Santos Niños, Asunción de las almas de los
mártires
y San Urbez va a buscar los cuerpos de los
santos
La capilla está presidida por un retablo, también barroco, fechado en la segunda mitad del siglo XVII. El elemento principal de éste es un cuadro de gran tamaño que representa el martirio de los Santos Niños, atribuido a Bartolomé Vicente y datado en 1676. En la predela -el banco inferior- del retablo se encuentran otros dos cuadros de menor tamaño titulados Asunción de las almas de los mártires y San Urbez va a buscar los cuerpos de los santos.
Imágenes de los Santos Niños de la capilla |
La iconografía de los mártires complutenses se completa, en lo que a la capilla se refiere, con dos imágenes de pequeño tamaño colocadas en los intercolumnios de ambos lados.
Imágenes de la verja del coro. Vista general y detalle |
Cercano a la capilla se encuentra el coro, algo más tardío que ésta ya que fue construido entre finales del siglo XVII y principios del XVIII. De éste lo que tiene interés para nosotros es la verja, de mediados del XVIII, ya que en el entablamiento de su borde superior se alzan tres esculturas, la de san Vicente en el centro flanqueada por las de los Santos Niños.
Retablo del altar mayor. Los
relieves de los Santos Niños están
situados bajo las dos
columnas laterales del primer cuerpo
Yendo ahora al presbiterio, tendremos ocasión de contemplar otras dos representaciones de los Santos Niños, en esta ocasión unos relieves de la predela del retablo que sirven de basa a las dos columnas de los extremos. Fechado en 1602, es obra de Juan de Berrueta y Juan de Alli.
Relieves de la predela del retablo del presbiterio |
En la capilla de San Ponce, situada en los bajos de la torre, hay instalada una sala de orfebrería en la que se conserva una imagen de san Justo encargada en 1699 al platero Lorenzo Portel. Terminada en 1701, fue colocada originalmente en el altar mayor. Está realizada en plata repujada parcialmente dorada y policromada, y representa al mártir complutense portando la corona y la palma del martirio. En 1704 se encargó al mismo platero la imagen de san Pastor, pero su fallecimiento impidió que ésta pudiera ser llevada a cabo.
Izquierda, imagen de plata de san Justo.
Derecha, imágenes de los Santos Niños |
Existen otras dos imágenes, también conservadas en la capilla de San Ponce. Basándose en los materiales en los que están confeccionadas y en la similitud de san Justo con la imagen de plata repujada realizada por Lorenzo Portel, la historiadora del arte Antonia Buisán piensa que pudiera tratarse de unos bocetos previos de éstas.
Bustos de los Santos Niños
de la capilla de San Ponce
Concluye la iconografía de los Santos Niños que se conserva en la capilla de San Ponce con dos bustos que, tras estar arrinconados y perdidos durante muchos años, fueron encontrados en 2005 de forma casual en unas dependencias del templo usadas como almacén. Están tallados en madera de pino policromada y estofada, y son de pequeño tamaño ya que su altura apenas alcanza los 30 centímetros. Antonia Buisán, descubridora de los bustos, los encuentra similares a los que se conservan en la ermita de los Doctrinos de Alcalá y en el convento de las Descalzas Reales de Valladolid, datándolos hacia mediados del siglo XVII. Nada se sabe ni de su autor ni de su procedencia, aunque esta investigadora supone que debieron estar instalados originalmente en la capilla de los Santos Niños de la propia iglesia de San Pedro el Viejo.
Camarín de las reliquias. Bustos sin restaurar (arriba) y restaurados (abajo) |
No acaba aquí la presencia de los Santos Niños en el templo oscense. Retornando al camarín de las reliquias nos encontramos con otros dos bustos de los mártires complutenses tallados en madera plateada y policromada en el siglo XVIII. Cuando yo los vi, en el verano de 2017, estaban necesitados de una restauración, pero gracias la cooperación entre las diócesis de Huesca y Alcalá, con motivo de la celebración del 450º aniversario de la Reversión de las reliquias ambos bustos fueron restaurados y exhibidos en la exposición Justo y Pastor. Origen de una ciudad1 celebrada en Alcalá en marzo de 2018.
Camarín de las reliquias. Arriba, bustos de los Santos Niños. Abajo, frescos pintados en el muro |
Asimismo existen allí dos frescos que representan sendos medallones suyos, lamentablemente en un delicado estado de conservación.
Frescos de la capilla de la Virgen
del Carmen
Para finalizar, nos encontramos con otros dos frescos bajo los arcos torales laterales de la capilla que actualmente está dedicada a la Virgen del Carmen. Esta capilla está situada a los pies de la iglesia, entre el coro y la capilla de los Santos Niños, y según me explicó Antonia Buisán su presencia se debe a que fue aquí donde estuvieron depositadas las reliquias desde su llegada a Huesca, a finales del siglo XV, hasta su traslado a la nueva capilla en la segunda mitad del siglo XVII.
La Catedral
Catedral. Retablo de la capilla de
San Joaquín
Terminado nuestro recorrido por San Pedro el Viejo hemos de ir ahora a la Catedral donde, según la página de la diócesis de Huesca, existen unas imágenes de los Santos Niños pertenecientes al retablo de la capilla de San Joaquín, la segunda del lado de la Epístola (el derecho) a partir del transepto:
Anteriormente estuvo dedicada a San Juan Bautista. Renovada en 1654 por el canónigo José Santolaria, que murió habiendo sido elegido obispo de Jaca. Su escudo, con campana de plata en campo de gules, se encuentra situado a ambos lados del retablo timbrado por capelo y borlas. El gran retablo de madera sobredorada muestra en su centro la imagen del titular , a ambos lados las santas Bárbara y Eulalia y en los extremos San Lorenzo y San Vicente. En el segundo piso los santos niños Justo y Pastor y en el ático la imagen de San Juan Bautista, antiguo titular. En la predela relieve de la Sagrada Familia de la Virgen y a los lados Santa Catalina y San Bartolomé. Todas las imágenes, de gran categoría y de autor desconocido, son de alabastro policromado.
San Justo (izquierda) y san Pastor (derecha), en el retablo de la capilla de San Joaquín |
Las imágenes, difíciles de identificar a simple vista por hallarse situadas en la parte alta del retablo, presentan una tipología típicamente barroca acorde con la época en la que fueron realizadas.
Lienzo de la capilla de Santa
Lucía. Vista general
Justo frente a la capilla de San Joaquín, en el lado del Evangelio, se encuentra la de Santa Lucía. De sus muros laterales cuelgan dos grandes sargas -pinturas sobre tela a imitación de los tapices- realizadas en 1917 por el artista local y sacerdote jesuita Martín Coronas, quien representó en ellas una procesión de la totalidad del santoral oscense (Huesca, 1862 - Zaragoza, 1928): San Jorge a caballo, los Innumerables Mártires de Zaragoza, Santa Engracia, las santas Nunilo y Alodia, san Justo y san Pastor, san Urbez, La Virgen de Salas, San Martín, San Vicente, San Orencio y Santa Paciencia, San Orencio obispo -hijo de los anteriores y hermano de san Lorenzo, según una tradición local-, san Lorenzo, y el Santo Grial, sobre fondo del paisaje de las afueras de la ciudad.
Detalle del lienzo.
Fotografía tomada de
www.apiesdescalzos.es
Los Santos Niños aparecen en la parte delantera del lienzo situado a la derecha, entre san Urbez -representado como pastor tal como es habitual- y las santas Nunilo y Alodia, dos hermanas vírgenes martirizadas en el siglo IX durante la dominación musulmana. La estética es la típica de la época, quizá con ciertas reminiscencias prerrafaelistas, estando ataviados los hermanos con túnicas cortas y -curioso anacronismo, puesto que se trata de una prenda de origen medieval- calzas hasta las rodillas. Ambos portan coronas de laurel y las palmas del martirio, y el mayor, Pastor, atiende a lo que le dice su hermano Justo.
Catedral. Sillería del coro.
Fotografía de Montserrat Rajadell
También para la Catedral, y más concretamente para la sillería del coro, se realizaron sendos relieves de los dos hermanos, ambos contiguos, en los que aparecen representados con atavíos de colegiales del siglo XVI y portando en las manos la palma del martirio y un libro, anacronismo muy habitual en sus representaciones iconográficas. Los relieves, correspondientes a los respaldos de los sitiales, están rematados por unos áticos semicirculares en los que se representan las escenas del martirio.
Detalles del martirio en los
áticos de la sillería
La sillería, tallada en roble, fue iniciada en 1577 por Nicolás de Berroeta -algunas fuentes cambian el apellido por Berraztegui- y, tras su fallecimiento en 1589, fue continuada por su hijo -o yerno- Juan de Berroeta, con el que colaboraron Juan de Allí y Juan de Liébana. Fue terminada en 1591, y hasta 1969 ocupó la nave central de la Catedral tal como era habitual en estos templos, siendo desmontada ese año en una rigurosa y a mi modo de ver equivocada interpretación de las directrices del Concilio Vaticano II. Tras varias restauraciones y traslados 28 de sus 85 sitiales se encuentran hoy en el presbiterio, mientras los restantes, entre ellos los de los Santos Niños, fueron montados en el coro alto de la Parroquieta -la antigua parroquia aneja- formando parte del Museo Diocesano.
San Lorenzo
Retablo de la iglesia de San
Lorenzo
Fotografía tomada de
cruzblanca.org/sanlorenzo
Y de la Catedral a otro templo oscense, San Lorenzo, del que es titular el patrón de la ciudad. Aunque en su origen fue un templo románico de pequeñas dimensiones, posteriormente sería reedificado en estilo gótico y más adelante, entre 1608 y 1703, en las trazas barrocas que han llegado hasta nuestros días. El retablo, ejecutado por Sebastián Ruesta en 1648, fue dorado en 1678, siendo Gaspar Ramos el escultor que talló las imágenes de san Esteban, san Vicente, san Orencio y santa Paciencia. Tanto el cuadro central, que representa el martirio de san Lorenzo, como el del ático, dedicado a la Asunción de la Virgen, fueron pintados por Bartolomé Vicente, un discípulo de Carreño Miranda.
Pero lo que a nosotros nos interesa son los bajorrelieves de la predela, descritos de la siguiente manera en la página de la parroquia de San Lorenzo:
La predela: de madera, presenta en el centro un relieve de gran calidad donde aparece San Lorenzo repartiendo limosna entre los pobres, a ambos lados los relieves de San Orencio, San Justo, San Pastor y Santa Paciencia.
Relieves de la predela del retablo del presbiterio |
Los relieves de los Santos Niños corresponden a las dos basas centrales de las columnas salomónicas, y flanquean al relieve de san Lorenzo. Los dos hermanos, por cierto, presentan un aspecto bastante poco infantil.
Retablo de la capilla de San
Orencio y cuadro de los Santos Niños.
Fotografía inferior de
Fernando Alvira Lizano, tomada de
www.patrimoniodehuesca.es
En esta iglesia también se conserva un cuadro dedicado a los Santos Niños, concretamente en la capilla de San Orencio obispo, la última del lado del Evangelio y vecina a la puerta de entrada. Este cuadro, del que desconozco su autor, está datado hacia 1628 y representa a los dos hermanos con las palmas del martirio, sosteniendo entre ambos la corona, otro atributo de los mártires, sobre un paisaje de fondo. Está situado en la predela del retablo, junto con otro cuadro que representa a san Orencio y santa Paciencia, padres como ya he comentado del titular de la capilla.
Bustos de los Santos Niños
en la carroza procesional de San Lorenzo
Fotografía tomada de
www.apiesdescalzos.es
Se completa la iconografía de los Santos Niños existente en San Lorenzo con dos bustos en relieve tallados en la carroza que se utiliza para la procesión de san Lorenzo, realizada en la década de 1950.
Santo Domingo
Imágenes de la iglesia de Santo Domingo |
La iglesia de Santo Domingo y San Martín fue en su origen la capilla de un convento dominico exclaustrado en el siglo XIX, del cual desaparecieron todas sus dependencias a excepción de la iglesia, hoy convertida en parroquia. Es un edificio barroco que cuenta con un importante patrimonio artístico, pero lo que a mí me llamó la atención fueron las dos pequeñas imágenes colocadas en la cornisa de uno de los retablos, concretamente el de Pentecostés, situado en el lado del Evangelio frente al crucero.
Hablando en propiedad no puedo afirmar con total certeza que se trate de los Santos Niños, ya que no he conseguido encontrar documentación que lo confirme o que, en su caso, lo descarte; pero dado su parecido con las imágenes de la capilla de San Pedro el Viejo, casi me atrevería a afirmar que es es bastante probable que se trate de ellos. No obstante, habrá que seguir investigando.
En un folleto que adquirí en la iglesia se indica que ese retablo procede de la desaparecida iglesia del Espíritu Santo, demolida a finales del siglo XIX. Lamentablemente, tan sólo aporta información del lienzo central -la Venida del Espíritu Santo- y de un Cristo Yacente obra de José Capuz, un importante escultor e imaginero activo durante la primera mitad del siglo XX, sin que diga nada de las imágenes. La iglesia del Espíritu Santo, fundada en el siglo XIII y de pequeñas dimensiones, estuvo situada en la calle de Ramiro el Monje a la altura de la calle Goya, muy cercana a San Pedro el Viejo, pero tampoco he podido determinar si en ella pudo existir en algún momento iconografía de los Santos Niños.
La calle
Dos rótulos de la calle de
los Santos Justo y Pastor
A modo de colofón, nos encontramos por último con la calle que Huesca tiene dedicados a los Santos Niños, situada en las cercanías de San Pedro el Viejo. Discurre entre la plaza de los Fueros de Aragón y la calle Desengaño. Se trata de una vía estrecha de claro trazado medieval, y según una placa informativa fue antiguamente, bajo el nombre de Carrera das Tablas Altas, sede de las carnicerías que dieron nombre al barrio hasta el siglo XIX. En el tramo final de la calle se encontraba una Encomienda del Temple que, tras la extinción de la orden, fue entregada a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, de la que es sucesora la actual Orden de Malta.
Aspecto actual de la calle de los
Santos Justo y Pastor
1 Manuel Vicente Sánchez Moltó (textos). Justo y Pastor: Origen de una ciudad. 450 aniversario de la reversión de las reliquias. Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Marzo-abril de 2018.
Bibliografía
www.sanpedroelviejo.com/capilla-de-los-santos-justo-y-pastor.php
www.patrimoniodehuesca.es/san-pedro-el-viejo-capilla-de-los-santos-justo-y-pastor/
www.apiesdescalzos.es/news/hoy-es-san-justo-y-pastor/
www.romanicoaragones.com/3-Somontano/990394-HU-SPedro.htm
www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasImprimir.aspx?Id=548120
www.diocesisdehuesca.org/directorio/catedral/capillas/sjoaquin.htm
cruzblanca.org/sanlorenzo/2/24/index.htm
www.apiesdescalzos.es/news/san-lorenzo-por-fin-/
www.patrimoniodehuesca.es/huesca-museo-diocesano-san-justo-y-san-pastor-ca-1628/
Recuperación
de los restos de la silleria de la Catedral de Huesca (pdf)
Publicado el 31 -5-2017
Actualizado el 6-4-2018