Hace tiempo, husmeando por los Anales Complutenses, encontré en su página 215 la siguiente referencia acerca de los Santos Niños

En el reino de Aragón, en el término de las Cuevas del abad de Jarca, ay una hermita de los santos niños en que está sita una hermandad de la gente más principal de los lugares circunvecinos, que en ella concurren a zelebrar la fiesta de nuestros santos en numeroso concurso, viniendo con procesión la cofradía, trayendo a los santos con gran número de antorchas teniendo misa y sermón.

Mi problema fue que no conseguí encontrar ninguna localidad aragonesa que respondiera al nombre de Jarca, aunque en un principio cabía sospechar -erróneamente, como comprobaría más adelante- que pudiera tratarse de una grafía incorrecta de Jaca. No obstante resultaba difícil encajar esta frase con la situación actual, puesto que la ciudad de Jaca no tiene en estos momentos ni culto ni recuerdo alguno a los Santos Niños, mientras que de Espuéndolas no podía tratarse al citar explícitamente los Anales una ermita, presumiblemente en mitad del campo, y no una parroquia. Sí que existía un templo que respondía a estas características al pie de la peña Oroel, el espectacular farallón rocoso que domina el horizonte jacetano, pero su titular era la Virgen de la Cueva, y no los Santos Niños. Por último, extrañaba también que los Anales hablaran del abad de Jarca en una época, el siglo XVII, en la que la ciudad de Jaca era sede de un obispado. En resumen: nada en claro pude concluir de este pasaje, ya que ni tan siquiera existía la certeza de que su anónimo redactor estuviera refiriéndose, efectivamente, a esta ciudad pirenaica.

Por fortuna, gracias a la sagacidad y a la amabilidad de la familia San Luciano conseguí resolver mis dudas acerca de la localidad que, con el nombre de Jarca, era citada en los Anales Complutenses como poseedora de una ermita consagrada a nuestros patronos, quedando definitivamente zanjada la incógnita. El problema radicaba en que la terminología moderna del lugar no es Jarca sino Jarque, ligera modificación semántica que sirvió no obstante para despistarme por completo, al tiempo que me impedía su localización en las enciclopedias y los mapas que consulté. Jarque de la Val, que éste es su nombre completo, es una localidad turolense que nada tiene que ver, evidentemente, con la ciudad de Jaca, ya que está situada al norte de la ciudad de Teruel a escasa distancia de la carretera nacional que enlaza esta capital con Alcañiz y Lérida. No es éste el único de los topónimos existentes en la zona, ya que próximas a esta localidad están las de Mezquita de Jarque e Hinojosa de Jarque.

Todas ellas, junto con la cercana Cuevas de Almudén, forman parte de la comarca de la Val de Jarque, regada por el río de la Val. Y precisamente es esta última, un pequeño municipio de 141 habitantes situado entre Mezquita de Jarque y Jarque de la Val, la que nos interesa. Leyendo el diccionario geográfico de Pascual Madoz, publicado a mediados del siglo XIX, encontramos lo siguiente bajo el epígrafe Cuevas de Almudén:

CUEVAS DE ALMUDÉN: Lugar con ayuntamiento en la provincia y diócesis de Teruel, partido judicial y administración de rentas de Aliaga. (...) Iglesia parroquial (San Roque). (...) También se encuentran dos ermitas, una a un cuarto [de legua, es decir, poco más de un kilómetro] de la población (San Justo y Pastor), y la otra (San Pedro) en la sierra llamada los Santos.

Pero aún hay más. Basta con consultar un buen mapa para descubrir en esta comarca turolense, y en apenas unos pocos kilómetros en torno a las poblaciones de Cuevas de Almudén y Jarque de la Val, topónimos tan significativos como Sierra de San Just, Puerto de San Just, Loma de Sant Just o un monte que tiene también por nombre San Just, punto culminante de esta sierra con sus 1.522 metros de altitud.

La identificación, pues, del lugar descrito por los Anales Complutenses resulta ser de esta manera concluyente. Quedaba por confirmar, si en la actualidad continuaba existiendo culto a los Santos Niños en la misma, cuestión ésta interesante dado que la referencia de Madoz contaba con más de ciento cincuenta años de antigüedad, y en el momento de publicar el artículo original no había podido conseguir información más reciente acerca de la citada ermita.

Y efectivamente, lo sigue habiendo, según esta página de internet dedicada a la localidad de Cuevas de Almudén, de la que transcribo el siguiente párrafo:

Las otras fiestas son en primavera, se celebran en mayo y son las llamadas fiestas de San Just. Estas fiestas duran tres días, comienzan el viernes con una cena en el pabellón con todo el pueblo y por la noche verbena, el sábado se celebra una misa baturra en honor de los santos San Justo y Pastor, por la tarde se realiza la actividad que haya preparado ese año la comisión y por la noche verbena y ya el domingo es el último día donde hay una romería donde se sube andando hasta la ermita de San Justo y Pastor y se come en el campo y a la tarde ya en el pueblo el alcalde reparte las típica peladillas.

Resulta curioso comprobar que las fiestas se celebren en mayo, concretamente el día 28 -según otras fuentes el Domingo de Pentecostés-, y no en agosto, aunque quizá haya podido influir el hecho de que en el pueblo también se celebra san Roque, tan sólo una semana después de la festividad de los Santos Niños, lo que explicaría su adelanto a mayo. La ermita, efectivamente, está en pleno campo, a varios kilómetros de distancia del casco urbano, al norte del término municipal de Cuevas junto al límite del vecino término de Escucha. Las fiestas concluyen con una romería hasta la ermita en la que participan no sólo los vecinos de Cuevas de Almudén, sino también los de otros pueblos cercanos como Escucha o Mezquita de Jarque.

Poco más es lo que puedo añadir, salvo los datos que sobre ella aparecen en la página cuevasdealmuden.com y lo que se puede apreciar en la fotografía. El edificio actual de la ermita data del siglo XVIII -en el pórtico figura la fecha de 1758-, por lo que ésta es posterior a la ermita citada en los Anales Complutenses, a la que con toda probabilidad reemplazó. Construida con mampostería sin revocar en el exterior, el interior muestra una única nave de planta rectangular rematada por una bóveda de cañón apuntada con lunetos, recubierta por un tejado a dos aguas. El edificio es macizo y carece casi por completo de aberturas, salvo un óculo que se abre sobre la puerta y unas pequeñas ventanas en los laterales. La puerta de acceso a la ermita no se abre en el muro, sino sobre un pequeño pórtico adosado a éste y de menor altura que la nave principal, rematado por un sencillo tejado a dos aguas.

Lamentablemente no he podido conseguir ninguna fotografía ni del interior de la ermita, ni de las imágenes de los Santos Niños que es de suponer que ésta albergue.

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Ver también:
Los Santos Niños en España. Su culto en Aragón
Los Santos Niños en España. La parroquia de Espuéndolas (Jaca)