Al igual que ocurre en otras zonas de la antigua Extremadura castellana, es decir, el territorio comprendido entre el curso del Duero y el Sistema Central coincidente con las actuales provincias de Soria, Segovia, Ávila y parte de las de Valladolid y Burgos, en la provincia de Segovia menudean los lugares vinculados al culto de los Santos Niños, no tanto como en otras regiones más norteñas pero sí lo suficiente como para demostrar el arraigo del mismo en estas tierras castellanas, traído del norte por los montañeses que las repoblaron en la Edad Media, o quizá del sur de manos de los mozárabes fugitivos de las persecuciones desatadas en el califato de Córdoba.

A diferencia de otras provincias vecinas, en las que estos lugares se encuentran arracimados en torno a algunos núcleos, en Segovia están repartidos por la práctica totalidad de la superficie provincial de una manera bastante homogénea, aunque en el caso que nos ocupa, Navalmanzano, quizá pudiera haber existido una vinculación con Peñafiel, de la que le separan unos cincuenta kilómetros, o bien con las cercanas localidades de Coca, donde existió una parroquia medieval, hoy desaparecida, consagrada a los Santos Niños, y Santiuste de San Juan Bautista (el nombre lo dice todo), que en algún momento indeterminado de su historia cambió el patronazgo de los mártires complutenses no por el de la Transfiguración o el Salvador, tal como suele ser lo habitual, sino por el de San Juan Bautista, como refleja el apellido del pueblo en una curiosa y llamativa redundancia.

Reconquistada la zona tras la batalla de Simancas (año 939) y arrasada por Almanzor en 977, la población cristiana no se asentaría definitivamente en ella hasta un siglo más tarde, cuando la conquista del reino de Toledo por Alfonso VI en 1085 alejó las fronteras con la España musulmana. En lo que a Navalmanzano respecta, el documento más antiguo en el que aparece citada data de mediados del siglo XII.

Navalmanzano. Torre de la parroquia y puerta de entrada Fotografía de la izquierda tomada de http://navalmanzano.wordpress.com/

Navalmanzano se encuentra situada en la carretera autonómica CL-601 Segovia-Valladolid, aproximadamente a mitad de camino entre la capital provincial, de la que le separan 36 kilómetros, y la localidad de Cuéllar, a 22, a cuyo partido judicial pertenece. Con una población de unos 1.200 habitantes, su economía está basada principalmente en la agricultura y la ganadería. Cuenta con página web.

Los Santos Niños no sólo son los titulares de la parroquia, sino también los patronos del pueblo conjuntamente con San Roque; dada la proximidad de sus respectivas fiestas (la de San Roque es el 16 de agosto), ambas son celebradas conjuntamente. La parroquia, oculta en buena parte por construcciones adosadas de nulo valor artístico, conserva algunos restos mudéjares, posiblemente vestigios de un templo anterior, siendo su planta de cruz latina con bóvedas cubiertas de yeserías barrocas y una cúpula sobre el crucero. Cuenta con varios retablos de mediados del siglo XVIII, una pila bautismal románica y un cáliz de plata datado en el segundo tercio del siglo XVI. Asimismo resulta interesante la torre, de estilo herreriano pese a lo tardío de su construcción (1710), rematada por un chapitel de pizarra y una veleta con forma de caballo fechada a finales del siglo XVIII.

Maqueta de la parroquia de Navalmanzano

La casualidad me hizo entrar en una tienda existente en la plaza vecina, encontrándome con la sorpresa de descubrir en la misma una maqueta en madera de la parroquia a la cual fotografié. La maqueta es obra de Ildefonso de Pablos Muñoz, un vecino de Navalmanzano que cuenta sin duda con una notable aptitud artística como se puede comprobar observando la fotografía de la misma.

Retablo mayor de la parroquia

Imágenes de los Santos Niños. Fotografía de Justo Martínez

En lo que respecta a las imágenes de los Santos Niños, colocadas en una hornacina del retablo mayor, parecen ser de estilo barroco, aunque no he conseguido información fidedigna sobre las mismas.

Ermita de Santa Juliana. Fotografía tomada de http://navalmanzano.wordpress.com/

Pero no acaba aquí la representación iconográfica de los Santos Niños en Navalmanzano. A las afueras del pueblo, cruzando el arroyo Malucas, se llega a la ermita de Santa Juliana, situada en un pequeño otero y unida con el pueblo por un vía crucis de piedra labrada. La ermita, que está aislada en mitad del campo, es un edificio de origen mudéjar, aunque muy transformado por una reedificación de la primera mitad del siglo XX que no respetó las trazas originales, de las cuales se conserva tan sólo la cabecera.

Retablo de la ermita de Santa Juliana
Fotografía tomada de http://navalmanzano.wordpress.com/

En el altar mayor, presidido por un crucifijo de gran veneración en el pueblo, flanqueado por sendas imágenes de la titular del templo y una Virgen gótica, mientras en el ático se descubren otras imágenes de los Santos Niños. La razón de su presencia aquí, cuando no son ellos a los que está consagrada la ermita, se debe según la página web de Navalmanzano a que el retablo fue traído de la iglesia parroquial en el año 1765, según consta en el libro de fábrica de esta última. Probablemente con él viajarían las imágenes, como parece indicar el hecho de que sean claramente más antiguas que las que se conservan actualmente en la parroquia.

Imágenes de los Santos Niños de la ermita de Santa Juliana
Fotografía de Justo Martínez