Los Santos Niños en España
La
parroquia de Palomera (Cuenca)
Vista exterior de la
parroquia
Tal como he comentado en más de una ocasión, la distribución geográfica de los lugares en los que hay, o ha habido, culto a los Santos Niños tiene una forma sumamente peculiar sobre el mapa de España. Así, lejos de ser una distribución uniforme sobre toda la península, estos lugares están concentrados de forma muy aproximada sobre la mitad norte de la misma mientras en la mitad sur son casos tan aislados que llaman poderosamente la atención. La frontera entre ambas zonas, por llamarla así, estaría constituida de forma aproximada por los cursos de los ríos Tajo y Ebro, y su justificación histórica viene dada por el límite de los reinos cristianos frente a los musulmanes en el momento (segunda mitad del siglo XI) en el que la liturgia mozárabe tradicional en la España de la Edad Media, que primaba el culto a los mártires, fue sustituida en la España cristiana por la liturgia romana, que desplazó este culto a los mártires por el culto a los santos oficiales de la iglesia católica tales como Jesucristo, la Virgen, los apóstoles u otros santos tales como obispos, abades o fundadores de órdenes religiosas.
Otra vista exterior de la
parroquia
Es por esta razón por la que los escasos lugares en los que persiste el culto a nuestros patronos, situados al sur de esta divisoria llaman poderosamente la atención debido a su singularidad. Si prescindimos de aquéllos en los que está documentado el culto en la época visigoda aunque actualmente ha desaparecido (Córdoba, Guadix, Medina Sidonia) y de otros en los que la única relación es una referencia en el callejero (Valencia, Albacete, Jerez, Huelva), tan sólo nos encontramos con tres localidades en las que actualmente se rinde culto a estos mártires, cuatro si contamos Las Palmas de Gran Canaria aunque aquí su ermita desapareció hace varias décadas y las imágenes fueron arrinconadas en otra: Manises, Granada y Palomera, un pequeño pueblo situado en las cercanías de la ciudad de Cuenca.
Torre de la parroquia
Las razones por las que en estas tres localidades se implantó el culto a nuestros patronos cuando ya, por usar una expresión coloquial, no estaba de moda, son singulares y no resultan fáciles de interpretar excepto en el caso de Granada, cuya parroquia fue fundada por el propio cardenal Cisneros algunos años después de la conquista de este reino por los Reyes Católicos. En lo que respecta a Palomera, que es la población a la que está dedicado este artículo, las desconozco por completo, pero lo cierto es que este culto existe y las imágenes de los hermanos Justo y Pastor pueden ser contempladas en su parroquia, que les está dedicada.
Pórtico de entrada
a la parroquia
Empecemos por describir el pueblo. Palomera es una pequeña población de apenas ciento cincuenta habitantes situada a unos diez kilómetros de Cuenca, remontando la hoz del río Huécar. Su ubicación en un estrecho valle es realmente atractiva, y todo hace indicar que se trata de un lugar de veraneo para los habitantes de la cercana capital castellana. Según los datos aportados por la bibliografía la iglesia es de los siglos XV y XVI, pero aunque es descrita como perteneciente al gótico tardío, en realidad sería más apropiado como definirla construida en estilo popular, es decir, indefinido. En el exterior presenta una recia fábrica con atrio y una maciza torre, y en el interior lo único destacable artísticamente es un magnífico artesonado de estilo mudéjar.
Azulejos de los Santos
Niños
Las paredes de la iglesia están encaladas y prácticamente desnudas, y ésta carece también de retablo dado que al parecer fue destruido durante la guerra civil. El presbiterio, también encalado, está presidido por un Cristo crucificado que pudiera ser gótico, mientras en el resto de su superficie se abren varias hornacinas ocupadas por diferentes santos. Las imágenes de los Santos Niños, que es lo que nos interesa, están colocadas en una hornacina justo encima del crucificado que preside el presbiterio; son de pequeño tamaño y de factura moderna y nulo valor artístico, puesto que las originales según me comunicaron desaparecieron en la guerra civil. De hecho estas imágenes recuerdan a otras similares que he encontrado en diferentes lugares de España tales como Asturias, la Rioja o Málaga del Fresno, en la provincia de Guadalajara, lo que hace pensar que en los años de la posguerra un mismo taller (probablemente de Olot) debió de construir bastantes imágenes de serie con destino a todas estas poblaciones que se habían visto privadas de ellas.
Dos vistas del
presbiterio
La iconografía de los Santos Niños se completa con un friso de azulejos que se alza en una de las fachadas exteriores de la iglesia y que curiosamente recuerda a las imágenes de Alcalá; este friso es muy moderno ya que fue colocado allí el año pasado, y aunque desconozco donde fue construido, lo cierto es que tiene mucho en común con los frisos similares que adornan numerosas casas de Tielmes.
Tal como he comentado al principio, desconozco las razones por las que Palomera rinde culto a los Santos Niños, pero no obstante pude conseguir algún dato de interés. Aunque ellos son los titulares de la parroquia el párroco me comunicó que esta iglesia estuvo consagrada inicialmente a San Pedro, y de hecho me enseñó los atributos del mismo -las llaves- que se encontraban en diferentes lugares del templo. Puesto que este cambio de advocación no es en modo alguno habitual (antes bien cabría esperar justo lo contrario), tan sólo cabe la hipótesis de que los Santos Niños fueran inicialmente los titulares de una ermita actualmente desaparecida, lo que habría motivado el traslado de las imágenes a la parroquia. Conozco algunos casos en los que ha ocurrido así, pero en este en concreto tan sólo puedo suponerlo.
Imágenes de los
Santos Niños. Vista general y detalle
Otra cuestión a tener en cuenta es que actualmente no se celebra en Palomera la festividad de los Santos Niños, sino la de un Cristo amarrado a la columna que se conserva en una capilla lateral. Mi informante en esta ocasión fue un anciano que aseguró no recordar la celebración de la festividad de nuestros patronos, lo que nos remonta aproximadamente hasta la Guerra Civil o algo antes. La razón que me dio para ello era fácil de entender: A primeros de agosto el pueblo estaba volcado en las tareas agrícolas y les venía francamente mal interrumpirlas para celebrar las fiestas, por lo que decidieron trasladarlas al tercer fin de semana de septiembre, con el Cristo. Claro está que hay en España otros muchos pueblos asimismo agrícolas que celebran por todo lo alto la festividad de nuestros patronos desplazándola, como mucho, al domingo más cercano al día 6 de agosto; por ello, este hecho parece indicar que su culto no debió de estar muy arraigado en Palomera, al menos en fechas recientes.
Y eso es todo lo que he podido averiguar de este curioso caso de culto a los Santos Niños en un lugar tan meridional de la península.
Publicado el 19-9-1998, en el nº 1.588 de
Puerta de Madrid
Actualizado el 8-4-2015