Los Santos Niños en España
La parroquia de Olleros de Sabero (León)





Vista exterior de la parroquia de Olleros de Sabero



Cuando el verano de 2005 mis vacaciones por Asturias llegaron a su fin, se me plantearon dos posibles alternativas: retroceder sobre nuestros pasos hasta llegar a Pajares, volviendo a la meseta por el mismo camino que habíamos llevado a la ida o, aprovechando que estábamos bastante lejos de allí (nos encontrábamos en Covadonga), buscar un camino alternativo que nos permitiera disfrutar de unos paisajes distintos.




Vista de ls espadaña. Fotografía de Juan de la Plaza


Puesto que no teníamos prisa opté por lo segundo, eligiendo el itinerario más directo desde Cangas de Onís: la carretera nacional 625, que remonta el río Sella hasta prácticamente su nacimiento, atravesando la cordillera cantábrica por el puerto del Pontón hasta llegar a Riaño, ya en la provincia de León y en la vertiente del río Esla, para desde allí descender por el valle de este río en dirección a León capital. La ruta merecía la pena a pesar de lo tortuoso de la carretera, compensado eso sí con una ausencia casi absoluta de tráfico, aunque desde luego no me arriesgaría a hacerla en invierno o con prisas.




Galería porticada. Fotografía de Juan de la Plaza


Aunque la motivación de este recorrido no fue otra que la de conocer lugares diferentes a los del viaje de ida, lo cierto es que acarreó unos “efectos colaterales” interesantes. Sabedor de que la provincia de León es con diferencia el lugar de España donde más abundan las iglesias y ermitas consagradas a nuestros patronos, había llevado conmigo mis fichas, aun a sabiendas de que sólo la atravesaría de paso al no tener planeado detenerme en ella. Así ocurrió a la ida, en la que no pude hacer nada, pero a la vuelta tuve más suerte: un rápido cotejo a las fichas me permitió descubrir que la carretera por la que viajaba pasaba muy cerca de Olleros de Sabero -no confundirlo con su homónimo Olleros de Pisuerga, perteneciente a la provincia de Palencia y famoso por su iglesia rupestre, también consagrada a nuestros patronos-, un pequeño pueblo de la cuenca minera leonesa ahora en decadencia, desde el cierre de las minas en 1991, situado en las cercanías de la localidad de Cistierna. Según el mapa para llegar a Olleros bastaría con un breve desvío de apenas diez kilómetros por una carretera comarcal que partía de la nacional remontando un pequeño afluente del Esla, así que hacia allá me encaminé. Llegar a Olleros resultó muy sencillo, nada que ver con las complicaciones de mis recientes andanzas asturianas, y encontrar la iglesia también.




Presbiterio. Fotografía de Juan de la Plaza


No eran muchos los datos de los que disponía a priori, justo es decirlo, habiéndolos encontrado en su mayor parte gracias a Internet. Sabía que su parroquia estaba consagrada a los Santos Niños, cuya festividad se celebra en el pueblo, y que la iglesia, en su origen renacentista -aunque asentada sobre los cimientos de un templo anterior, documentado ya en la Edad Media-, había sufrido profundas modificaciones a lo largo de los siglos, conservándose una lápida fechada en 1647 alusiva a una reedificación de la misma. El 23 de julio de 1936 quedó arrasada, perdiéndose en el incendio -dada la fecha cabe presumir que fuera intencionado- sus valiosos retablos barrocos junto con unas tablas de los Santos Niños y una venerada imagen de Cristo. Una vez terminada la contienda fue necesario someterla a una profunda restauración, abriéndose al culto en 1942. El actual retablo del altar mayor, que sustituye al desaparecido, es de estilo plateresco y procede de la colegiata de San Isidoro, de León.

No acabarían aquí las tribulaciones de la parroquia, ya que al encontrarse en una zona minera el subsuelo sobre el que se asienta está completamente horadado, lo que obligaba a continuas reparaciones, siendo necesario incluso desmontar las bóvedas de piedra sustituyéndolas por otras falsas de yeso más livianas que las originales. La situación llegó a ser tan preocupante que, ante el riesgo de aparición de hundimientos, acabó provocando su cierre en enero de 1999. Tras considerarse incluso su demolición dada la gravedad de su deterioro, finalmente fue sometida a una nueva y profunda restauración, siendo necesario consolidar la cimentación, remodelar fachadas, techumbre y espadaña y realizar obras menores en pórtico, retablo, piso y verjas, tras lo cual fue reabierta de nuevo el 21 de octubre de 2001. Fruto de todas estas reformas, tal como puede comprobarse en las fotografías, su fábrica actual podría calificarse como carente de un estilo arquitectónico definido, conservándose del primitivo edificio tan sólo la cabecera y siendo de factura moderna las tres naves -una peculiaridad en una iglesia tan pequeña- y el pórtico.




Nave de la iglesia. Fotografía de Juan de la Plaza


Al intentar visitar su interior me encontré con el eterno problema con el que suelo tropezar tan a menudo: estaba cerrada a cal y canto. En un bar cercano al que entramos a tomar un café pregunté a la chica que lo atendía, confirmándome ésta que en Olleros el culto a los Santos Niños seguía vivo, al tiempo que me enseñaba un calendario con las fotografías de las imágenes... aunque para mi disgusto no conservaba ningún ejemplar de más que pudiera regalarme. También me facilitó la dirección del párroco, sugiriéndome que me dirigiera a su domicilio para pedirle que me abriera la iglesia.

Eso fue lo que hice, pero la suerte seguía mostrándose esquiva ya que nadie me abrió la puerta. Como no me era posible perder tiempo buscándolo por el pueblo, o bien esperando hasta que volviera, ya que todavía nos quedaban muchos kilómetros por delante, no tuve más remedio que renunciar a mis propósitos abandonando Olleros sin haber podido visitar la iglesia por dentro. Claro está que una vez de vuelta en casa lo primero que hice fue escribirle una carta, comunicándole lo ocurrido al tiempo que le pedía el favor de que me enviara alguna fotografía de las imágenes.




Hornacina de los Santos Niños. Fotografía de Juan de la Plaza


La respuesta se retrasó algún tiempo, pero finalmente me llegó vía correo electrónico junto con la fotografía solicitada, lo que me permitió redactar este artículo, al tiempo que una posterior visita a Olleros de mi amigo Juan de la Plaza me proveyó de un buen surtido de fotografías que me han permitido ampliar notablemente la información gráfica del mismo.

Como puede apreciarse, las imágenes son de factura moderna, ya que como ha sido comentado las originales se perdieron en 1936. Sin embargo, y a diferencia de otros lugares que pasaron por idénticos avatares, en los cuales las actuales imágenes parecen ser poco menos que de serie -probablemente de Olot- ya que todas ellas suelen ser muy similares las unas a las otras, en este caso resultan bastante más originales que sus coetáneas, aunque respetan la iconografía clásica de nuestros mártires, ataviados con vestimentas romanas -incluso con petos legionarios- y portando los atributos habituales, las tablillas escolares y las palmas del martirio, ausentes estas últimas en el momento en que fueron tomadas las fotografías pero claramente definidas por la posición de las manos. En resumen, se trata de unas buenas tallas por más que todavía carezcan de la pátina del tiempo.




Imágenes de los Santos Niños. Fotografía remitida por el párroco de Olleros


Otra peculiaridad de estas imágenes consiste en que, pese a representar a los santos titulares del templo, no se encuentran en el altar mayor, ocupado por un Calvario, sino en una sencilla hornacina que se abre en el testero de la pequeña nave lateral, quizá por su difícil encaje en un retablo que, como he comentado, fue traído de otra ubicación, probablemente ya con sus propias imágenes.

Y eso es todo por el momento, aunque sin duda, vuelvo a repetirlo, la provincia de León, y en especial el norte de la misma, puede depararnos todavía muchas más sorpresas.


Publicado el 4-2-2006, en el nº 1.939 de Puerta de Madrid
Actualizado el 26-5-2008