Los Santos Niños en “Yo soy español







Durante gran parte de su existencia, y sobre todo en los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil, el franquismo, como buen régimen totalitario que era, intentó adoctrinar a los niños españoles con unas enseñanzas acordes con sus principios, es decir, completamente reaccionarias desde el punto de vista político, religioso o social, llegando a unos extremos que hoy no tienen por menos que dejarnos perplejos... y que en la práctica sirvieron para bien poco, puesto que la mayor parte de los chavales sometidos a estos intentos de lavado de cerebro -juzgo por mí mismo- nunca se lo llegaron a tomar realmente en serio.

Uno de los libros de texto de la época que resultan paradigmáticos del tema que estamos tratando es sin duda el titulado “Yo soy español”, escrito por Agustín Serrano de Haro -inspector jefe de Primera Enseñanza de la provincia de Granada, según figura en los créditos- e ilustrado por José López Arjona. Publicado por la Editorial Escuela Española, formaba parte de la denominada La biblioteca del párvulo y estaba dirigido a niños pequeños de seis años de edad, tal como rezaba su subtítulo: El libro del primer grado de historia. La primera edición tuvo lugar en 1943 y el libro debió de ser bastante popular -tengo vagos recuerdos de haberlo leído en alguna ocasión- ya que se siguió reeditando hasta 1966, alcanzando al menos las 26 ediciones.

Pese a lo tierno de la edad de sus lectores potenciales, el autor no se andaba con rodeos a la hora no sólo de adoctrinarlos políticamente, sino también de plantear en toda su crudeza temas que hoy consideraríamos no ya políticamente incorrectos, sino directamente escabrosos y desde luego nada aptos para un público infantil... evidentemente eran otros tiempos. Eso sí, algunos de los capítulos más controvertidos, como el dedicado a santo Dominguito del Val, presuntamente martirizado por los judíos de Zaragoza en 1250, serían suavizados en ediciones posteriores.

Por fortuna el capítulo que aquí nos interesa, el de los Santos Niños, es relativamente aceptable en comparación con otros, por más que no se ahorren detalles acerca de su martirio ni en el texto ni en los dibujos. Reproduzco a continuación tanto el texto como las ilustraciones originales, sin hacer ningún tipo de comentarios.




¿Serías capaz de hacer esto tú?





Hasta los niños daban con gusto su vida por Jesús.

Justo y Pastor eran dos hermanos que vivían en Alcalá de Henares, un pueblo que hay cerca de Madrid. Uno tenía nueve años y otro siete.

Llegó allí un Gobernador de Roma que decía que iba a matar a todos los cristianos. Y los dos niños, que eran muy valientes, mucho más valientes que los romanos, se fueron al palacio del Gobernador a decirle que ellos eran cristianos.

El Gobernador mandó que los azotaran. Mientras les daban terribles azotes con duras cuerdas, Justo decía a su hermano:

-No temas este tormento, que el Señor nos llevará en seguida a disfrutar en el Cielo.

Y Pastor decía a Justo:

-Todo me parece poco por Jesucristo.

Entonces el Gobernador, lleno de ira, mandó que los sacaran al campo y que a media noche les cortaran la cabeza.

Y los niños murieron tan contentos porque daban su vida por Jesús.

¡Eso sí que es ser valientes! ¡Eso sí que es amar a Dios!





SUGERENCIAS PARA EL TRABAJO.- La dulce epopeya a que se refiere esta lección está muy al alcance de los niños pequeños, no sólo por ser también los niños los protagonistas, sino porque el corazón infantil está siempre más pronto que el nuestro para vibrar enérgicamente ante la rotundidad simplista de los hechos heroicos. -El diálogo, el comentario, los encauzará cada Maestro según aconseje o exija la marcha de la lección, cuyo gran valor se procurará que sea el valor de la ejemplaridad. -Explicar las palabras «gobernador», «azotar». -Frase sintética: «MUCHOS MILES DE NIÑOS HAN DADO LA VIDA POR JESUCRISTO.»


Publicado el 11-2-2009