Valladolid, la histórica capital castellana, atesora una gran cantidad de patrimonio artístico, algo que no es de extrañar dada su gran importancia -llegó a ser capital de España entre 1601 y 1606- a lo largo de los siglos. Hoy, con casi 300.000 habitantes, es la principal población de Castilla León, así como la sede de su gobierno autonómico.

Portada y retablo de la iglesia del convento de las Descalzas Reales de Valladolid. Fotografías tomadas de la Wikipedia izquierda y derecha

Sin embargo, y pese a que son numerosos los lugares de su provincia, tanto poblaciones como despoblados y topónimos, vinculados de alguna manera a los Santos Niños, durante mucho tiempo tuve a Valladolid como ajena a los mismos, lo que no dejaba de ser sorprendente.

Finalmente descubrí que esa vinculación existía, aunque en tono menor. No hay en Valladolid ninguna iglesia, parroquia o no, consagrada a los mártires complutenses, ni hasta donde yo sé la hubo tampoco en tiempos pretéritos. Tampoco tienen consagrado ningún altar, ni cuentan con cofradía alguna. Pero sí existe iconografía de los mismos, en concreto dos parejas de bustos.

La historia de su descubrimiento, en lo que a mí respecta, fue un tanto detectivesca. Al escribir la primera versión del artículo en julio de 2010, encontré en el Catálogo monumental de la provincia de Valladolid¹ el escueto dato de que en el convento de las Descalzas Reales de Valladolid se conservaban unos bustos de los santos Justo y Pastor, en barro cocido y 25 cm de altura, datados en el primer cuarto del siglo XVII. Este convento franciscano -sus ocupantes son monjas clarisas- fue fundado en Villalcázar de Sirga, una población perteneciente a la vecina provincia de Palencia- en 1550, trasladándose a Valladolid dos años más tarde siendo su patrono el conde de Osorno. La comunidad religiosa se asentó frente a la Chancillería, entre las actuales calles de Ramón y Cajal, San Martín y del Prado, y a principios del siglo XVII, coincidiendo con el traslado de la corte a Valladolid, Felipe III y su esposa Margarita de Austria asumieron el patronazgo del convento -de ahí viene lo de Real-, reedificándolo de nueva planta bajo trazas de Francisco de Mora.

Poco más es lo que he podido encontrar sobre ellos, salvo la confirmación de su existencia en las fichas de los segundos bustos de los que hablaré a continuación, y lamentablemente carezco de fotografías suyas y tampoco he conseguido encontrar referencias en la documentación consultada sobre el convento.

Bustos de los Santos Niños del Museo Nacional de Escultura
Fotografía tomada del catálogo del museo

No es éste el caso de los que se conservan en el Museo Nacional de Escultura, en cuyo catálogo se encuentran las fichas² de ambos y de donde he obtenido la información sobre ellos, tanto el texto como las fotografías. Según estas fichas están elaborados en barro policromado sobre una peana de madera y, lo más destacable en comparación con otros similares, las caras frontales de las peanas son sendos relicarios, un detalle importante que los diferencia de otros.

Relicario del busto de san Justo
Fotografía tomada del catálogo del museo

Los detalles técnicos son los siguientes, idénticos para ambos: barro modelado cocido y policromado de 42 cm de altura, 27,5 de anchura y 20 de profundidad y un peso de 5,5 kg, cabe suponer sin las peanas. Están datados en el último cuarto del siglo XVII, y en los relicarios aparece un escudo simplificado del Carmen Descalzo con la divisa de la orden: Zelo, zelatus sunt pro Domino Deo exercitum, tomado de un pasaje bíblico en el que se relata la vida del profeta Elías.

Relicario del busto de san Pastor
Fotografía tomada del catálogo del museo

Por consiguiente su procedencia es clara, un convento carmelita descalzo, pero el museo desconoce de cual, por lo que tampoco es posible profundizar más en este campo.

Bustos de la ermita del Cristo de los Doctrinos

Sin embargo, sí podemos especular con el detalle de que estos bustos presentan una gran similitud con los que se conservan en la ermita alcalaína de los Doctrinos, aunque no son del todo idénticos. Puesto que se desconoce la procedencia de unos y otros nada se puede determinar respecto a un hipotético origen común, e incluso si los conservados en el museo vallisoletano pudieran haber pertenecido en su momento a alguno de los conventos carmelitanos de Alcalá.

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¹ Catálogo monumental de la provincia de Valladolid. Tomo XIV, segunda parte. Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid (conventos y seminarios). Juan José Martín González. Diputación Provincial de Valladolid. Valladolid, 1987.
² Números de inventario CE0714 y CE0715.