El Atom S-2




Número 56 de la colección y novela prototipo del modelo que posteriormente desarrollaría Enguídanos una y otra vez: un futuro inmediato (es decir, estrictamente contemporáneo de la narración) en el que surge un elemento futurista que distorsiona el normal discurrir de los acontecimientos para, una vez resuelta la crisis, continuar adelante como si no nada hubiera ocurrido... Dicho con otras palabras, la irrupción del elemento que introduce la ciencia ficción en la novela será tan sólo un breve paréntesis sin consecuencias definitivas.

El Atom S-2 al que hace referencia el título es el segundo submarino atómico construido por los Estados Unidos... El Atom S-1 es, obviamente, el celebérrimo Nautilus, con lo que Enguídanos introduce un elemento real en la narración que hace que ésta aparezca más verosímil. Pero centrémonos en el argumento. El submarino Tritón, segundo de la serie tras su gemelo Nautilus, es botado e inicia una travesía de pruebas llevando en su interior no sólo a su tripulación, sino también a un grupo de científicos participantes en el proyecto. El viaje aparenta ser en principio rutinario, pero pronto tendrán lugar una serie de acontecimientos que acabarán convirtiéndolo en singular.

Ocurre que, como se sabrá más adelante, los científicos han decidido renegar de su colaboración en la construcción de un artefacto destinado a hacer la guerra, constituyendo una especie de fraternidad pacifista armada... Es decir, autoerigiéndose en una especie de policía universal capaz de sofocar todos los intentos belicistas amagados por cualquier potencia del globo incluidos, claro está, los propios Estados Unidos. Para tan quijotesco fin cuentan con dos bazas: Un mortífero rayo desintegrador desarrollado en secreto y el submarino atómico recién botado... Del cual se apoderan merced al expeditivo método de narcotizar a la tripulación gracias a unos gases anestésicos distribuidos por todo el sistema de ventilación de la nave.

Ya en poder del submarino y con su tripulación prisionera, los científicos rebeldes se dirigen hasta una base secreta donde desembarcan a los cautivos, instalando a continuación en el buque su mortífera arma. Para dar más dramatismo a la narración Enguídanos hace que tanto el suegro como la esposa del protagonista formen parte del grupo de los amotinados, los cuales además le matarán más adelante a un hermano.

Pero no nos adelantemos. Los marinos son repatriados y exculpados de toda responsabilidad por la pérdida del submarino, pero ni la Armada ni el gobierno de los Estados Unidos se toman en serio en un principio los disparatados proyectos de los rebeldes... Ni siquiera cuando éstos envían un ultimátum a la ONU amenazando con destruir a cualquier barco, civil o militar, que intente atravesar el Atlántico. Sin embargo hablan completamente en serio, y para demostrarlo aniquilan poco después a toda una flota norteamericana que estaba precisamente buscándolos. Cuando la desintegración de un numeroso grupo de barcos y aviones se convierte en una realidad los diferentes gobiernos comienzan a preocuparse ante una situación a la que no se le ve un posible final, ya que las propias características del submarino atómico le hacen poco menos que invulnerable ante cualquier otro buque convencional.

Sin embargo, todavía existe una posibilidad. El Atom S-1, es decir, el Nautilus, que existió realmente y se hizo famoso gracias a su travesía polar, que es gemelo del submarino rebelde y cuenta por ello con idénticas prestaciones junto con una apreciable ventaja: Su dotación de armas está completa, mientras el Tritón carece de ellas ya que su primer y único viaje había sido únicamente de pruebas y como tal iba desarmado, aunque esta desventaja inicial está compensada con el mortífero rayo del que este último está provisto.

Una cruel ironía del destino pone al protagonista al mando del submarino con el que debe intentar destruir a la nave rebelde, en la cual viajan su suegro y su esposa. Tras una serie de peripecias que nada en especial aportan a la narración, el submarino fugitivo es finalmente destruido por los torpedos de su gemelo, con lo que la amenaza queda de este modo eliminada... A la par que la ilusión del protagonista, un auténtico héroe de tragedia griega muy en la línea de las trágicas vidas de los Aznar.

En esta novela, al igual que ocurre en otras de su autor, resulta fácil encontrar la influencia mutua existente entre la Saga de los Aznar por un lado y las obras independientes de Enguídanos por otro; el rayo desintegrador con el que es equipado el Tritón no es sino un proyector de rayos Z, una de las principales armas descritas en la Saga hasta la posterior aparición de la luz sólida, arma esta última descrita por vez primera no en la Saga sino en otra novela independiente -“Ellos” están aquí-, donde también aparecen unos extraterrestres que servirían más tarde de modelo para los sadritas. ¿Autoplagio? Quizá, pero positivo puesto que el conjunto de la obra de Enguídanos se enriquece con ello.


Publicado el 1-11-1998 en el Sitio de Ciencia Ficción