Muerte en la estratosfera




Número 27 de la colección y una de las más curiosas e interesantes aportaciones de Enguídanos a la misma. Ya en el prólogo el autor advierte que no se trata de una novela fantástica sino futurista, y tiene toda la razón ya que en ella se intenta describir de una forma completamente verosímil el desarrollo de la Tercera Guerra Mundial (o la Primera Guerra Atómica), en un futuro cercano, entre los Estados Unidos y las fuerzas coaligadas de la URSS y China. El principal aliciente de la novela es que en ella Enguídanos se muestra total y absolutamente riguroso en su desarrollo, de forma que nada se le puede reprochar conforme a lo que se pensaba en el momento en el que la novela fue escrita: en plena guerra de Corea y con la guerra fría en su momento álgido, resultaba realmente verosímil creer en una inminente guerra atómica entre las dos superpotencias mundiales.

Además Enguídanos volvió a hacer un alarde de conocimientos técnicos, aeronáuticos en este caso, describiendo con soltura los aviones de su futuro inmediato; que estos aparatos coincidan mejor o peor con los actuales es algo completamente intrascendente, ya que lo cierto es que Enguídanos se desenvolvió con una enorme dignidad en este difícil campo en el que cualquier compañero suyo de colección hubiera fracasado estrepitosamente: No se trataba de ser entretenido sino de ser verosímil, cuestión ésta que Muerte en la estratosfera cumple a la perfección. Nos encontramos, pues, ante una pequeña obra maestra.

En lo que respecta al argumento, éste es muy sencillo: se limita a describir, a través de las vivencias personales de un aviador norteamericano, los primeros momentos de la Tercera Guerra Mundial. Veremos aquí cómo la coalición entre la URSS y China declara la guerra a Estados Unidos comenzando a destruir con bombas atómicas las ciudades de este país, y cómo la escuadrilla de futuristas (para entonces) aviones comandada por el protagonista lucha por impedirlo. La novela, por último, no termina con el final de la guerra sino que, muy inteligentemente, Enguídanos deja un final abierto describiendo la victoria de los norteamericanos en la primera batalla al tiempo que insinúa que la victoria final caerá del lado de los mismos.

En resumen: Nos encontramos frente a una excelente novela por más que la misma se salga casi por completo de los esquemas habituales de este tipo de colecciones, así como también de un hecho singular dentro de la propia obra de su autor. Que la misma haya quedado completamente obsoleta tanto desde el punto de vista político (¡pobre Rusia y sorprendente China!) como tecnológico no le hace desmerecer lo más mínimo ya que, en el momento en el que fue escrita, resultaba ser completamente verosímil. Afortunadamente, Enguídanos se equivocó.


Publicado el 1-11-1998 en el Sitio de Ciencia Ficción