Luna ensangrentada




Número 198 de la colección. En realidad no es ésta la novela que Enguídanos publicó inmediatamente después del El Nuevo Poder, ya que entre ambas se encuentra con el número 195 Intrusos siderales; pero puesto que esta última novela contó con una secuela aparecida con posterioridad a Luna ensangrentada (Diablos en la ionosfera, número 199), no va a ser tratada aquí dado que en este capítulo únicamente han sido consideradas las novelas individuales. Realmente no es lógico que Enguídanos intercalara Luna ensangrentada entre dos novelas que forman una miniserie ya que lo más normal es que hubiera sido publicada bien antes, bien después de ambas; pero lo cierto es que sucedió así ignoro por qué.

Vayamos al argumento. El relato se inicia en Marte, un Marte moribundo pero todavía relativamente habitable en el cual una compañía privada de nacionalidad alemana (curiosa innovación que retoma la nacionalidad de los protagonistas de Intrusos siderales) ha construido una base a la cual trae de vacaciones a turistas extravagantes... Y millonarios, puesto que el coste del viaje no está precisamente al alcance de cualquiera. Estando allí un grupo de visitantes llega por radio la terrible noticia: Ha estallado la guerra nuclear (recordemos que la novela está escrita en 1961, es decir, en plena guerra fría) y las principales ciudades del planeta han quedado arrasadas por las bombas atómicas.

Puesto que la mayor parte de los turistas son de nacionalidad norteamericana, a petición suya los responsables de la compañía deciden llevarlos inmediatamente de vuelta a la Tierra en lugar de esperar en Marte la evolución de los acontecimientos tal como prudentemente recomendaban algunos. Al llegar a la Luna, donde la compañía tiene su base espacial, los problemas comienzan a aparecer: Un grupo de soldados norteamericanos desertores ha asaltado la base matando a todos sus ocupantes y ahora intenta capturar a los pilotos para obligarlos a trasladarles a Marte, único lugar seguro ya que la atmósfera de la Tierra está contaminada radiactivamente.

Los pilotos consiguen conjurar el peligro matando a todos los desertores y entonces reciben órdenes desde la Tierra conminándoles a trasladarse a la base terrestre con todos los pasajeros. Así lo hacen no sin algún que otro incidente con alguno de ellos, descubriendo al llegar que la situación en el planeta no puede ser más crítica: La radiactividad envenena todo el planeta condenando a muerte en escasos meses a todos sus habitantes. El dueño de la compañía ha planeado enviar un pequeño grupo de colonos a Marte de forma que puedan mantener viva la civilización hasta que se pueda repoblar a la Tierra, razón por la que ha elaborado una lista de personas que puedan aportar sus conocimientos de forma que la colonia marciana no acabe cayendo en la barbarie.

Tras una dramática búsqueda de los elegidos, alguno de los cuales renuncia a ir a Marte dejando su lugar a la novia del protagonista (uno de los pilotos de los cohetes) y tras tener que luchar con una muchedumbre desesperada que intenta infructuosamente encontrar un hueco en las lanzaderas que transportan a los elegidos a la Luna, el embrión de la colonia que deberá sobrevivir en Marte hasta que pueda repoblar a la Tierra parte hacia su destino.

Esta novela es sin duda una de las mejores de Enguídanos, y en ella el autor consigue transmitir muy vívidamente la angustia de un planeta completamente destrozado y condenados los supervivientes a una muerte lenta por envenenamiento radiactivo mientras la única esperanza que le queda a la humanidad, la formación de una pequeña colonia marciana, enfrenta a los que se consideran con derechos para formar parte de la misma. En definitiva, se trata de una obra muy digna que está a gran distancia de otras mucho más adocenadas del mismo autor.


Publicado el 6-11-1998 en el Sitio de Ciencia Ficción