Un mensaje en el espacio




Número 182 de la colección. Enguídanos, siempre inquieto a la hora de barnizar sus relatos con argumentos científicos de actualidad, recurre aquí al conocido proyecto OZMA que, por la época en la que fue escrita esta novela, intentó infructuosamente registrar señales de radio procedentes de culturas extraterrestres. El proyecto real se saldó con el más absoluto de los fracasos, pero como es natural en la novela ocurre de otra forma.

Así, los responsables del radiotelescopio detectan un buen día unas señales que constituyen una clave aritmética sencilla la cual, una vez entendida, completan. La astronave que emite las señales recoge su respuesta, la da por correcta y desciende a la Tierra aterrizando en el golfo de México. Trasladada a una base norteamericana de Florida, la nave es abierta y su tripulante, aparentemente muerto, extraído de la misma. Aquí Enguídanos no se complicó demasiado la vida, puesto que el extraterrestre es una copia exacta de los hombres planta de Las estrellas amenazan, su novela anterior, sin más que un "ligero" cambio de escala, puesto que éste mide ahora del orden de los diez metros de altura.

Al cabo de varios días descubren que el extraño ser no está muerto sino simplemente aletargado y que poco a poco va despertando. Los científicos opinan que sus intenciones son pacíficas y que sólo desea entrar en contacto con los terrestres, pero los militares adoptan medidas poco diplomáticas tales como encadenarlo tal como hicieran los liliputienses con Gulliver. Cuando finalmente el hombre-planta recupera completamente su consciencia, y sin que medie provocación alguna por su parte, es hostigado por los soldados que le custodiaban y huye de su encierro. Tras vagar por los alrededores de la base y ser atacado incluso con tanques, descubre su astronave, se introduce en ella y huye cual alma que lleva el diablo, pensando se supone que los terrestres son unos salvajes con los cuales es imposible tratar.

Resulta curioso comprobar cómo Enguídanos, partiendo de unas premisas muy similares a las planteadas en Las estrellas amenazan, da la vuelta a la tortilla convirtiendo a los extraterrestres invasores en un pacífico visitante y a los heroicos terrestres invadidos en unos salvajes que atacan al gigante intentando destruirlo sin darle tiempo ni tan siquiera a comunicarse con ellos. El argumento de Un mensaje en el espacio no es nada habitual en la ciencia ficción de serie B, y desde luego es lo más interesante de una novela que en lo demás adolece del vicio más común de Enguídanos, el de extenderse en detalles más o menos nimios durante gran parte de la novela para luego desarrollar lo verdaderamente interesante en las veinte o treinta últimas páginas, lo que hace que la narración resulte arrebatada y floja.


Publicado el 6-11-1998 en el Sitio de Ciencia Ficción