Antropólogo y arqueólogo valerano, padre de Silvana Castillo. Tuvo una importante participación, junto con su hija, en las excavaciones de las ciudades perdidas del circumplaneta. Aunque inicialmente se burló de Eladio Ross, su futuro yerno, cuando éste expuso sus heterodoxas teorías sobre la civilización extinta del circumplaneta, más tarde tuvo que rendirse a la evidencia tras el descubrimiento de Izrail (El ángel de la muerte).

Enfrentándose a la oposición del gobierno valerano, colaboró con Miguel Ángel Aznar Polaris en la resurrección de los supervivientes barpturanos (Los nuevos brujos). No se tienen noticias suyas hasta que, mucho más tarde, fue exiliado, junto con los Aznar y sus simpatizantes, en el circumplaneta Atolón mientras Valera volvía a la Tierra (Supervivencia). Tras los episodios de las guerras contra los thorbods, formó parte de la expedición que, a bordo del crucero Coimbra, exploró el hiperplaneta (La civilización perdida, Horizontes sin fin y El refugio de los dioses).