Francisco Cervera
General español, hombre de confianza del presidente de la Federación Ibérica, encargado de recibir en el aeropuerto de Madrid a los tripulantes del Rayo en representación del gobierno de su país. Después de deparar un entusiasta recibimiento a Miguel Ángel Aznar de Soto y sus compañeros, al serle comunicado por éstos su intención de destruir la ciudad de Jakust y eliminar al dictador asiático, les proporcionó el apoyo que precisaban para llevar a cabo su plan.
Tras escoger las tropas que formarían parte del ataque, aceptó la solicitud de Miguel Ángel Aznar de Soto de acoger en la retaguardia a Bárbara Watt y Else von Eicken, con objeto de protegerlas de cualquier peligro, mientras él se embarcaba en el Rayo. Fue entonces cuando expuso su plan, según el cual después de que los torpedos terrestres abrieran una brecha en la coraza de Jakust los aviones ibéricos lanzarían en ella las bombas que destruirían la ciudad. Su negativa a la propuesta de Miguel Ángel Aznar de Soto de derribar los aviones espías de la Unión Africana que salieron a su encuentro sobre el Mediterráneo frustró la sorpresa en el ataque a Jakust, aunque no comprometió la victoria. Durante la batalla ejerció el mando de los bombarderos ibéricos que dieron el golpe de gracia a la capital asiática, ya con sus defensas muy dañadas por los torpedos terrestres (La horda amarilla).
Durante los meses siguientes al final de la guerra colaboró con Miguel Ángel Aznar de Soto en la creación de la Policía Sideral, un ejército interplanetario que aseguraría la paz en el Sistema Solar. Al saber que Pedro Mendizábal había descubierto dedona en el asteroide Eros, y después de que el profesor Erich von Eicken lo confirmase, ordenó ocuparlo militarmente e hizo llamar al geólogo con el fin de encargarle, junto con la comandante Berta Anglada, la explotación del yacimiento. A partir de este momento, no se vuelven a tener más noticias sobre su persona (Policía sideral).
Publicado el 13-8-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción