Bill Ley
Hijo de Edgar Ley, empleado del magnate aeronáutico Harry Tierney. Colaboró con el ingeniero Thomas Dyer en la construcción del Lanza P-50, y posteriormente acompañó a Venus a su padre en la expedición encabezada por Harry Tierney y Miguel Ángel Aznar de Soto. Una vez en Venus participó con sus compañeros en la guerra de los saissais contra los hombres grises, así como en su accidentada huida del planeta (La ciudad congelada).
En Ragol, el planeta vagabundo que los había capturado durante su viaje de retorno a la Tierra, formó parte del grupo que se dirigió a investigar la ciudad que habían descubierto después de su forzoso aterrizaje, que estaba habitada por robots asesinos. A su regreso, y mientras la parte del grupo encabezada por Miguel Ángel Aznar se refugiaba en las montañas, él fue obligado por su padre a quedarse en el Lanza, siendo capturado por las zapatillas volantes enemigas que habían acudido en respuesta al mensaje de radio enviado imprudentemente por Harry Tierney.
Llevados prisioneros a la comandancia de la ciudad de los robots, fueron finalmente liberados por el resto de los miembros de la expedición, que habían logrado evitar a sus enemigos. Lamentablemente, al intentar salir del edificio donde se encontraban recluidos, adelantándose al resto del grupo, cayó fulminado en el umbral por una barrera de rayos que protegía la entrada al mismo (Cerebros electrónicos).
En la segunda edición de la Saga participó asimismo en la expedición a Venus realizada con el Lanza (El planeta misterioso), compartiendo sus aventuras posteriores en Ragol, donde también falleció, aunque de una forma completamente diferente. Se encontraba junto a los restos del Lanza, inutilizado tras estrellarse en la superficie helada del planeta, cuando fue atacado por una zapatilla volante pilotada por un robot, muriendo antes de que sus compañeros pudieran auxiliarlo abatiendo a su enemigo (Cerebros electrónicos).
Publicado el 25-6-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción