Capitán de navío de la fuerza expedicionaria valerana desplazada al Sistema Solar con objeto de liberar a la humanidad del yugo thorbod. Comandaba el acorazado Veracruz, buque insignia de una flotilla que patrullaba entre la Tierra y Júpiter, cuando trabó combate con una fuerza naval enemiga, erróneamente tomada por thorbod, que resultó ser nahumita. A diferencia de los buques de los hombres grises éstos poseían idéntico potencial ofensivo y defensivo que las naves valeranas, lo que provocó la aniquilación de ambas flotas y la muerte de todos los astronautas valeranos a excepción del capitán Pocaterra y un puñado de sus tripulantes, los cuales lograron aterrizar sanos y salvos en Ganímedes a bordo de un bote salvavidas.

Una vez allí, mientras parte de los náufragos retornaban a la Tierra en busca de ayuda el resto de los mismos, encabezados por el capitán Pocaterra, desembarcaron el en satélite a la espera de ser rescatados. Poco después capturaron a Iowa, superviviente de la armada enemiga, que resultó pertenecer a un pueblo hasta entonces desconocido -los nahumitas- llegados hasta el Sistema Solar con el deseo de aniquilar a la Bestia Gris, su enemigo secular, sin importarles llevarse por delante a todos los humanos que yacían bajo su yugo.

Deseoso de advertir a sus superiores sobre la nueva amenaza, el capitán Pocaterra urdió un plan. Fingiéndose esclavos fugitivos los redentores pidieron ayuda a Iowa para huir y, tras capturar un platillo volante abandonado por los thorbods, viajaron hasta el lugar en que se refugiaba la poderosa flota nahumita, donde fueron interrogados. Al ser trasladados de nuevo a Ganímedes se apoderaron de la nave que los transportaba y huyeron en dirección a la Tierra, siendo rescatados por una patrulla redentora.

A partir de este momento se desconocen nuevos datos sobre su vida, aunque todo parece indicar que contrajo matrimonio con la teniente de navío Ana Iriarte, tercer oficial del Veracruz (Venimos a destruir el mundo).