Erich von Eicken



Sabio alemán nacionalizado estadounidense. Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó junto con Werner von Braun, y junto con él fue trasladado a los Estados Unidos al finalizar el conflicto. Afincado en este país, entró a trabajar para la compañía de Harry Tierney, donde aplicó los frutos de sus investigaciones anteriores para colocar a la Tierney Air Company entre una de las mejores constructoras mundiales de aviones.

Sin duda, el secreto más importante que rescató de la Alemania nazi fue la fórmula de un combustible revolucionario para motores cohete, a partir del cual desarrolló los motores utilizados por el Lanza, en el que se embarcó como integrante de la expedición a Venus llevando con él a su hija Else.

Al llegar al planeta fue uno de los descubridores de la ciudad congelada de los saissais, ayudando al profesor Louis Frederick Stefansson a manipular las máquinas que mantenían a los saissais hibernados, logrando que éstos volvieran a la vida (La ciudad congelada).

Una vez abandonado Venus camino de la Tierra descubrió Ragol, un planeta errante que se movía más rápido que la luz. Aunque advirtió a sus compañeros del peligro que corrían de verse arrastrados por éste, no pudo evitar que la catástrofe se consumara, naufragando el Lanza en el planeta sin que pudieran hacer nada por evitarlo. Ya en la superficie de Ragol, formó parte del grupo que, encabezado por Harry Tierney, fue capturado por los robots que lo habitaban al tratar infructuosamente de entrar en contacto pacífico con ellos. Tras ser rescatado de su cautiverio, junto con sus compañeros, por Miguel Ángel Aznar, se opuso al propósito del profesor Louis Frederick Stefansson de destruir a la totalidad de los hombres mecánicos, argumentando que esto no era necesario ya que, a excepción de los rebeldes de la última generación, todos los demás se limitaban a obedecer las órdenes que recibían, por lo que podrían serles de utilidad para sobrevivir en el planeta (Cerebros electrónicos).

Cinco años más tarde retornó a la Tierra, junto con sus compatriotas y un pequeño grupo de saissais habitantes de Ragol, en el autoplaneta Rayo, descubriendo con estupor que, a causa de los efectos relativistas, en nuestro planeta habían transcurrido seis siglos y medio, encontrándose al borde de una guerra nuclear entre las potencias occidentales y un hostil imperio asiático. Tras desatarse el conflicto bélico colaboró con sus compañeros, aunque sin tomar parte activa en las batallas que tuvieron como resultado la victoria de las potencias occidentales sobre el peligro oriental (La horda amarilla). Terminada la guerra, fue quien descubrió la existencia de dedona en las muestras del mineral que la expedición de Pedro Mendizábal trajo de Eros, lo que motivó la ocupación militar del asteroide y la explotación de sus yacimientos minerales, responsabilizándose Miguel Ángel Aznar y sus compañeros del Rayo de la protección del mismo frente a los ataques thorbords (Policía sideral).

A partir de ese momento ya no se disponen de más datos acerca del profesor von Eicken, aunque cabe suponer que continuara dedicándose a la investigación sobre la dedona hasta que tuvo lugar la derrota de los terrestres frente a los thorbods (la abominable Bestia Gris).

En la segunda edición de la Saga de los Aznar el profesor Erich von Eicken aparece por vez primera en El planeta misterioso, asimismo como un alemán emigrado a Estados Unidos que colaboraba con Harry Tierney, no existiendo cambios relevantes en su biografía en relación con la versión original, salvo en lo referente a las modificaciones a la trama general introducidas por el autor.


Publicado el 19-10-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción