Ghuros



Los ghuros son otros de los habitantes del Circumplaneta, y los últimos en aparecer a excepción de los tardíos thorbods. Su llegada a Atolón tiene lugar en algún momento entre las dos visitas que realiza Valera lo cual, teniendo en cuenta que entre ambas ha transcurrido un millón de años, deja realmente mucho margen.

Los ghuros, descritos por vez primera en Un millón de años, son unos seres anfibios de enigmáticas costumbres que reciben a Valera de forma hostil. No son los responsables de la aniquilación de la cultura de los tapos, pero tampoco hacen demasiado en favor suyo; en realidad viven al margen de las luchas continuas entre mantis y tapos, refugiados en sus ciudades asentadas en las costas de los continentes del Circumplaneta. Poseedores de una tecnología muy avanzada (Enguídanos da aquí una muestra de gran originalidad al imaginar sus astronaves como unas enormes esferas construidas con cemento en lugar de la omnipresente dedona), suponen un serio rival para los valeranos, que pretenden disputarles, al igual que a las mantis, el control del Circumplaneta.

Las luchas entre los valeranos (y sus descendientes los renacentistas) y los ghuros se extienden durante varias novelas (La rebelión de los robots, ¡Supervivencia! y ¡Thorbod, la raza maldita!), pero al contrario de lo que ocurría en la primera parte de la Saga e incluso en la etapa inicial de la segunda, Enguídanos da aquí un giro radical en su tradicional incompatibilidad entre humanos (terrestres o valeranos) y la totalidad de las razas galácticas, evolucionando hacia un entendimiento entre ellas. La concordia entre humanos y ghuros, los cuales no son realmente belicosos y desean vivir en paz con la totalidad de los habitantes de Atolón, viene de la mano de los tapos, mientras los renacentistas se niegan en redondo a confraternizar con un enemigo al que siguen combatiendo. La irrupción de los thorbods, que no distinguen entre razas a la hora de invadir el Circumplaneta, refuerza la alianza entre tapos y ghuros, iniciada en ¡Thorbod! La raza maldita y continuada en Los últimos de Atolón y Guerra de autoplanetas. Finalmente ghuros, tapos e incluso thorbods acabarán conviviendo pacíficamente en un Circumplaneta en el que hay sitio para todos. Al igual que ocurriera con las mantis, al desarrollarse la etapa final de la Saga lejos del Circumplaneta los ghuros no vuelven a aparecer en ella.


Publicado el 22-1-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción