Con tan desenfadado nombre, debido a una forma que recuerda a este popular alimento, han bautizado los astrónomos al objeto IRAS 17163-3907, descubierto en 1983 por el observatorio espacial IRAS y estudiado recientemente, a gran resolución, con el telescopio de última generación instalado en el observatorio chileno de Cerro Paranal. Se encuentra situada a una distancia de unos 13.000 años luz, en la constelación zodiacal de Escorpio.

En realidad la Nebulosa del Huevo Frito es una estrella hipergigante amarilla de dimensiones auténticamente ciclópeas: supera al Sol veinte veces en masa, mil veces en diámetro y 500.000 veces en luminosidad, lo que la convierte en una de las 30 estrellas más brillantes del firmamento en el rango espectral del infrarrojo. La monstruosa estrella está rodeada de una doble capa de polvo, tan grande como todo el Sistema Solar, que es la que le da su llamativa apariencia, semejando ser una yema rodeada por la correspondiente clara.