Una postal de la Casa de Cervantes en los años cincuenta
Anverso y reverso
de la postal de la Casa de Cervantes
Recientemente compré en internet una postal de la Casa de Cervantes. Aunque éste es uno de los motivos más comunes en las colecciones publicadas a partir de los años sesenta -el museo fue inaugurado en 1956-, ésta se salía de lo común, razón por la que me llamó la atención. Y es que, a diferencia de las postales más modernas, que suelen mostrar una vista de la fachada principal de la calle Mayor, la que yo compré era anterior a esta fecha, por lo que reproducía una fotografía de ésta antes de que fuera restaurada; de ahí su interés, máxime teniendo en cuenta que es la única que conozco de estas características.
Antes de seguir adelante, conviene hacer un poco de historia. Pese a que desde mediados del siglo XVIII se sabía que Miguel de Cervantes había nacido en Alcalá, durante dos siglos se desconoció la ubicación exacta de su casa natal. Existía, eso sí, una tradición apócrifa que la situaba en lo que fuera la antigua huerta del convento de los Capuchinos, hoy ocupada en parte por el Teatro Salón Cervantes y el resto por lo que fuera la antigua terraza de verano contigua a éste.
Esta tradición carecía de la menor base histórica. Aunque la fundación del convento fue posterior al nacimiento de Cervantes, sus edificaciones, conservadas todavía hoy en buena parte, se abrían en su mayor parte a la calle Santiago, quedado reservada para huerta la parte lateral de la finca que lindaba con la actual calle Cervantes. Ciertamente podrían haberse derribado unas hipotéticas edificaciones preexistentes en el lugar en el que se establecería la huerta, pero esto no resulta demasiado probable dado que esa zona del casco medieval debió contar con grandes espacios abiertos en el interior de las manzanas, por lo que cabe suponer que los monjes capuchinos se limitaran a aprovechar unos terrenos sin edificar. Claro está que se trata de meras especulaciones, pero en cualquier caso no existía la menor documentación histórica que confirmara esta teoría que, como veremos más adelante, resultó ser falsa.
En cualquier caso, esto no impidió que en el siglo XIX la creencia de que Cervantes había nacido allí se asentara firmemente en los alcalaínos de la época, hasta el punto de que el Ayuntamiento rebautizó con su nombre a la que hasta entonces se había llamado calle de la Tahona, al tiempo que por iniciativa de Mariano Gallo, un propietario local que había adquirido los terrenos del antiguo convento, se erigía un modesto busto de Cervantes acompañado de dos lápidas conmemorativas.
De lo aventurado de tal iniciativa da buena muestra el hecho de que no faltara alguna rechifla en la ciudad, tal como refleja esta irónica letrilla recogida por Fernando Sancho en sus Bagatelas:
¡Oh,
poder de los destinos! |
Esto no evitó que los eruditos locales siguieran en sus trece de modo que, habiendo desaparecido el busto y las lápidas a finales del siglo XIX, al cumplirse en 1905 el tercer centenario de la publicación del Quijote el Ayuntamiento descubrió una nueva lápida adosada a la tapia que cerraba el solar vecino al teatro, justo donde hoy se alza un edificio moderno anejo a éste.
Antigua
lápida de la calle de Cervantes
El error, con lápida incluida, se perpetuó hasta que en 1948 Luis Astrana Marín publicó el primer tomo de su monumental Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra1, en el que situaba su casa natal, sin ningún margen de dudas y con un apabullante respaldo documental, en el número 2 de la calle de la Imagen. El gran prestigio de este respetado cervantista supuso la aceptación inmediata de su hallazgo, al tiempo que reavivaba la antigua pretensión municipal, perennemente aplazada, de erigir un museo cervantino en la ciudad, preferiblemente en su propia casa natal.
En esta ocasión, como es sabido, la iniciativa sí lograría cuajar y de una manera bastante rápida además, ya que tan sólo pasaron ocho años hasta la inauguración del actual museo. José María Sanluciano explica detalladamente estos hechos en su libro La Casa de Cervantes en Alcalá de Henares y el Día de la Provincia (1953-1960)2, por lo que aquí reseñaré únicamente los datos necesarios para entender la importancia de la postal. El Ayuntamiento, con la ayuda económica de la Diputación Provincial, compró la casa en 1953, realizándose las obras de rehabilitación a lo largo del año 1956. La inauguración del museo, por último, tuvo lugar el 12 de octubre de ese mismo año, coincidiendo con el Día de la Provincia.
Un dato importante a tener en cuenta es que la casa original no tenía fachada a la calle Mayor. Tal como se aprecia en el mapa del catastro de 1870, en la finca que hacía esquina entre las calles Mayor e Imagen, colindante con la casa de Cervantes, existían viviendas que, al igual que la mayoría de los edificios de la calle Mayor, volaban sobre la actual acera apoyándose en los soportales, de modo que el Hospital de Antezana quedaba encajonado por ambos lados, tal como lo sigue estando ahora por el extremo más cercano a la plaza de Cervantes.
Antigua postal en la que se
aprecia la tapia que cerraba el solar donde hoy se alza el jardín de la
Casa de Cervantes
Estas viviendas fueron demolidas hacia finales del siglo XIX, quedando en su lugar un solar no demasiado profundo al retranquearse la fachada en toda la anchura de los soportales, como sigue ocurriendo en otras zonas de la calle. El solar, tal como se puede apreciar en las fotografías de principios del siglo XX, estaba cerrado por una simple tapia, y así seguía en 1953 cuando el Ayuntamiento compró la casa vecina. Pese a que ese solar nada tenía que ver con la vivienda de los Cervantes, alguien debió de pensar que realzaría al futuro museo su inclusión en el mismo, sustituyendo la modesta entrada original por la calle de la Imagen, que se conserva, por una fachada mucho más monumental, con jardín incluido, abierta a la calle principal de la ciudad... aunque fuera más falsa que un duro de chocolate.
Aspecto actual de la
verdadera Casa de Cervantes
Y así se hizo, para disgusto de Astrana que llegó a verla terminada poco antes de morir y la criticó amargamente en el último tomo de su obra acusando a sus responsables de haber falseado por completo el edificio. No le faltaba razón al eminente cervantista, puesto que se trató de una intervención muy agresiva y difícilmente justificable en base a criterios restauradores, no sólo por el falseamiento total de la que pasó a ser la fachada principal, totalmente inventada incluyendo el anacrónico jardín, sino también por la drástica remodelación del interior del propio edificio, llegándose a cambiar los primitivos pies derechos de madera del patio por columnas de piedra traídas del arruinado Palacio Arzobispal. En cualquier caso, lo cierto es que a estas alturas, sesenta años después de su inauguración, la Casa de Cervantes es un monumento perfectamente integrado en el patrimonio artístico complutense.
Volvamos ahora a la postal. Ésta corresponde al número 3 de la colección de postales en blanco y negro que la editorial zaragozana García Garrabella puso a la venta en la década de 1950. Al ser anterior al establecimiento del Depósito Legal en 1958 no está fechada, pero tuvo que ser impresa con posterioridad a 1953, año en el que el Ayuntamiento compró el edificio, y antes de la inauguración del museo en 1956, dado que en el reverso aparece identificada como la Casa nativa (sic) de Miguel de Cervantes mientras la fotografía del anverso reproduce la fachada de la calle de la Imagen en su aspecto original antes de ser restaurada, puesto que la de la calle Mayor no existía aún. Probablemente se trata de la primera dedicada a este monumento y, por la fecha en que fue publicada, también de la única que recoge su aspecto original. Asimismo, y ante la imposibilidad de reflejar una vista frontal de la fachada a causa de la estrechez de la calle de la Imagen, nos encontramos con una interesante instantánea costumbrista de la Alcalá de la época.
La Casa de Cervantes
fotografiada por Luis Astrana
Al fondo, se aprecia la tapia del antiguo
solar
De hecho, esta fotografía es muy parecida a las que reproduce Astrana en su libro de 1948, salvo en un detalle: en la postal se aprecia una lápida adosada a la fachada que obviamente no aparece en las fotografías de Astrana. Según Sanluciano la casa pasó a ser propiedad municipal el 22 de abril de 1953, y por Fernando Sancho sabemos que la lápida fue colocada ese mismo año. Llama la atención que en lugar de trasladar la de 1905 a la ubicación correcta, algo perfectamente posible además de lógico, el Ayuntamiento optara por retirarla instalando una nueva en la calle de la Imagen, con un texto distinto que rezaba lo siguiente:
CASA DONDE NACIÓ |
En cualquier caso la existencia de esta lápida fue efímera, apenas los tres años y medio que mediaron entre la compra del edificio en abril de 1953 y la inauguración del museo en octubre de 1956, tras lo cual corrió el mismo destino que su predecesora, habiéndose perdido ambas sin que nadie se preocupara por conservarlas a pesar de su innegable valor histórico.
De esta manera, la casa de Cervantes estuvo durante muchos años sin una lápida conmemorativa de su nacimiento. Habría que esperar hasta 1997 para que, con la excusa del forzado 450 aniversario de su nacimiento, se colocara en el jardín una de bronce, la quinta de las dedicadas en Alcalá a esta efeméride y la segunda colocada en el lugar correcto... si obviamos que, en sentido estricto, el jardín nunca perteneció a la verdadera casa natal del autor del Quijote.
Ver también Las lápidas cervantinas de Alcalá.
1ASTRANA MARÍN, Luis. Vida ejemplar y heroica de
Miguel de Cervantes Saavedra. Instituto Editorial Reus. Madrid, 1948.
2 SANLUCIANO,
José María. La Casa de Cervantes en Alcalá de Henares y
el Día de la Provincia (1953-1960). Domiduca/Lema Ediciones.
Alcalá, 2012.
Publicado el 14-4-2016