El Torote





Yo, señor, soy Torote, un arroyo que si he de hablar claro, los que passan mi vado, me dicen que soy un mal-vado.

(...)

En agosto, de todos los ríos, el ciego me nombran, pues estoy tan sin agua el verano, que no veo ni gota.

Manuel León Marchante (1620-1680)


A lo largo de su discurrir entre las altas tierras de Sigüenza y el curso del Jarama que ataja su carrera allá por Mejorada el Henares recibe las aguas de varios tributarios, la mayoría de ellos por su margen derecha. Son el Salado, el Cañamares, el Bornova, el Sorbe... Y el Torote, pequeño río o gran arroyo, río de Alcalá que le sirve de frontera natural antes de entregar sus aguas al padre Henares; río que, en su modestia, se erige como el más grande de los pequeños o el más pequeño de los grandes. Río, en definitiva, que bien merece un recuerdo por parte de sus vecinos alcalaínos.




El recién nacido Torote, todavía minúsculo, en la carretera de Fuentelahiguera de Albatages a Viñuelas


Nace el Torote, en forma de anónimo arroyo, en el paraje denominado Nava de las Ventas, una zona de páramos de 920 metros de altitud situada al norte del término municipal de Fuentelahiguera de Albatages, junto al límite con el término de Matarrubia, ambos municipios pertenecientes a la provincia de Guadalajara. Al contrario que el resto de los afluentes de la margen derecha del Henares, el Torote no tiene su nacimiento en una zona montañosa sino en las tierras altas que en forma de cuña triangular separan los cursos bajos del Sorbe y el Jarama, ambos muy próximos algunos kilómetros más al norte, debido a la amplia curva que describe este último río antes de alejarse hacia el sudoeste recibiendo las aguas del Lozoya penetrando en la provincia de Madrid.

Desde el mismo momento de su nacimiento su curso se dirige claramente hacia el sur pasando entre los municipios de Fuentelahiguera de Albatages y Viñuelas, recibiendo sus primeros tributarios: Arroyo de los Pozuelos, arroyo de Valdeenmedio, Arroyo de Valtejero... Su caudal, que siempre será escaso, no presenta todavía continuidad, manteniendo un régimen de aguas temporales.




El Torote a su paso por Fresno de Torote


Abandona luego el término de Fuentelahiguera, que ha atravesado en toda su longitud, para bañar con sus aguas el casco urbano de Galápagos, todavía en la provincia de Guadalajara, donde recibe la aportación de su principal tributario, el arroyo de Valtajar, en cuyas cercanías se cruza con la carretera N-320. Atraviesa por último el noroeste del término municipal de Torrejón del Rey, muy cerca de donde nace el Camarmilla, penetrando en la provincia de Madrid a la par que sirve de límite entre los términos de Ribatejada y Valdeavero. Pasa luego junto al casco urbano de Fresno de Torote, al que da nombre, formando aquí un espacioso soto, para bordear a continuación la parte oriental del alfoz de Daganzo de Arriba, penetrando por último en el término municipal de Alcalá de Henares por su vértice noroccidental. Cruza las dos carreteras de Daganzo (primero la antigua, y poco después la nueva) y la autopista de peaje muy encajado, alcanzando la cota de los seiscientos metros de altitud, y continúa en dirección sur muy cerca del límite del territorio de Alcalá con el de Torrejón de Ardoz. Bordea por su lado oriental la base aérea de Torrejón y, tras cruzar la antigua carretera de Ajalvir, llega incluso a penetrar fugazmente en ella, para a continuación atravesar, ya sin obstáculos, el puente de la autovía de Barcelona y el vecino puente doble de la vía del ferrocarril, cruzando poco después el de la antigua carretera nacional II para desembocar finalmente en el Henares, por su margen derecha, frente al cerro del Viso y muy próximo al puente de la carretera de Mejorada, a 580 metros de altitud.

En lo que respecta a su red de afluentes, hay que decir que el Torote cuenta con un número importante de tributarios en relación con su importancia, aunque todos ellos son de corto recorrido y aguas estacionales. Los principales son, por la derecha, los arroyos de los Pozuelos, de Valtejero, de las Viñas, de Valdecañeque, de Valdemora, de Olivares, de Valdebecerro, de Valdeolmos, del Espino y de las Junqueruelas; los regueros de Valdenarros, del Charco del Muerto y de la Raya, y el barranco de las Raposeras. Por la izquierda cuenta con el arroyo de Valtajar (con su tributario el arroyo de Albatajar) y el barranco de la Canaleja. En el término municipal de Alcalá de Henares tan sólo recibe al ya citado arroyo de las Junqueruelas y, desde hace unos años, al desviado Bañuelos que antaño desembocara en el Henares a la altura de la antigua fábrica de Ibelsa1.

Su curso tiene una longitud de unos 50 kilómetros, bastantes para un simple arroyo ya que corresponde aproximadamente a la tercera parte de la del Henares. Su cuenca, por el contrario, es de pequeña extensión: tan sólo 253 km2 frente a los 4.144 km2 del Henares, lo que supone algo más del 6% del total. Para los datos estadísticos de caudales disponemos de los registros proporcionados por la estación de aforo situada poco antes de su desembocadura, entre los puentes del ferrocarril y de la antigua carretera Nacional II, actual M-300, los cuales pueden ser descargados del Anuario de Aforos del CEDEX.

Esta estación empezó a funcionar en el año hidrológico 1972-73 (recordemos que en este tipo de estudios el año comienza siempre en octubre y termina en septiembre), aunque lamentablemente varios de ellos carecen de datos o éstos están incompletos. Si a ello sumamos el retraso con el que la Confederación Hidrográfica del Tajo suele actualizar sus anuarios de aforos (los últimos publicados son los correspondientes a 2020-2021), nos encontramos con que tan sólo disponemos de registros de 36 años hidrológicos, 4 de ellos además incompletos. No obstante estas carencias, resultará interesante consultarlos comparándolos, además, con los del Henares medidos en la estación de aforo de Espinillos, aguas abajo de la desembocadura del Torote.

Fijémonos primero en los valores de los caudales anuales, medidos en metros cúbicos por segundo:


Torote Henares H/T
Caudal medio anual 0,35 10,35 29,57
Caudal máximo anual 1,37 55,64 40,61
Caudal mínimo anual 0,03 1,20 40,00

La tercera columna indica la proporción entre los caudales del Henares y el Torote, lo que nos da una idea de la magnitud de la contribución de éste. Así, mientras los valores máximos y mínimos andan en una proporción de aproximadamente 1 a 40, lo que quiere decir que el Torote contribuye con alrededor de un 2,5 % del total del caudal del Henares, en el caso de los valores medios este porcentaje baja hasta una relación de 1 a 30, correspondiente a un 3,3 %, cifra que está bastante acorde con el citado porcentaje del 6 % existente entre la extensión de sus respectivas cuencas. Estas diferencias se deben a los distintos regímenes de alimentación de ambos ríos, ya que al carecer de una cabecera montañosa el Torote se comporta de manera diferente a lo largo del año que el Henares, que sí recoge la mayor parte de sus caudales de las diferentes sierras que conforman el sector más oriental de la Cordillera Central.

Es preciso advertir que en los valores comparados, salvo claro está en los caudales medios anuales, no coinciden las fechas. El caudal máximo anual del Torote corresponde al año 2000-01 y el del Henares a 1935-36. En cuanto a los caudales mínimos anuales, el del Torote fue medido en 1991-92 y el del Henares en 1954-55.

Veamos ahora los datos relativos a los valores promedio mensuales, fijándonos en primer lugar en los valores máximos y mínimos registrados para el Torote y el Henares, también en metros cúbicos por segundo:


Torote Henares H/T
Caudal máximo mensual 5,29 230,26 43,52
Caudal mínimo mensual 0,00 0,00 -

El caudal máximo mensual del Torote fue medido en enero de 2001, y el del Henares en febrero de 1936. Los mínimos mensuales nulos -es decir, con el río completamente seco- menudean en los registros veraniegos del Torote, mientras que en el Henares ocurrió en una única ocasión durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 1953.

Por último fijémonos en los caudales instantáneos, es decir, los que arrastran los ríos en un momento determinado.


Torote Henares H/T
Caudal máximo instantáneo 87,49 572 6,54
Caudal mínimo instantáneo 0,00 0,00 -

En este apartado el récord del Torote se alcanzó el 26 de febrero de 2004 y el del Henares en marzo de 1947, aunque cabe sospechar que la falta de registros del primero durante bastantes años pudiera ocultar alguna avenida importante. En el otro extremo, el Torote llegó a secarse en bastantes veranos mientras el Henares, además de la grave sequía de 1953 a la que acabo de hacer referencia, dio valores nulos de caudal de forma puntual en junio de 1930 y en julio de 1949. Fijémonos por último en la gran diferencia existente entre el cociente de los caudales máximos mensuales, que como vimos era de 43,5, y el de los caudales máximos instantáneos, de tan sólo 6,5, casi siete veces menos que el anterior. La razón de esta diferencia puede atribuirse al carácter torrencial del Torote en relación con el Henares, lo que justificaría que en ocasiones puntuales, como ocurre con las grandes avenidas, pueda llegar a acarrear proporcionalmente más agua que éste.

No obstante, y aunque estas cifras son bastante representativas, convendría considerar también las comparaciones de los caudales aportados por ambos ríos en un mismo momento, justo cuando se registraron los valores máximos en el Torote. En este caso, el cociente se eleva hasta el 8,3 % del caudal máximo anual, el 10,2% del caudal máximo mensual y el 45,7 % del caudal máximo instantáneo. Esto quiere decir que, aunque en promedio la contribución del Torote es moderada, en épocas de gran pluviosidad este riachuelo es capaz de recoger grandes cantidades de agua que pueden llegar a suponer, en ocasiones excepcionales tal como ocurrió el 26 de febrero de 2004, casi tanta como la acarreada por el Henares aguas arriba de su confluencia, lo cual no es en modo alguno desdeñable y justifica la jocosa coplilla de Manuel de León Marchante con la que encabezaba el artículo. Teniendo en cuenta que el puente del antiguo Camino Real, hoy ocupado por la carretera M-300, no fue construido hasta un siglo más tarde durante el reinado de Carlos III, vadear el modesto Torote cuando éste iba crecido, algo que ahora nos puede parecer anecdótico, no lo era en modo alguno en la época de este escritor. Yo recuerdo haberlo visto en más de una ocasión totalmente desbordado al pasar por alguno de los puentes que lo atraviesan en ese punto, y les puedo asegurar que era un espectáculo que llamaba la atención..

Hagamos ahora un desglose por meses, comparando como en los casos anteriores los caudales medios mensuales, en metros cúbicos por segundo, del Torote, del Henares y, por último, la proporción existente entre ambos:


Torote Henares H/T Torote Henares H/T
Octubre 0,15 5,47 36,47 Abril 0,53 14,03 26,47
Noviembre 0,34 10,93 32,15 Mayo 0,34 9,97 29,32
Diciembre 0,51 12,62 24,75 Junio 0,18 6,58 36,56
Enero 0,69 16,98 24,61 Julio 0,07 3,82 54,57
Febrero 0,78 19,83 25,42 Agosto 0,08 2,97 37,13
Marzo 0,63 19,81 31,44 Septiembre 0,07 3,61 51,57



Variación de los caudales medios mensuales del Torote y el Henares
La escala del eje vertical es arbitraria


Tal como se puede comprobar en la gráfica, en la que a los valores correspondientes al Torote están multiplicados por un factor 25 para poderlos comparar mejor con los del Henares, aunque las dos curvas presentan una forma similar tienen los máximos desplazados, ya que el caudal del Torote suele ser mayor en los meses de enero y febrero, mientras el del Henares es aproximadamente un mes más tardío, desplazándose hacia febrero y marzo. La explicación, una vez más, es sencilla y se debe a lo ya comentado anteriormente: mientras el Torote se nutre básicamente de la lluvia, el Henares presenta lo que los geógrafos llaman un régimen nivo-pluvial, es decir, su caudal depende de la lluvia y de la nieve; y es cuando ésta se funde, al finalizar el invierno, cuando alcanza sus valores máximos. En cuanto a los períodos de estiaje, nos encontramos con que, como cabía esperar, son bastante más acusados en el Torote -en febrero lleva en promedio 11,1 veces más agua que en julio- que en el Henares, en el que la diferencia de caudal entre marzo y agosto es de 6,67.

Pasemos por último a estudiar de una manera más completa los datos extraídos de las estadísticas de la estación de aforo. En la siguiente tabla vienen reflejados, para cada año hidrológico, cuatro parámetros diferentes: la aportación anual, es decir, la cantidad total de agua arrastrada por el Torote a lo largo de todo un año; el caudal medio anual, que no es sino la cantidad anterior dividida por el número de segundos que hay en un año; el caudal máximo diario y el caudal máximo instantáneo, siempre referidos a metros cúbicos por segundo excepto la aportación anual, que viene reflejada en hectómetros cúbicos, es decir, en millones de metros cúbicos.

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Los datos de las dos primeras columnas vienen reflejados en las siguientes gráficas que como puede apreciarse tienen idéntica forma, ya que ambas reflejan de dos maneras distintas un mismo parámetro, la cantidad de agua recogida por el Torote a lo largo de cada año hidrológico, el cual está directamente relacionado con la pluviosidad. Dicho con otras palabras, cuanto más húmedo haya sido un año, más alto será el valor correspondiente de la curva. La línea roja horizontal corresponde a la media de toda la serie.




Al igual que ocurre con el Henares el Torote muestra unas diferencias muy acusadas de aportaciones y caudales medios anuales de un año a otro, aunque la ausencia de datos entre 1983 y 1998, con la excepción de los correspondientes a 1991-1992, nos impide conocer lo que ocurrió durante estos quince años. Los valores máximos corresponden al año 2000-2001, en el que se registraron 43,06 Hm3 de aportación anual, equivalente a un caudal medio anual de 1,37 m3/s, casi el 13 % del caudal medio del Henares durante el último siglo. Claro está que se trató de un año excepcional, puesto que los valores medios de todo el período registrado para el Torote, representados en las gráficas por la línea discontinua roja, son muy inferiores: 11,79 Hm3 de aportación media anual y 0,38 m3/s de caudal medio anual. Para hacernos una idea de la cantidad de agua que es capaz de acarrear el Torote durante un año, cabe compararla con la capacidad del embalse de Beleña, que es de 53 Hm3.

Curiosamente el máximo instantáneo, es decir, el momento en el que el Torote arrastró más agua de forma puntual, no ocurrió ese año sino, como ya ha sido comentado, en febrero de 2004, con un registro de 87,49 m3/s. Por el contrario, si consideramos el año hidrológico completo en el que tuvo lugar esa crecida, el 2003-2004, nos encontramos con un caudal medio de 0,83 m3/s, aproximadamente el doble de la media total pero menos del 1 % del máximo instantáneo, lo que prueba que se trató de un fenómeno muy excepcional incluso dentro de un año bastante lluvioso como fue éste.



No obstante, si consideramos el intervalo comprendido entre 1999-2000 y 2020-2021 del que disponemos de datos completos, se comprueba que tan sólo en siete de estos veintidos años el caudal medio anual superó la media de este período (línea discontinua roja) y en otro más la igualó, quedando los otros catorce por debajo de ésta. Considerando no la media sino la tendencia (línea discontinua verde), que promedia mejor los altibajos anuales, se aprecia asimismo una clara disminución del caudal medio anual, ya que según este criterio matemático de los aproximadamente 0,72 m3/s calculados para 1999-2000 pasaríamos a los 0,16 de 2020-2021.

Aunque los valores promediados por la tendencia no se corresponden con los reales (línea azul) e incluso difieren bastante de éstos a causa de la irregularidad del caudal del Torote, su caída en este período resulta patente. Puesto que el curso del Torote no está regulado ni discurre por núcleos de población importantes, tan sólo cabe atribuirla a una reducción de la pluviosidad en su cuenca.



Si nos fijamos ahora en la tercera columna de la tabla, que refleja los caudales máximos diarios, vemos que su forma difiere bastante de la anterior al tratarse de períodos mucho más cortos y, por lo tanto, menos compensados por los valores del resto del año. Aunque el valor medio de todo el período es de 8,87 m3/s, el valor máximo registrado para este parámetro alcanza los 90,43 m3/s medidos en un solo día, dándose la circunstancia de que no corresponde ni al año hidrológico que registró una mayor aportación anual (2000-2001) ni al que contó con un caudal instantáneo máximo (2003-2004), sino que tuvo lugar en 2004-2005, en su conjunto un año bastante más seco que 2000-2001 (34 % de la aportación anual de este último) y 2003-2004 (56 %), lo que da una idea de la irregularidad del Torote incluso dentro de un mismo año hidrológico.

Se da además la paradoja de que el caudal máximo instantáneo correspondiente a este mismo año 2004-2005 tan sólo alcanzó un modesto valor de 1,63 m3/s, apenas un 11 % de la media, lo que indica que el citado pico de 90,43 m3/s, un valor bastante respetable para nuestro modesto riachuelo, no se debió, a diferencia de lo ocurrido en 2003-2004, a una crecida extremadamente puntual sino a un aporte, eso sí, extraordinario de agua repartido de una manera bastante uniforme a lo largo de, al menos, todo un día.



La cuarta y última columna recoge los caudales máximos instantáneos, cuyo valor medio es de 13,78 m3/s. El máximo, como ya ha sido comentado, corresponde a los 87,49 m3/s de 2003-2004, un valor excepcional que no se ha repetido en ninguna otra ocasión, ya que el segundo valor más elevado, medido precisamente el año anterior por lo que ambos picos se solapan, se quedó en los 48,30 m3/s, poco más de la mitad aunque todavía muy por encima de la media. Otros valores significativos fueron los 37,75 m3/s de 1976-1977 y los 37,63 m3/s de 2017-2018, el más alto desde el máximo de 2003-2004.




Un Torote crecido entregándose al Henares en diciembre de 1996


Y esto es todo cuanto puedo decir de nuestro entrañable Torote. Como caso curioso, cabe reseñar que a finales de la década de 1990 al Torote le creció un nuevo afluente, aunque de forma artificial. Se trata del Bañuelos, el minúsculo arroyo que discurre paralelo a la carretera de Daganzo y hasta entonces atravesaba los terrenos ocupados actualmente por el barrio de La Garena para, tras cruzar la vía del tren a la altura de El Corte Inglés y posteriormente la antigua carretera N-II, desembocaba en el Henares a la altura de la finca de Matillas, aunque ya para entonces había sido soterrado en su tramo final, probablemente para evitar posibles inundaciones en las instalaciones de Ibelsa.

La construcción del barrio de La Garena forzó una intervención más drástica, ya que ésta consistió en el desvío de su curso mediante un cauce artificial que arranca del puente de la carretera de Ajalvir y discurre paralelo a la variante de la M-100, cruzándola poco antes del enlace de ésta con la autovía A-2 para desembocar finalmente en el Torote a poca distancia del puente por el que éste salva la autovía. La obra, de unos tres kilómetros y medio de longitud, fue aprobada el 27 de enero de 1999 y ejecutada presumiblemente ese mismo año, puesto que el edificio de El Corte Inglés, construido junto con sus aparcamientos anejos, sobre parte del antiguo cauce, fue inaugurado en diciembre de 2000.




1 Ver taqmbién:
El Bañuelos.
Alcalá de no sólo Henares (II). El Bañuelos


Publicado el 2-6-1984, en el nº 903 de Puerta de Madrid
Actualizado el 29-6-2024