La presencia de los Santos Niños
en
Compludo (El Bierzo, León)
Paisaje de las cercanías de
Compludo
Aunque son numerosos los lugares del noroeste español, tanto poblaciones como parajes, vinculados de una u otra manera a los Santos Niños, la pequeña localidad berciana de Compludo, situada al oeste de la provincia de León, reviste especial interés ya que, como veremos más adelante, tuvo mucho que ver con la expansión del culto a los patronos complutenses por la amplia zona de la geografía peninsular que abarca Galicia, Asturias, León, parte de las provincias de Palencia, Valladolid y Zamora y el norte de Portugal.
Se da además la circunstancia personal de que yo tenía una espina clavada desde que, durante mi residencia temporal en Ponferrada a principios de la década de los ochenta, mi intento de visitar Compludo se viera frustrado por la aspereza de la carretera -más bien camino- que entonces conducía hasta allí, espina que me pude sacar por fin gracias a unas vacaciones que pasé en el Bierzo en el verano de 2018. Nunca es tarde, como dice el refrán, aunque tuviera que esperar treinta y cinco años largos para lograrlo.
San Fructuoso
Imagen de san Fructuoso en la fachada
de la catedral de Braga
Fotografía tomada de la
Wikipedia
Antes de empezar, no obstante, resultará conveniente hacer una introducción histórica previa recordando la figura de un personaje clave, junto a san Asturio y san Urbicio, en la difusión del culto a los Santos Niños: san Fructuoso del Bierzo, un noble visigodo nacido a finales del siglo VI o a principios del VII que, tras la muerte de sus padres, decidió convertirse en eremita en este remoto rincón de la España visigoda.
Es preciso recordar también que el lugar elegido para su retiro había pertenecido durante casi dos siglos al reino suevo antes de ser conquistado por Leovigildo en el año 585, por lo que su incorporación al reino visigodo era todavía relativamente reciente a la llegada de san Fructuoso, cabe suponer que hacia la segunda o la tercera década del siglo VII aunque se desconoce la fecha exacta. En cualquier caso estos parajes debían estar prácticamente despoblados, tal como convenía a sus planes.
Sin embargo, la soledad le duraría poco al santo. Pronto su fama hizo que comenzaran a acudir allí otros aspirantes a eremitas, por lo que hacia el año 640 se vio forzado a agruparlos en una comunidad monástica a la que denominó Compludo, acogiéndola al patronazgo de los santos Justo y Pastor. Y, aunque nada se sabe de su posible paso por la todavía denominada Compluto, entonces sede episcopal y un importante centro de veneración a las reliquias de los Santos Niños, las coincidencias son demasiado estrechas como para poderlas atribuir a la casualidad.
Puesto que es en el correspondiente artículo1 donde esbozo una breve biografía de san Fructuoso, no voy a extenderme demasiado aquí sobre ella, limitándome a esbozar sus principales detalles. Es necesario, eso sí, recordar que san Fructuoso no se limitó a crear el cenobio sino que también le otorgó unas reglas propias anteriores a las de san Isidoro e independientes de las benedictinas que acabarían implantándose en todo el occidente cristiano, ya que aunque san Benito las redactó en el siglo VI, en tiempos de san Fructuoso todavía no se conocían en el reino visigodo. Por ello, se considera a este santo el fundador del monacato español.
Sólo seis años más tarde, en el 646, durante el VII Concilio de Toledo el rey Chindasvinto concedió al monasterio de Compludo importantes bienes y posesiones que acrecentaron el prestigio y el poder de la fundación de san Fructuoso... lo cual fue demasiado para éste que, deseoso de recobrar su perdido sosiego, huyó del mismo refugiándose en una cueva y dando inicio a una etapa de su vida ciertamente novelesca -y no exagero- que le llevaría a sembrar un rosario de nuevas fundaciones -al menos trece, entre ellas las también bercianas de San Pedro de Montes y Santiago de Peñalba- por las antiguas provincias romanas de Gallecia -mucho más amplia que la Galicia actual, puesto que también comprendía Asturias, parte de León y el norte de Portugal-, Lusitania e incluso la lejana Bética.
Y aunque ninguno de estos nuevos cenobios, que se sepa, fue consagrado a los Santos Niños, también aquí cabe poco margen a la casualidad, ya que según todos los indicios las fundaciones fructuosianas, y no sólo Compludo, no tardarían en convertirse en focos de expansión del culto a los hermanos mártires. Aunque con el tiempo el monasterio de Compludo acabaría desapareciendo sin dejar prácticamente el menor rastro, su huella quedaría marcada para siempre.
El entorno
Pasemos ahora a considerar su entorno geográfico. Basta con recorrer la zona, o consultar un mapa, para constatar que aun hoy en día estos parajes montañosos son de acceso complicado y, sobre todo, poco aptos para conductores que padezcan vértigo. El Bierzo, regado por el curso alto y medio del río Sil, al que confluyen numerosos tributarios, forma un profundo valle -la Hoya Berciana- rodeado de montañas prácticamente por todos lados: la Cordillera Cantábrica al norte y los Montes de León al este y al sur, donde toman el nombre de Montes Aquilanos, mientras por el oeste el Sil se abre camino trabajosamente hacia Galicia labrando unos impresionantes cañones. Y si bien la zona central, donde se asienta Ponferrada, es llana, basta con acercarse a cualquiera de sus límites para que el terreno comience a arriscarse cada vez más conforme se remontan los estrechos valles.
Compludo está situada en los Montes Aquilanos, a poco más de 20 kilómetros -y 43 minutos en coche según Google Maps, lo que da una idea de la dificultad de la ruta- al sureste de Ponferrada, de cuyo ayuntamiento depende, debiéndose ir primero por la carretera LE-142 y, a partir del pueblo de El Acebo, por una anónima carretera local que serpentea remontando el angosto valle del río Meruelo, un pequeño subafluente del Sil también conocido como río Compludo en su curso alto. Existe un segundo acceso por Espinoso de Compludo, el camino de algo más de cinco kilómetros que me fue imposible recorrer en coche en mi anterior intento , el cual según todos los indicios no debe de estar ahora mucho mejor que entonces puesto que no aparece recogido en Street View -el completo visor panorámico de Google-, al tiempo que la duración del viaje indicada por Google Maps -18 minutos para 5,3 kilómetros- corresponde a una velocidad media de apenas 18 kilómetros por hora... en todoterreno, supongo.
Arropada por la densa arboleda que flanquea al valle, esta pequeña aldea cuenta con tan sólo 13 habitantes censados en 2017, aunque cabe suponer que su población se incremente temporalmente durante el período estival.
El principal reclamo de Compludo, aparte de sus espectaculares paisajes, es la famosa Herrería, una fragua movida por la fuerza hidráulica de un canal desviado del río Meruelo; aunque tradicionalmente se atribuía su origen a la época visigoda, e incluso al mismo san Fructuoso, los historiadores le atribuyen una antigüedad sensiblemente menor, lo que no menoscaba la valía de esta curiosa muestra de arqueología industrial que todavía se mantiene en activo, aunque convertida en museo.
La iglesia
Vista general de la iglesia
No obstante, mi interés principal se centraba no en la Herrería, que además tuve la mala suerte de encontrar cerrada, sino en la iglesia, un pequeño edificio de mampostería situado a la entrada del caserío. Aunque heredera directa del antiguo templo conventual la fábrica actual data del siglo XVI, sin que haya podido determinar si el traslado de uno a otro edificio -como veremos más adelante el convento no estuvo situado aquí- tuvo lugar entonces o si, por el contrario, pudiera haber existido alguna construcción medieval antecesora de la actual.
Sus trazas responden al denominado estilo popular, es decir, indefinido arquitectónicamente. Su principal elemento exterior es una espadaña triangular a la que se adosa, a la altura de los huecos de las dos campanas, un pequeño voladizo techado que oficia a modo de pórtico protegiendo la portada.
Izquierda, imagen de san Justo en 1991. Fotografía de Francisco Delgado. Derecha, en 2018 |
Sobre el arco de medio punto que remata la puerta de entrada se abre una hornacina que alberga a una escultura de san Justo, identificable por el libro que porta en la mano izquierda mientras su atavío se asemeja, más que a los tradicionales ropajes romanos, a los hábitos universitarios del siglo XVI; en cualquier caso resulta difícil saber cual pudo ser su vestimenta original, ya que la capa roja es un añadido reciente que no aparece en una fotografía de 1991, y los colores del manteo y la esclavina también han sido alterados. Llama la atención la ausencia de san Pastor, aunque el tamaño y la disposición de la hornacina, sobre la clave del arco, indican que nunca pudo haber allí una segunda escultura.
Vista general del interior de la
iglesia
El interior consta de una sola nave a la que se abre una capilla lateral. Un arco toral separa el presbiterio, rematado con una bóveda de crucería gótica, del resto de la nave, dividida a su vez por un segundo arco y cubierta por sendos techados de madera.
Izquierda, vista general del retablo. Derecha, detalle del cuadro de los Santos Niños |
En el testero del presbiterio está adosado un retablo renacentista de tres cuerpos y tres calles, cuyos nueve huecos están ocupados por pinturas excepto el inferior central, que alberga al sagrario. Fray Francisco Flórez Manjarín2, natural de Compludo, las describe como lienzos, aunque las dos inferiores que flanquean el sagrario, muy deterioradas, me parecieron más bien haber sido pintadas directamente sobre la pared.
La situada encima del sagrario, por fortuna prácticamente intacta, es la que representa a los dos mártires, más como adolescentes que como niños, vestidos con túnica y capa y portando las palmas del martirio. Justo, a la izquierda, lleva un libro en la mano, mientras Pastor -su nombre figura en la aureola, mientras el de Justo está prácticamente borrado- muestra la mano vacía. El resto de los cuadros están dedicados, hasta donde se puede apreciar, a la Virgen. Fray Francisco Flórez transcribe los textos que aparecen en los dos medallones situados bajo los cuadros semicirculares que rematan el retablo por ambos lados, por los cuales sabemos que fue en 1553 cuando se reedificó la iglesia y se construyó el retablo.
Cita también fray Francisco la colocación, poco antes de la publicación de su libro, de dos vidrieras representando la una a los santos Justo y Pastor abrazándose antes del martirio, y la otra a san Fructuoso revestido de arzobispo. Lamentablemente no conocía este dato en el momento de mi visita, por lo que no me fijé en ellas y por lo tanto no las fotografié.
Imágenes de los Santos
Niños
En una pequeña mesa, a la derecha del retablo, se encuentran las imágenes de los Santos Niños, de pequeño tamaño y representando, esta vez sí, a dos niños de corta edad ataviados a la romana y con sus atributos habituales: palmas, coronas de laurel y las tablillas escolares. Aunque no soy capaz de datarlos con exactitud, parecen ser también del siglo XVI.
Los monumentos
Pese a su modestia, Compludo ha sabido homenajear a su pasado. A la entrada del pueblo, junto a la carretera y empotrada en un desmonte al que se accede por una escalera, se alza una lápida de granito de grandes dimensiones -2 × 2,25 metros- formada por un mosaico de seis losas labradas. Concebida como monumento a san Fructuoso y demás glorias de Compludo, fue inaugurada el 26 de julio de 1964 como preludio a la celebración del XIII centenario, un año más tarde, de la muerte de san Fructuoso. Consta de una leyenda conmemorativa a la que acompañan el dibujo de una cruz visigótica y varias cenefas decorativas. Aunque parte del texto se ha perdido, es posible reconstruirlo gracias al boceto que aparece reproducido en el citado libro:
Arriba, diseño original de
la lápida tomado del libro de fran Francisco Flórez
Abajo,
estado actual. Fotografía tomada de Google Maps
AL
SANTO ASCETA FRVCTUOSO
FVNDADOR DE ESTE LVGAR
DEL MONASTERIO DE LOS
SAN
TOS JVSTO Y PASTOR DONDE VA
LERIO Y OTROS SANTOS
MONJES
FLORECIERON EN LA VIDA DE
LA PERFECCION MONASTICA
AL REY
CHINDASVINTO Y A SV ESPOSA RECI
BERGA QVE PIADOSAMENTE DOTARON
ESTE
CENOBIO A SVS EXPENSAS EN EL AÑO 646
EL PVEBLO PASTORIL Y
AGRICVLTOR DE COM
PLUDO : COMPLVTVM DE LOS ROMANOS : DEDI
CA ESTE
MONVMENTO EN EL AÑO MCMLXIV
Contemporáneo suyo es el panel de hierro esmaltado que se alza en el exterior de la iglesia, junto a la cerca que la rodea. Con forma de escudo real su naturaleza es más turística, y reza lo siguiente:
Primera placa de la iglesia
COMPLUDO
LA COMPLEUTICA
PRERROMANA
COMPLUTUM DE LOS ROMANOS
CUNA DEL MONACATO
ESPAÑOL
QUIETUD DEL CAMINANTE
TIERRA DEL SANTO ABAD
FRUCTUOSO,
DE SANGRE REAL GODA, PADRE DE LOS MONJES VISIGODOS,
FUNDADOR
DE NUEVE MONASTERIOS, ORGANIZADOR
DE LA VIDA MONÁSTICA, PEREGRINO DE
DIOS,
OBISPO DE DUMIO Y METROPOLITANO DE BRAGA (PORTUGAL).
FUE
FUNDADO ESTE CENOBIO HACIA EL AÑO 614.
EN ÉL VIVIERON S.
VALERIO Y OTROS MONJES ILUSTRES,
SIENDO DOTADO POR EL REY CHINDASVINTO
Y
POR SU ESPOSA RECIBERGA EN EL AÑO 646.
VISITE ESTE MILENARIO
PUEBLO,
LA IGLESIA, EL SOLAR DEL MONASTERIO, EL MONUMENTO,
LA
HERRERÍA Y SU HERMOSO VALLE.
HOY PUEBLO AGRICULTOR Y
PASTORIL.
REMANSO DE PAZ
Algunos detalles del texto son erróneos, como la etimología del nombre -Compludo proviene obviamente de Compluto, y su origen es visigodo y no romano, y mucho menos prerromano-, y la fecha dada para la fundación del monasterio, ya que ésta tuvo lugar hacia el 640 y no en el 614. Tampoco el número de fundaciones -nueve- coincide con el aportado por otras fuentes que, como ya he apuntado, habría sido más elevado; por lo demás, tampoco tiene demasiada importancia.
Cincuenta años más tarde, el 10 de agosto de 2014, se erigió a su lado un pilar de piedra en una de cuyas caras está adosada una lápida de menor tamaño con esta inscripción:
Segunda placa de la iglesia
La muy
antigua jurisdicción de
Compludo, comarca histórica.
A S.
FRUCTUOSO, fundador del
monasterio visigodo.
A FRANCISCO
FLÓREZ
MANJARÍN, propulsor de los
valores de este
valle.
Y a TODOS los habitantes que
vivieron y viven en los pueblos
de
Compludo.
Compludo, 10 Agosto 2014
A estos homenajes hay que sumar la existencia en el exiguo callejero de Compludo de una calle dedicada a los santos Justo y Pastor, otra a san Fructuoso y una tercera al Monasterio.
El monasterio
Vista aérea de Compludo
tomada de Google Maps. El monasterio habría estado situado al sur
de
Compludo, aproximadamente a mitad de camino entre éste y Palacios de
Compludo
Queda, por último, hablar del monasterio, cuya jurisdicción abarcaba un considerable territorio al que pertenecieron las aldeas de Espinoso de Compludo, Palacios de Compludo, Carracedo de Compludo, El Acebo, San Cristóbal de Valdueza y Bouzas además de Compludo, junto con posesiones en otras poblaciones cercanas como Los Barrios de Salas, Manzanedo, Las Tejedas y Riego de Ambrós, tal como relata fray Francisco Flórez.
Según apunta en su blog el historiador Rafael González Rodríguez, Compludo fue restaurado a finales del siglo IX o principios del X, quizás por haber sido víctima de las razzias musulmanas. Por su parte, Jorge López Quiroga y Artemio M. Martínez Tejera, en un artículo publicado en 2007 en la revista Argutorio, enumeran un total de cuatro documentos que dan fe de la pervivencia del monasterio durante los siglos X y XI, y son varios los investigadores que sitúan en él la celebración, el año 946, del Concilio de Irago, aunque otros autores proponen en la cercana localidad de Foncebadón, en la divisoria entre las comarcas del Bierzo y la Maragatería.
Manuel Gómez Moreno, en los dos volúmenes del Catálogo Monumental de España dedicados a la provincia de León y publicados en 1906 y 1908, afirma que en 1085 Compludo dependía del obispado de Astorga aunque ya como una simple parroquia, añadiendo Rafael González Rodríguez que en el siglo XII el cargo de abad de Compludo continuaba existiendo de forma honorífica, como dignidad del cabildo catedralicio, situación que se mantuvo al menos hasta el siglo XVIII, puesto que en el Catastro de Ensenada se cita a éste como señor de la villa.
Entra por lo tanto dentro de lo posible que esta vinculación de Compludo con Astorga fuera la vía por la que los Santos Justo y Pastor acabaran incorporándose a las tradiciones religiosas locales en forma de sobrinos de santa Marta, la patrona de Astorga3.
En contra de lo que afirmaba una antigua tradición recogida por Ambrosio Morales en el siglo XVI, el monasterio no se encontraba en la actual Compludo, sino a algo más de un kilómetro al sur del caserío en un prado conocido con el significativo nombre de Prao de la Iglesia situado aproximadamente a mitad de camino entre Compludo y Palacios de Compludo. Nada queda en pie de él, aunque durante los veranos de 1956 y 1957 unas excavaciones dirigidas por José Menéndez Pidal descubrieron la existencia de estructuras de edificaciones y sepulturas de monjes. Un artículo del Diario de León, fechado el 12 de febrero de 2018, informaba que un equipo multidisciplinar había realizado sondeos de georradar en el mes de enero de ese año y que estaba previsto ejecutar una excavación arqueológica ese mismo verano, siempre que se pudiera conseguir la subvención de 18.000 euros necesaria para financiarla. Al día de hoy, desconozco si ha sido llevada a cabo.
Arriba, capiteles procedentes del
monasterio de Compludo fotografiados en 1966.
Fotografía tomada del
blog de Rafael González Rodríguez.
Abajo, el
capitel de la izquierda en el Museo del Bierzo
Manuel Gómez Moreno describe en su libro la existencia en la casa rectoral de un capitel y una basa procedentes del desaparecido monasterio, y en una fotografía de 1966 publicada por Rafael González Rodríguez aparecen dos capiteles conservados entonces en la parroquia de Compludo. Uno de ellos, en concreto el descrito por Manuel Gómez Moreno, fue cedido en 2007 al Museo del Bierzo de Ponferrada y allí se puede contemplar en la actualidad.
Modillón procedente del
monasterio de Compludo y conservado en el Museo del Bierzo
Fotografía
tomada del
Diario
de León
Asimismo Jorge López Quiroga y Artemio M. Martínez Tejera reproducen las fotografías de diversos restos de origen visigodo dispersos por la zona y procedentes, con toda probabilidad, del desaparecido monasterio: laudas sepulcrales y fustes reutilizados y dos modillones encontrados en la vecina Palacios de Compludo que se conservan también en el Museo del Bierzo.
Dada la relevancia histórica de este monasterio, resultaría sumamente interesante realizar una excavación sistemática en su solar; pero, como siempre ocurre en España con todo lo relacionado con la cultura, poderoso caballero es Don Dinero.
Me queda tan sólo manifestar mi agradecimiento al vecino de Compludo que me abrió amablemente la iglesia y cuyo nombre no tuve la precaución de anotar, por lo cual le presento mis disculpas.
1 San Fructuoso
del Bierzo
2
FLÓREZ MANJARÍN, Francisco. Compludo. Pueblecito leonés
con historia. Editorial El Eco Franciscano. Santiago de Compostela, 1964.
Ver también, del mismo autor, Compludo. Primer monasterio de San Fructuoso. Tierras de
León (revista de la Diputación Provincial), vol. 7, nº 8,
1967, págs. 53-61.
3 Los Santos Niños en
España. Su culto en Astorga y San Justo de la Vega (León)
Publicado el 31-8-2018
Actualizado el 13-9-2018