Iconografía de Santo Tomás de Villanueva en Siena





La Inmaculada Concepción, santo Tomás de Villanueva y san Francisco de Sales
de Carlo Maratta (Iglesia de San Agustín, Siena)



Bastante a menudo me suelo ocurrir que, buscando documentación para preparar un artículo, tropiezo con datos no esperados que me conducen a otros temas, tal como refleja el conocido símil del cuenco de cerezas. Y esto fue precisamente lo que ocurrió cuando, buscando los relativos a la presencia iconográfica de santo Tomás de Villanueva en Francia, di inopinadamente con un cuadro que se conserva en la ciudad italiana de Siena.

El vínculo no era otro que la existencia de un boceto del mismo en el museo del Louvre1, pero éste fue el hilo que me permitió continuar con mi búsqueda encontrándome con una información interesante que paso a relatar.




Boceto del cuadro de Carlo Maratta que se conserva en el Museo del Louvre


El cuadro en cuestión se titula La Inmaculada Concepción, santo Tomás de Villanueva y san Francisco de Sales, y es obra del pintor italiano Carlo Maratta, o Maratti, que de ambas formas se le conoce. Nacido en la localidad de Camerano, perteneciente a la provincia de Ancona, junto al mar Adriático, en 1625, y fallecido en Roma en 1713, Maratta desarrolló su actividad artística principalmente en la capital italiana, llegando a alcanzar una importante relevancia en pleno apogeo del barroco. Entre sus cuadros, que se conservan en numerosos templos italianos y en los más importantes museos, se cuentan los retratos del papa Clemente IX y de André le Nôtre y numerosas obras de temática religiosa, entre las que destaca la Asunción de la Virgen de la iglesia romana de Santa María del Popolo. En nuestro país el Museo del Prado posee el retrato del pintor Andrea Sacchi, el Thyssen-Bornemisza un San Marcos y la casa de Alba una Virgen amamantando al Niño.

Pero lo que nos interesa es el cuadro de Siena. Según he podido averiguar, fue fruto de un encargo que le hizo en 1671 el príncipe Agostino Chigi, sobrino del papa Alejandro VII, para la iglesia de San Agustín de esta ciudad italiana. La casa de Chigi era una de las más importantes familias sienesas, y ya en pleno renacimiento otro Agostino Chigi, apodado el Magnífico, había destacado como uno de los principales mecenas de su época, siendo uno de los principales protectores de Rafael. Alejandro VII, cuyo nombre civil era Fabio Chigi, fue también un gran amante del arte y la cultura y asimismo, en su condición de sumo pontífice, fue quien canonizó en 1658 a santo Tomás de Villanueva.

Lo que desconozco son las razones que movieron a Agostino Chigi a encargar a Maratta el cuadro dedicado a santo Tomás de Villanueva. La iglesia de San Agustín no figura en las guías turísticas como uno de los principales templos de la ciudad, y tuvo su origen en un convento agustino fundado a mediados del siglo XIII y extinguido en la época de las guerras napoleónicas, mientras la iglesia ha llegado hasta nuestros días como parroquia. Y en uno de sus altares laterales, concretamente en el tercero del lado del Evangelio (el izquierdo), es donde se encuentra el cuadro objeto de nuestro interés.

No es mucho más lo que he podido averiguar al respecto, aunque sí he encontrado esta descripción del cuadro en la página www.viasiena.it:


El debate sobre la Inmaculada Concepción fue tratado de manera particular por san Agustín que en muchas ocasiones propugnó y defendió la maternidad física y divina de María además de su virginidad.

La tela del tercer altar de la nave de izquierda está dedicada a este tema y fue pintada en 1671 por el pintor barroco Carlo Maratta. La Virgen está representada según la iconografía tradicional de la Inmaculada Concepción: María lleva una veste blanca, símbolo de pureza absoluta y en la cabeza tiene una corona con doce estrellas que simbolizan las doce tribus de Israel. Sus pies se apoyan en una esfera que representa la Tierra, insidiada por una serpiente pero protegida por la Vírgen. A los lados se pueden observar: san Francisco de Sales y Tomás de Villanueva, uno de los santos agustinos más importantes por su devoción hacia la Virgen. Siempre a él está dedicado un altar decorado con dos telas de Raffaello Vanni realizadas en 1664.


De donde se deduce que la presencia en el cuadro tanto de santo Tomás como de san Francisco de Sales, también canonizado por Alejandro VII en 1665, siete años después que santo Tomás, es a título de acompañantes de la figura de la Virgen, con lo que el cuadro se desvía de la iconografía clásica de nuestro santo al aparecer éste, en la parte inferior izquierda, ataviado con ropajes episcopales pero no en su actitud habitual de dar limosna, sino contemplando a la Virgen.

El último párrafo del texto nos proporciona otra información interesante, la existencia en la iglesia de otros dos cuadros dedicados, esta vez sí, al santo manchego. Buscando por otras páginas logré encontrar sus respectivos títulos: Gloria de santo Tomás de Villanueva y Muerte de santo Tomás de Villanueva. Ambos fueron pintados en 1664 por el artista sienés Raffaello Vanni (1590-1657), y están colocados en el transepto, es decir, la nave transversal que se cruza con la principal, en las iglesias con planta de cruz latina, en el crucero. Lamentablemente no he podido conseguir ninguna fotografía mínimamente detallada de ellos, por lo que me veo limitado a reseñarlos.




1 Ver Iconografía de Santo Tomás de Villanueva en Francia.


Publicado el 26-9-2014