Motor iónico



También llamado propulsor, o impulsor iónico, es un sistema propulsor de los vehículos espaciales desarrollado inicialmente en los años sesenta, aunque su aplicación práctica ha sido muy posterior, prácticamente desde los primeros años del siglo XXI.

Desde un punto de vista teórico su funcionamiento es muy sencillo: consiste en la ionización de los átomos de diferentes elementos químicos (principalmente gases nobles), a los cuales se les somete a un campo eléctrico que los acelera expulsándolos por las toberas, lo que provoca la impulsión del vehículo por la ley de acción y reacción, exactamente igual que lo hacen los motores químicos convencionales basados en la expulsión de los gases de combustión.

La ventaja del motor iónico con respecto al motor químico, estriba en que el consumo del "combustible" es muy inferior al de los motores convencionales, lo que permite su funcionamiento durante largos períodos de tiempo. Asimismo reduce considerablemente el peso inicial del impulsor, al no ser necesaria tanta cantidad de combustible. Su inconveniente es que su empuje, aunque continuo, es muy inferior al de los cohetes químicos, lo que hace que la duración de los vuelos sea mucho más larga. En resumen, el motor iónico puede ser la opción ideal... siempre y cuando no se tenga prisa por llegar pronto.

Las principales misiones espaciales equipadas con este tipo de impulsión han sido la Dawn, la Deep Space-1, la Hayabusa y la Smart-1, así como la futura Bepi Colombo, actualmente en fase de desarrollo.


Publicado el 7-11-2008