Sonda construida por la ESA con objeto de estudiar, tal como su nombre indica, el planeta Venus. Sucesora de proyectos tales como las misiones Mars Express o Rosetta, de las que aprovechó parte de su tecnología, fue diseñada para realizar estudios sobre la atmósfera y la superficie venusianas, así como mediciones de su campo magnético o del plasma -gas ionizado- existente en esas regiones cercanas al Sol.

La Venus Express fue lanzada el 9 de noviembre de 2005 desde el cosmódromo de Baikonur, llegando a su destino el 11 de abril de 2006. Aunque ya había comenzado sus observaciones desde un mes antes, el 9 de mayo de 2006 alcanzó su órbita definitiva tras unas complejas maniobras de inserción orbital, que le llevaron a sobrevolar los dos polos venusianos hasta entonces desconocidos siguiendo una trayectoria muy excéntrica que le alejaba 66.000 kilómetros de Venus en el apogeo, acercándole hasta tan sólo 200 en el perigeo.

A partir de ese momento estuvo enviado numerosos datos científicos de interés rebasando con creces la duración estimada para la misión, que había sido calculada inicialmente en 500 días, apenas año y medio. Una vez consumido la mayor parte de su combustible, utilizado para realizar correcciones orbitales compensando el frenado de las capas altas de la atmósfera, entre junio y julio de 2014 se le programó para realizar un descenso suave sobre Venus utilizando la técnica del aerofrenado como ensayo para misiones posteriores, al tiempo que se aprovechaba esta etapa final de la sonda -que acabaría quemándose por el roce con la atmósfera- para obtener información sobre las características de ésta.

Aunque estaba previsto que la operación se realizara durante los primeros meses de 2015, el 28 de noviembre de 2014 se perdió el contacto con la sonda, probablemente porque ésta agotó la totalidad del combustible. Aunque se logró restablecer la conexión, de forma intermitente, el 3 de diciembre, no fue posible recobrar el control de la sonda, dándose por terminada la misión.