El más que centenario parque O’Donnell -fue construido a finales del siglo XIX- hace bastante que no es ni el único ni el más grande de Alcalá, pero sí fue el primero y durante mucho tiempo el parque por antonomasia sin necesidad de apellidos, al no existir ningún otro del que diferenciarlo. Incluso ahora, al menos para los alcalaínos que contamos ya cierta edad, sigue siendo el Parque sin más.

Antigua fuente de las conchas

El parque ha tenido y tiene varias fuentes, suficientes para dedicarles un artículo propio. Y comienzo con una que ya no existe. Se encontraba al inicio del Paseo del Chorrillo, conocido ahora como el Paseo de los Pinos, y entre los alcalaínos era conocida como la fuente de las conchas por razones obvias. La postal que reproduce su fotografía está fechada hacia 1910, y desconozco qué pudo ocurrir con ella ya que desapareció en un momento indeterminado.

Antigua fuente del escudo

La fotografía de esta segunda fuente está tomada del libro Alcalá habla, hoy es ayer¹ y refleja cual era su estado hacia 1930, poco después de su construcción puesto que en la parte baja del escudo, sobre el brazo del niño, parece leerse 1924. Como se puede apreciar, ésta estaba adornada con un escudo de Alcalá, aparentemente policromado, y rematada con tres pináculos de piedra. Yo llegué a conocer esta fuente, o mejor dicho lo que quedaba de ella; aunque todavía conservaba el escudo éste se encontraba en mal estado y había perdido la policromía. También habían desaparecido los pináculos. Por lo que recuerdo de mi infancia -no he podido encontrar ninguna fotografía suya de esta época- estaba ya muy deteriorada y enfoscada toscamente con cemento, no apreciándose la piedra labrada que aparece en la fotografía.

Ni siquiera estoy seguro de que se encontrara en el mismo lugar, que en las décadas de 1960 y 1970 era un paseo paralelo al de la Pista Florida y la actual rosaleda y perpendicular al Paseo de los Pinos. En un momento indeterminado lo que quedaba de la fuente, ya en un estado penoso, fue desmantelado sustituyéndose por una fuente metálica similar a las de la plaza de Cervantes; no tendría interés artístico, pero al menos resultaba decorativa. Sin embargo, en mi última visita al parque comprobé que habían vuelto a cambiarla, en esta ocasión por una de diseño puede que funcional, pero rematadamente fea en comparación con la anterior.

El escudo de la fuente en su estado actual
Fotografía cedida por la Concejalía de Medio Ambiente

El escudo se conservó durante años en el Servicio de Arqueología municipal y, a raíz de la restauración e inauguración de la Casita del Parque O’Donnell, fue trasladado allí cabe suponer que con intención de darle un acomodo definitivo. Llama la atención, por cierto, lo que parecen ser las huellas de dos balazos tal como si hubiera sido utilizado como blanco, posiblemente causadas durante la Guerra Civil.

Arriba, muro exterior del estanque con su pequeña cascada
Abajo, vista del estanque con su isleta central

También antiguo, puesto que se trataba del aljibe existente en la huerta que ocupó anteriormente el solar del parque, es el estanque central conocido como de los peces, por albergar carpas doradas muy populares entre los que entonces éramos niños. El estanque, que se complementa con una pequeña cascada, estuvo abandonado y cerrado durante bastante tiempo, aunque ya recuperado ha vuelto a convertirse en uno de los atractivos del parque.

Fuente del musgo

Pasamos ahora a las fuentes modernas, todas ellas sencillas pero no por ello carentes de interés. En la glorieta situada tras el establecimiento hostelero existente al inicio del Paseo de los Pinos se encuentra esta modesta fuente de confección rústica y sin más adorno que una piedra central, a modo de monolito de cuya cúspide surge un pequeño chorro de agua, cuyo encanto consiste en el aspecto romántico que le da el musgo que la recubre casi por completo.

Segunda fuente del musgo

Similar a ella, aunque de menor tamaño, es esta otra situada en las cercanías de la confluencia de la antigua carretera de Daganzo, actual calle de Luis Astrana Marín, con la Vía Complutense, siendo evidente que ambas debieron de salir de las mismas manos.

Fuentes de las piscinas

Caminando por el paseo que arranca frente al Arco de San Bernardo se llega a la que fuera la puerta de acceso a las piscinas, cuyos laterales fueron decorados con sendos muros de rocalla en los que se colocaron dos fuentes. En su día las hornacinas que las coronan estuvieron adornadas con dos pequeñas esculturas, tiempo atrás víctimas del vandalismo sin que llegaran a ser repuestas.

Fuente de la Casita

El 19 de febrero de 2022 el Ayuntamiento inauguró la bautizada como Casita del Parque O’Donnell, un antiguo invernadero situado en una zona usada tradicionalmente como vivero y almacén de aperos de los jardineros, por lo que nunca hasta ahora había estado abierta al público. El edificio principal, habilitado como sala para actividades culturales y sociales, está rodeado por un cuidado jardín en el que me encontré con algunos elementos ornamentales dignos de ser reseñados. El primero es esta fuente, quizá procedente de algún otro lugar del parque, y carente de agua, circunstancia que resultaría conveniente remediar.

Otra fuente de la Casita

Al otro lado de la Casita existe otra fuente, más sencilla que la anterior pero ésta sí con agua, lo que contribuye, junto con la espesa vegetación que envuelve el pilón, a darle un agradable y relajante aspecto.

Pozo de la Casita

El ornato del jardín se completa con un pozo de adornado brocal, lamentablemente en un precario estado de conservación.

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¹ OLMO, Ramón del. Alcalá habla, hoy es ayer. Ayuntamiento de Alcalá de Henares, 2006. Pie de la fotografía: Agustín Canales con los hijos en una tarde de paseo por el parque donde están Luisa y Agustín en la fuente de dicho parque. Fotografía de 1929. Colección G. Canales.

Ver también:
Las fuentes complutenses (I). Fuentes escultóricas
Las fuentes complutenses (II). Fuentes ornamentales
Las fuentes complutenses (III). Fuentes de pequeño formato
Las fuentes complutenses (IV). Fuentes de claustros
Las fuentes complutenses (VI). Fuentes de patios y jardines