La lápida en homenaje a Taras Shevchenko
Vista general de la segunda (izquierda) y la tercera (derecha) lápidas |
Dentro del conjunto de lápidas, estatuas y monumentos que recuerdan en Alcalá a personajes ilustres, son sumamente escasas las ocasiones en las que los homenajeados son ciudadanos extranjeros. De hecho, hasta hace poco tan sólo podíamos encontrarnos con los dedicados al presidente mexicano Lázaro Cárdenas, que cuenta con un busto en la confluencia de las avenidas de Meco y Miguel de Unamuno y sendas lápidas en la fachada del Ayuntamiento y en el Colegio de Málaga, y con el papa Juan Pablo II, del que existen una estatua en el Jardín de los Sentidos, en el barrio de El Ensanche, y un busto en la Casa de Acogida que lleva su nombre, en el barrio Venecia. Puesto que todos ellos están descritos en los artículos correspondientes1, no resulta necesario recordarlos de nuevo aquí.
A ellos se sumó recientemente el modesto homenaje que nuestra ciudad rinde a Taras Shevchenko, un poeta y artista ucraniano muy reconocido por sus compatriotas, que le consideran uno de los fundadores de la literatura ucraniana moderna, pero muy poco conocido en España. La iniciativa partió, como cabía esperar, de la comunidad ucraniana residente en Alcalá, compuesta por unas 1.200 personas, y como veremos más adelante, no tardó en ser víctima de un vandalismo reiterado que, esperemos, haya cejado por fin.
Antes de seguir adelante conviene hacer un poco de historia2. Taras Shevchenko nació el 9 de marzo de 1814 en el óblast -provincia- ucraniano de Cherkasy, y falleció el 25 de febrero de 1861 en San Petesburgo. Originario de una familia de siervos -por sorprendente que parezca en aquella época todavía imperaba en la Rusia zarista el régimen feudal-, sus aptitudes innatas para la pintura hicieron que su señor le enviara a estudiar a Vilna y San Petesburgo, logrando con ayuda de otros artistas comprar su libertad a los 24 años de edad.
A lo largo de sus 47 años de vida Shevchenko desarrolló una intensa actividad literaria que compaginó con sus también notables dotes pictóricas, alcanzando múltiples reconocientos por ambas. Asimismo, e impelido por lo humilde de sus orígenes, fue un escritor socialmente comprometido que no dudó en denunciar las duras y anacrónicas condiciones a las que estaban sometidos los campesinos ucranianos y, por extensión, los del resto de la Rusia. Esta militancia política le granjeó la persecución de las autoridades zaristas, que en 1847 le desterraron a una remota región de los Urales sometiéndole a una estrecha vigilancia al tiempo que se le prohibía escribir y pintar. Su destierro duró diez años, aunque una vez concluido éste todavía se le mantuvo durante algún tiempo la prohibición de volver a San Petesburgo. Dos años más tarde, en 1859, se le permitió volver a Ucrania, pero a poco fue detenido de nuevo bajo la acusación de blasfemia obligándosele a trasladarse a la capital del imperio. Allí pasó los dos últimos años de su vida escribiendo y pintando, pero los años de destierro habían quebrantado su salud provocando su fallecimiento prematuro.
Shevchenko escribió en ucraniano, y es especialmente famoso su poema Testamento, considerado como un emblema de la cultura ucraniana.
Hecha esta pequeña semblanza biográfica de nuestro personaje, pasemos ahora a describir su placa homenaje, cuyos avatares parecen haber querido emular a los del propio Shevchenko. El 31 de mayo de 2014, en recuerdo del segundo centenario de su nacimiento, la comunidad ucraniana le erigió una lápida en el Parque de Andalucía, un pequeño jardín situado en la confluencia de las calles Ávila y Zaragoza, en el barrio del Val. La lápida estaba adosada a la cara superior de un pequeño pedestal, y la iniciativa se completó con la plantación, en el mismo parque, de un total de 47 cerezos, uno por cada año de vida de Shevchenko.
Por desgracia el vandalismo no tardó en hacer acto de presencia. Apenas unos meses antes, en marzo de ese mismo año, había estallado la crisis de Crimea que provocó un serio conflicto, aún no resuelto, entre Rusia y Ucrania, por lo que cabe presumir la existencia de motivaciones políticas difícilmente justificables en ningún caso y todavía menos en nuestro contexto, aunque basta con recordar cómo en su día sufrieron ataques similares tanto la lápida de Azaña como las de los Caídos de la fachada de la iglesia de las Bernardas, lo que demuestra bien a las claras que en el fondo el sectarismo no tiene color.
Volviendo al caso que nos ocupa, cabe reseñar que la lápida sufrió daños en al menos cinco ocasiones, lo que obligó a retirarla. No fue sino hasta el 27 de agosto de 2016 cuando se repuso una nueva, en esta ocasión no atornillada sino encastrada de manera mucho más sólida, supongo que para evitar que pudiera ser arrancada como lo fue la anterior.
Detalle de la segunda
lápida
La lápida, encabezada por el escudo de Ucrania, se diferenciaba de la anterior en que no mencionaba al cerca del centenar de víctimas de los disturbios de la plaza del Maidán de febrero de 2014, a la par que incluía un fragmento (El jardín de los cerezos, al lado de casa...) de una famosa poesía de Shevchenko muy popular en su país. El texto rezaba lo siguiente:
47
cerezos, por los años de vida de
TARAS SHEVCHENKO
-poeta,
humanista y pintor ucraniano-
en su 200º aniversario de
nacimiento,
plantados por la cumunidad ucraniana como
ofrenda a esta
Ciudad el 31 de mayo de 2014.
Placa repuesta en 2016.
Resulta interesante reseñar que la reposición de la placa fue fruto de una iniciativa conjunta hispano-ucraniana para honrar respectivamente a sus principales escritores, Shevchenko en Alcalá y Cervantes en la pequeña localidad ucraniana de Nahuievychi, situada al oeste del país en las estribaciones de los Montes Cárpatos. En esta ciudad, lugar de nacimiento del poeta y escritor Iván Frankó (1856-1916), se alza un memorial que recuerda a los más importantes escritores de la literatura mundial, al cual se incorporó ese mismo día una lápida de bronce representando el busto del autor del Quijote3.
Detalle de la tercera
lápida
Esta segunda lápida tampoco sería la definitiva, aunque no he tenido noticias de que hubiera vuelto a ser víctima del vandalismo. A primeros de junio de 2019 pasé por el Parque de Andalucía y pude comprobar que había sido sustituida por una nueva -desconozco la fecha exacta del cambio- que recupera la redacción original de la primera lápida, diferenciándose de ésta tanto en el material en el que está realizada -una piedra negra tallada en lugar de una lámina metálica estampada- y en el texto que en esta ocasión es bilingüe, en ucraniano y español. Asimismo, desaparece la referencia explícita a Alcalá sustituida por una más genérica a España.
jardín de los
cerezos, al lado de casa...
plantado 31 de mayo de 2014, por los
ucranianos que viven en España,
en la conmemoración del 200
aniversario por el nacimiento de
TARAS SHEVCHENKO
y la memoria
eterna de sus descendientes espirituales
HEROES DE LA CENTENA
CELESTIAL
que han muerto durante la revolución de la dignidad
nacional
en UCRANIA (2013-2014)
Tampoco esta tercera lápida tuvo más suerte, ya que a finales de 2020 pasé por allí y pude comprobar que también había sido salvajemente vandalizada. Puesto que todo parece indicar que no se trata de simple gamberrismo sino de acciones deliberadas de intencionalidad política muy determinada, no parece que fuera demasiado difícil averiguar quien o quienes pueden ser los responsables de los destrozos, cuya identificación, neutralización y castigo por daños a un bien público sería conveniente y acertado.
1 Ver:
Las
estatuas dedicadas a personajes históricos ubicadas en la vía
pública
Las estatuas
dedicadas a personajes históricos ubicadas en recintos
privados
Las lápidas
políticas de Alcalá
Publicado el 26-10-2016
Actualizado el
30-12-2020