Sonda espacial norteamericana, lanzada el 25 de enero de 1994. Se trataba de un proyecto militar diseñado por la Armada de este país, y su misión principal era la de probar una serie de nuevos instrumentos capaces de detectar misiles balísticos en vuelo.

Sin embargo, sus constructores propusieron a la NASA cooperar en el proyecto, por lo cual la sonda fue equipada con instrumental adicional que le permitiría cartografiar con gran detalle la superficie lunar, una iniciativa sumamente interesante dado que desde la cancelación del Proyecto Apolo treinta años atrás nuestro satélite había quedado fuera del ámbito de interés de la agencia espacial norteamericana.

La Clementine era una sonda de pequeño tamaño, un cilindro de apenas dos metros de largo por metro y medio de diámetro y un peso, excluido el del combustible de los motores, de alrededor de unos 200 kilos. No obstante su modestia, la sonda realizó un magnífico trabajo desde que entró en órbita lunar, a unos 400 metros de altitud, el 19 de febrero de 1994 hasta que la abandonó el 3 de mayo de ese mismo año, tomando cerca de dos millones de imágenes con una resolución de 15 metros que cubrían el 99% de la superficie total, incluyendo algunas zonas muy poco conocidas como los polos lunares.

Terminada la primera fase de su misión, estaba previsto que la Clementine se dirigiera hacia el asteroide Geógrafos, pero un fallo informático provocó una maniobra errónea que impidió el desarrollo del plan previsto.

No obstante este percance, la misión de la Clementine fue sumamente satisfactoria, e incluso se llegó a especular sobre la posible detección de hielo en el fondo de cráteres resguardados de la radiación solar, dato que fue confirmado en 2009 por la sonda india Chandrayaan 1 y por la norteamericana LCROSS.