Satélite de comunicaciones



Satélite artificial cuya principal misión es la de actuar como repetidores de las señales de radio o televisión conectando de forma directa puntos de la superficie terrestre a los que, por estar demasiado alejados entre sí, la curvatura de nuestro planeta les impide una conexión directa. Estos satélites suelen ocupar órbitas geoestacionarias, por lo que, al permanecer inmóviles en el firmamento, es posible recibir su señal mediante antenas parabólicas fijas. Puesto que su área de cobertura, aunque amplia, es limitada, en muchas ocasiones varios satélites similares están dispuestos tejiendo una red de cobertura hemisférica, o global.

Aunque desde un punto de vista riguroso el primer satélite de comunicaciones de la historia fue el norteamericano Echo-1, ciñendonos a lo que hoy se entiende como tal -el anterior fue un simple globo reflector puesto en órbita en 1960- se ha de considerar como tal al también norteamericano Telstar-1, lanzado en 1962, al que siguió un año más tarde su gemelo Telstar-2. En 1964, tras los fracasos de sus dos predesores, el Syncom 3 se convertiría en el primer satélite geoestacionario de la historia. A éstos siguieron otros muchos, siendo los más conocidos los Intelsat, Eutelsat, Astra o los españoles Hispasat.

Otro tipo de satélites de comunicaciones son los diseñados para establecer una red de telefonía móvil, como los Iridium.


Publicado el 8-11-2008