Turismo espacial



Hasta hace tan sólo unos años, el espacio estaba al alcance tan sólo de los astronautas profesionales, en un principio norteamericanos y rusos a bordo de sus respectivos vehículos espaciales, y más tarde de otras nacionalidades -principalmente europeos o japoneses- en virtud de acuerdos gubernamentales, a los que hay que sumar los reciente vuelos tripulados chinos.

Sin embargo, a partir de 2001 la agencia espacial rusa Rosaviakosmos abrió la puerta a los particulares que, previo pago de una considerable suma, desearan realizar un viaje al espacio aprovechando los huecos existentes en su programa de vuelos tripulados. El primer turista espacial fue el norteamericano Dennis Tito, que desembolsó la friolera de 20 millones de dólares -parte de esta cantidad estuvo destinada a sufragar el adiestramiento necesario para el viaje- por una estancia de apenas una semana en la Estación Espacial Internacional, a la que llegó a bordo de una cápsula Soyuz.

La iniciativa rusa, cuyo confesado fin era el de recaudar fondos para las exhaustas arcas de su agencia espacial, fue muy criticada por sus colegas de la NASA, que la tildaron de frívola, lo que no impidió que ésta siguiera adelante con sus planes. Puesto que en el mundo no faltan los millonarios ociosos, hasta el momento han sido cinco los turistas espaciales que han recurrido a este costoso plan de vacaciones, el último por ahora en abril de 2007, existiendo una abultada lista de espera.

Independientemente de la oferta rusa, algunos empresarios privados comenzaron a desarrollar proyectos de vuelos turísticos al margen de las agencias espaciales gubernamentales, siendo el más conocido de ellos el SpaceShipOne de Virgin Galactic, que no pasó de la etapa de prototipo siendo reemplazado por su hermano mayor SpaceShipTwo. Su gran rival es Blue Origin con su vehículo New Shepard, mientras XCOR Aerospace, que empezó a diseñar el avión cohete Lynx, quebró en 2017.

En todos estos casos se trataba de simples vuelos suborbitales de corta duración, mucho más modestos que los anteriores, lo que no impide que el coste de una plaza sea, literalmente, astronómico. Tras varios años de ensayos, el SpaceShipTwo y el New Shepard realizaron sus primeros vuelos tripulados en julio de 2021, con apenas unos días de diferencia.

Los planes de Space X, que ya ha realizado varias misiones a la Estación Espacial Internacional, son mucho más ambiciosos en lo referente al turismo espacial, ya que contemplan incluso un viaje orbital alrededor de la Luna. Su primera misión, bautizada Inspiration4, tuvo lugar en septiembre de 2021. Con cuatro turistas espaciales a bordo, ninguno de los cuales era piloto, realizó un vuelo orbital de tres días de duración en una cápsula Dragon alcanzando una altura de 585 kilómetros, superior a la de la Estación Espacial Internacional, aunque no se acopló con ella.

Más allá de esta iniciativa existen también planes para la construcción de hoteles espaciales, tales como los Módulos Génesis, que hoy por hoy no han pasado todavía de la fase de proyecto o de los primeros ensayos, sin que esté nada clara su viabilidad tecnológica y económica.


Publicado el 9-11-2008
Actualizado el 21-9-2021