N-1
Cohete lanzador diseñado por el ingeniero soviético Serguei Korolev, que dirigió su diseño hasta su muerte dejándolo inconcluso, por lo que fueron sus ayudantes quienes continuaron con su labor.
Se trataba de un cohete gigantesco, equivalente al Saturno V norteamericano, ideado para poder llevar cápsulas tripuladas a la Luna dentro de la carrera espacial desatada entre las dos superpotencias durante los años sesenta del pasado siglo.
El N-1 contaba con tres etapas para la puesta en órbita más otras dos para la misión lunar, con una altura total de 103 metros. Al cohete iba acoplada la parte tripulada de la nave, bastante similar al norteamericano del Proyecto Apolo con una cápsula Soyuz y un módulo lunar para descender hasta la superficie de nuestro satélite.
Paralelamente a los éxitos del Proyecto Apolo los soviéticos no hicieron sino cosechar fracasos. El problema principal fueron los motores, ya que por discrepancias entre Korolev y Valentin Glushko, el principal experto en ellos, finalmente el primero tuvo que recurrir a los diseños de Nikolai Kuznetsov, ideados para aviones a reacción pero no para vehículos impulsores. Esto motivó un gran incremento en la complejidad del diseño del N-1, al que hubo que equipar nada menos que con una treintena de impulsores, lo que convertía en prácticamente imposible la sincronización de los mismos.
Aunque la muerte de Korolev en 1966 fue un mazazo para el programa lunar soviético, sus colaboradores siguieron adelante con el proyecto. El lanzamiento del primer N-1 tuvo lugar el 21 de febrero de 1969, tan sólo cinco meses antes de que el Apolo 11 realizara su histórico viaje a la Luna, y se saldó con un completo fracaso debido al fallo de los cohetes impulsores de la primera fase.
Un segundo intento, efectuado el 3 de julio de 1969, se saldó con otro fracaso también por fallos de la primera fase, cayendo el cohete sobre la rampa de lanzamiento.
Tras la exitosa misión del Apolo 11, y perdido ya el primer acicate de ser los primeros en llegar a la Luna, las autoridades soviéticas se plantearon cancelar el programa. No obstante, hubo dos intentos más, en junio de 1971 y en noviembre de 1972, donde pese a las mejoras de diseño introducidas tan sólo se consiguió que los prototipos volaran durante apenas unos segundos antes de quedar destruidos.
Ésta fue la puntilla definitiva del proyecto N-1, cuyo proyecto fue cancelado de forma definitiva el 2 de mayo de 1974.
Publicado el 8-11-2008