Cohete lanzador desarrollado en los años 60 del pasado siglo por los Estados Unidos a partir de sus predecesores Júpiter C y Redstone, así como del misil Navajo. Aunque en un principio se ideó con fines militares en 1965 fue transferido a la NASA, que decidió aprovechar su capacidad para lanzar cargas pesadas a órbitas bajas convirtiéndolo en el germen de la familia de lanzadores Saturno encargados de enviar al espacio las cápsulas del Proyecto Apolo, el Saturno IB y el más potente Saturno V.

Durante su vida operativa, que se extendió entre 1961 y 1965, se realizaron un total de 10 lanzamientos del Saturno I, la mitad de ellos ensayos, mediante los cuales se hicieron pruebas para el Proyecto Apolo y se pusieron en órbita tres satélites Pegasus.