Alcalá de Henares en el siglo XXI
Urbanismo





Calle del nuevo barrio de El Olivar. Fotografía tomada de Google Maps



La derrota electoral del PSOE en 2003 trajo como primera consecuencia la inmediata supresión del plan de peatonalización del casco antiguo, una de las iniciativas estrella de Peinado y también de las más contestadas por algunos sectores de la ciudad, en especial por los comerciantes del centro. Paradójicamente, los sucesivos gobiernos municipales del PP entre 2003 y 2015 fueron peatonalizando de tapadillo y poco a poco, conforme se iba renovando la pavimentación, las diferentes transversales de la calle Mayor y las calles Cerrajeros y Cardenal Cisneros.

Aunque Bartolomé González cumplió su promesa electoral de suprimir el plan de peatonalización de Manuel Peinado, no hizo lo propio con la de construir un aparcamiento subterráneo en la plaza Cervantes, una iniciativa discutible desde el punto de vista de la conservación del patrimonio y dudosamente viable a causa del elevado nivel freático del subsuelo de la zona, compensándolo con la construcción de varios aparcamientos públicos subterráneos: el de San Lucas, junto a la plaza de Atilano Casado, inaugurado en marzo de 2006, el de la Paloma, tras el colegio de Málaga, abierto al público en mayo de 2007 y, por último, el ubicado en los sótanos del nuevo mercado municipal de abastos, que comenzó a funcionar en septiembre de 2008.

Mucho más controvertidas fueron las obras del nuevo recinto ferial en la isla del Colegio, iniciadas a finales de 2005 y concluidas en vísperas de las ferias de San Bartolomé de agosto de 2006, que se celebraron por vez primera allí, al considerarse por algunos una grave agresión a las riberas del Henares aunque el recinto ferial abarca tan sólo una parte de la superficie total de la isla y no se acerca al río en ningún punto, aunque sí está bordeado por el caz en el que fueron construidos tres pontones para facilitar el acceso. En cualquier caso, Alcalá ganó un nuevo parque siendo de lamentar que no se ajardinara el resto de la isla.

A finales de octubre de 2009 quedó inaugurada la remodelación largamente anunciada de las eras del Silo, que convirtió ese céntrico solar en un aparcamiento y una zona ajardinada; aunque se anunció la construcción de un paso bajo el talud del puente de la carretera de Daganzo para comunicarlo con el parque O’Donnell, ésta no se llevó finalmente a cabo. En 2010 le llegaría el turno, no sin polémica, al paseo fluvial de la Tabla Pintora, donde se levantó un muro de cemento que, tras las protestas ciudadanas, sería finalmente recortado y sustituido por una barandilla de madera. A este paseo le siguió, en agosto de 2022, la apertura de un recorrido de tres kilómetros y medio por la ribera del Henares y el caz de la Esgaravita desde la plaza de la Juventud hasta el camino de los Afligidos.

Las intervenciones urbanísticas en el casco antiguo se iniciaron en 2001, todavía con Manuel Peinado en la alcaldía, con la polémica remodelación de la emblemática plaza de San Diego. En diciembre de 2008, ya bajo el mandato de Bartolomé González y coincidiendo con el décimo aniversario de la declaración de Alcalá como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, se abrieron varias vías peatonales. La primera de ellas fue el callejón del Pozo, que discurre entre las calles Colegios y Basilios separando el antiguo convento de este nombre de las instalaciones del nuevo Parador de Turismo, mientras el resto lo constituye el complejo formado por la plaza de San Lucas, ubicada sobre el aparcamiento público de este nombre, junto al antiguo edificio que en su día albergara al hospital universitario de esta advocación, y dos callejones que hasta el momento permanecían cegados, el de las Santas Formas y el del Horno Quemado, que la unen con las calles de Libreros y Nebrija respectivamente.

La plaza de San Lucas, con el típico diseño urbanístico “duro” -es decir, sin la menor concesión al mobiliario urbano ni al ajardinado- que tan de moda está entre los arquitectos actuales y tan poco acorde resulta con la climatología española, permitió dejar al descubierto algunos interesantes restos de la antigua muralla de la ciudad que salieron a la luz durante las obras. Consciente el Ayuntamiento de su “dureza”, procedió años después a una remodelación de su superficie dotándola de mobiliario urbano, pérgolas y ajardinamiento, así como de un paso de peatones para permitir el cruce de la Vía Complutense entre la plaza y la calle Eras de San Isidro evitando tener que rodear por Atilano Casado o la calle Sebastián de la Plaza. Aunque el proyecto fue anunciado en marzo de 2023 las obras no comenzaron hasta junio de 2024, inaugurándose la nueva plaza el 19 de febrero de 2025.

En 2018 el Ayuntamiento abordó un proyecto de semi peatonalización de la plaza de Cervantes que, respetando la zona central, contemplaba cortar al tráfico la calzada del lado de los soportales, cambiando de sentido la opuesta. La obra se complementaba con una remodelación total de la calle Libreros, en la cual se ensancharían las aceras dejándola asimismo de sentido único, entrando el tráfico por la puerta de Mártires y saliendo por la plaza de Rodríguez Marín. En la puerta de Mártires, por último, se construiría una rotonda para distribuir el tráfico en la confluencia de las calles Libreros, Sebastián de la Plaza y la avenida de Guadalajara. Las obras comenzaron a principios de julio y se ejecutaron por fases, con varias interrupciones provocadas por las ferias de San Bartolomé, el Mercado Cervantino y las fiestas navideñas.

Sin embargo, finalmente se decidió ir un paso más allá optando por la peatonalización total de la plaza de Cervantes -junto con la de Rodríguez Marín-, la calle Libreros, la plaza de San Diego y las calles que confluyen en ella y el tramo de la calle del Tinte que discurre entre Libreros y Santiago, en esta ocasión sin la menor protesta por parte de los comerciantes ni de ningún otro colectivo. Las obras concluyeron en el verano de 2019 con el beneplácito general, aunque no sin polémica por el arrinconamiento de la emblemática fuente de los Cuatro Caños, que fue desplazada al fondo de la plaza y privada de agua. Había pasado poco más de un año cuando a finales de 2020 volvieron las obras a la plaza de Cervantes y de la vecina de Rodríguez Marín para renovar un colector de saneamiento y remodelar las conducciones eléctricas, y si bien parte de estas intervenciones se realizaron en la zona central que no se había visto afectada por la reforma del año anterior, también se levantó parte del pavimento recién colocado. Lo cual, sumado al rápido deterioro de muchas de las losas de la calle Libreros, induce a dudar sobre la eficaz planificación y ejecución de estas importantes obras.

El éxito de la peatonalización de la plaza de Cervantes y la calle Libreros animó al ejecutivo municipal a seguir adelante en otras zonas del casco antiguo. Entre mayo y agosto de 2020 se cerraron al tráfico la plaza de los Santos Niños y las calles San Juan, Tercia y parte de las de Postigo, Empecinado y Escritorios, reordenándose los sentidos de circulación en el resto de las calles de la zona. En principio la medida fue adoptada para facilitar el paseo mientras durase el estado de alarma, pero en mayo de 2021 la peatonalización se convirtió en definitiva. Asimismo, la calle de los Colegios y el primer tramo de la de Santo Tomás pasaron a ser peatonales durante los fines de semana y festivos y peatonales con tráfico restringido tiempo después.

Una vez liberada de tráfico la plaza de los Santos Niños el Ayuntamiento anunció su próxima remodelación tras la realización de un estudio arqueológico, ante la previsible existencia de restos medievales e incluso visigodos, iniciado en noviembre de 2021. Una vez recuperada la normalidad tras la pandemia en 2022 el Ayuntamiento decidió continuar con las reformas de las calles del casco antiguo abordando la del eje Escritorios-Santa Úrsula-Colegios. No obstante sería en octubre de 2023, conforme con la obligación legal de crear una zona de bajas emisiones de gases contamiantes, cuando se aprobó un ambicioso plan que abarcaba más de una veintena de calles y plazas del casco antiguo, principalmente en las zonas del oeste y el sur, afectando entre otras a calles tan importantes como Cardenal Sandoval, Escritorios Empecinado, San Julián, el eje Trinidad-Cárcel Vieja-Emperador Fernando o la calzada de la plaza de Palacio, en todas las cuales se implantó la prioridad peatonal. Las obras se iniciaron en diciembre de ese año y continuaron durante 2024 y los primeros meses de 2025, estando todavía en ejecución algunas de ellas en el momento de actualizar esta reseña.

Fuera del casco antiguo se acometió la semi peatonalización, con el mismo diseño, del eje Ángel-Talamanca. Las obras comenzaron las obras en agosto de 2023 quedando terminadas en abril de 2024. En noviembre de este año el Ayuntamiento anunció otras dos intervenciones de importancia, la remodelación de la avenida de Guadalajara y de la zona interior de la plaza de Cervantes, ambas todavía sin iniciar.

A lo largo de 2018 y 2019 se ejecutaron también otras obras de calado tales como la remodelación integral de los parques Salvador de Madariaga, Manuel Azaña, Magallanes y Juan de Austria, el cambio de lugar de la rotonda central de la puerta de Aguadores, el rediseño del trazado del arco formado por las calles Andrés Saborit y el Paseo de los Curas o la construcción de numerosas rotondas en distintos puntos de la ciudad, algunas de las cuales resultaron ser de dudosa utilidad a la hora de regular el tráfico, lo que no impidió que se siguieran construyendo durante los siguientes años.

En 2021 le llegó el turno al cierre parcial del parque O’Donnell, cuya parte norte fue vallada por el paseo de los Pinos y por el paseo que prolonga a la calle Daoíz y Velarde hasta la Vía Complutense. No obstante, la decisión a mi entender equivocada de mantener abierto el segundo dejó sin vallar la parte sur del parque entre este paseo y la Vía Complutense, precisamente su parte más antigua y donde se encuentran el estanque y varias de las esculturas del Museo al Aire Libre.

A causa de las obras de la plaza de Cervantes, el 25 de junio de 2018 fueron trasladadas, fuera de ésta y de la contigua de Rodríguez Marín, todas las paradas de autobús existentes en ambas, como preludio de una remodelación integral de la red de autobuses urbanos que tuvo lugar el 21 de febrero de 2019, siendo los puntos más destacados la creación de una línea circular y el traslado definitivo de las paradas de autobuses de la plaza de Cervantes fuera del casco antiguo, principalmente a la Vía Complutense o a la Puerta de Mártires. En julio de 2020 se modificó el trazado de algunas de las líneas para mejorar el servicio, retocándose de nuevo en diciembre de 2021, mientras en marzo de 2024 se ampliaba el recorrido de la línea 9 para dar servicio al barrio de El Olivar.

Consolidados los barrios construidos a finales del siglo XX, El Ensanche, Espartales Sur y La Garena principalmente, ya en el siglo XXI Alcalá se siguió expandiendo por Espartales Norte, los terrenos de la antigua fábrica Gal, La Garena Sur al otro lado de la vía del ferrocarril entre ésta y la avenida de Madrid, y El Olivar y Las Sedas, entre las carreteras de Daganzo y Camarma.

El patrimonio complutense sufrió una nueva dentellada con el derribo en 2022 de la finca Casablanca, situada entre la avenida de Meco y la calle de la Senda Perdida, víctima de la especulación al estar previsto construir en su solar una promoción urbanística de lujo. Ante las críticas ciudadanas al Ayuntamiento por su inacción éste respondió que la finca no estaba catalogada, razón por la cual no había podido negar la licencia de construcción, obviando que esta falta de protección se debía a su falta de interés por hacerlo. Aunque esta finca databa de la década de 1940 y su valor artístico era limitado, era una de las escasas muestras arquitectónicas de la Alcalá de esa época y, aunque sólo fuera por ello, debería haberse conservado junto con su amplio jardín, pudiendo haberse convertido en sede de algún servicio municipal o cultural con el jardín anejo... pero no fue así.

En el apartado de futuribles cabe reseñar varios proyectos urbanísticos. En enero de 2023 tuvo lugar la recalificación de un terreno rústico situado junto al Torote para facilitar el traslado de Química Sintética, liberándose su actual ubicación situada en pleno casco urbano, y en abril de este mismo año el Ayuntamiento y Roca firmaron un acuerdo que de momento contemplaría la habilitación de un aparcamiento dentro del recinto de la antigua fábrica vecino al paseo de los Pinos, mientras a medio plazo se contemplaría la urbanización de su solar. Por último, en enero de 2024 el Ayuntamiento recibió de la CAM la transferencia del tramo de la carretera de Camarma comprendido entre la autovía y la rotonda que da acceso a la avenida de Gustavo Adolfo Bécquer, que pasó a ser de titularidad municipal, aprobándose un año más tarde, en enero de 2025, el proyecto de urbanización que contempla una avenida de dos calzadas con varios enlaces a los barrios de Espartales, Las Sedas y El Olivar. Por último, en septiembre de 2024 se anunció la próxima construcción de una torre de 26 plantas, bautizada como Torre Cervantes, en la avenida de Madrid frente al cruce de Nuestra Señora de Belén.



Publicado el 10-12-2007
Actualizado el 24-2-2025