Misión cumplida



El cárdeno rayo hendió el aire impactando contra la colosal mole de la antigua catedral. Ésta se encendió en el mismo color, semejando ser durante unos segundos una etérea arquitectura de luz. Cuando finalmente ésta se disipó, el centenario edificio había desaparecido sin dejar el menor rastro.

-Bueno, esto era lo último que quedaba por demoler -comentó el alienígena que manipulaba el artefacto del que había surgido el mortífero rayo-. Por fin el planeta ha quedado libre de cualquier vestigio de la plaga.

-Sí, ya era hora después de todo lo que nos ha costado regenerarlo tal como lo habían dejado -respondió éste-; lo que no entiendo es que fueran capaces de destrozarlo y contaminarlo de tal manera, al fin y al cabo era su único hábitat ya que ni siquiera habían logrado viajar a su propio sistema planetario, y si lo envenenaban se envenenaban ellos mismos... y anduvieron cerca.

-No se puede decir que fueran demasiado inteligentes -corroboró el primero rascándose la antena con el palpo de su tentáculo superior-, de hecho resultó un juego de niños exterminarlos; pero limpiar toda la porquería que dejaron sí nos ha dado trabajo, y mucho además.

-Por lo menos hemos logrado dejar el planeta limpio y terso como si nunca hubieran existido; aunque hay quienes critican que no se conservara este último edificio como testimonio del pasado.

-¿Para qué? -respondió su compañero con el equivalente de su raza a un gesto irritado-. Siempre tiene que haber alguno que se dedique a tocar las antenas sin aportar nada positivo. ¿Qué sentido tenía recordar a esta plaga? Mejor borrar su existencia como si jamás hubieran existido. ¿Acaso hicieron algo positivo en toda su existencia como especie dominante del planeta? Más de lamentar es la desaparición de todas las especies animales que se extinguieron por su culpa, y eso que los genetistas han prometido recuperar al menos algunas de ellas gracias al ADN que han logrado rescatar.

Asintiendo tácitamente el interpelado le ayudó a recoger el descohesionador, ya innecesario, introduciéndolo en el compartimento de carga del deslizador, tras lo cual ambos volvieron a la nueva y acogedora ciudad, que alzaba su esplendoroso perfil varios kilómetros más allá, con la satisfacción del deber cumplido.


Publicado el 11- 4-2022