Caperucita Indómita



Caminaba Caperucita por el bosque, camino de la casa de su abuelita, cuando al doblar un recodo en lo más recóndito de la espesura se topó con el taimado Lobo Feroz.

-¿Dónde vas, Caperucita, por estos apartados lugares? -le preguntó la fiera con fingida amabilidad.

La muchacha no se arredró y, soltando la cesta con comida que su madre había preparado para su abuela, empuñó la escopeta de su padre, que llevaba terciada al hombro, descerrajándole dos tiros a bocajarro sin mediar respuesta alguna.

El lobo se desplomó sin tiempo siquiera para suspirar, abatido de forma fulminante por los dos certeros disparos.

-Éste ya no molestará más -se dijo la audaz Caperucita colgándose de nuevo la escopeta y recogiendo la cesta; todavía le quedaba bastante camino por recorrer, y no era el difunto lobo el único peligro que acechaba en el bosque.

Con lo que no contaba era con la presencia cercana de una patrulla de guardabosques que, al oír los disparos, se encaminaron al lugar en el que acababa de ocurrir la tragedia, arrestando a Caperucita y trasladándola a su cuartel junto con el cadáver de la fiera.

Aunque Caperucita logró salir en libertad bajo fianza, deberá enfrentarse a cargos por uso de un arma sin licencia, la cual le fue incautada para disgusto de su padre, y por haber matado a un animal protegido y en peligro de extinción. Su abogado le ha prometido que hará cuanto pueda por defenderla, pero que resultará difícil librarla cuanto menos de una fuerte multa y de una orden de alejamiento del bosque.

La acusación particular, promovida por la loba viuda con el apoyo de varios grupos animalistas que han aprovechado para reclamar la concesión de ciudadanía a los lobos y a otros animales del bosque, le reclama el pago de una fuerte indemnización en beneficio de la viuda y de sus lobeznos, así como que sea condenada a una fuerte pena de cárcel por asesinato con premeditación, como lo demuestra el hecho de que llevara la escopeta cargada y sin seguro y que disparara a su desarmada víctima sin advertencia previa y sin haber sido atacada ni amenazada en ningún momento.

Por último una asociación feminista, vinculada a un partido político de extrema izquierda, ha denunciado la criminalización de lo que a su entender no fue sino un acto de legítima defensa frente a una presunta agresión machista, exigiendo que Caperucita sea declarada inocente y exonerada de todos los cargos que injustamente se le imputan, reivindicando el derecho de las mujeres a atravesar libremente el bosque sin miedo y sin que nadie las importune o amenace en ningún momento.


Publicado el 13-7-2020