Caperucita Rosa



-Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes! -se extrañó la niña.

-¡Son para comerte mejor! -exclamó el Lobo Feroz abalanzándose sobre ella.

-¡Un lobo! -gritó aterrada Caperucita.

-¡Un chico! -gritó a su vez el Lobo al descubrir con sorpresa el verdadero sexo de su víctima cuando ésta, en su brusco retroceso para huir de su embestida, perdió la capucha que hasta entonces había cubierto su cabeza.

Meses después, y acogiéndose a una ley recientemente aprobada, ambos contraían matrimonio.


Publicado el 25-9-2006 en el Sitio de Ciencia Ficción