Comida basura
-Señor conde, lamento decirle que se está destrozando el hígado. -la expresión del médico no podía ser más adusta- Como siga empeñado en no cambiar a una dieta más saludable, le aseguro que acabará teniendo serios problemas de salud.
-¿Y qué quiere usted que haga? -gimió el pálido aristócrata- Lo que me pide no es nada fácil en estos tiempos que corren... ¿Sabe usted el trabajo que cuesta hoy en día conseguir comida sana?
-Bien, -condescendió el galeno- reconozco que no le falta razón en lo que dice, pero de todos modos debería esforzarse por intentarlo. Por muy sencillo que le resulte capturarlos, la sangre de los borrachos con la que usted se viene alimentando desde hace tiempo le está matando poco a poco... el alcohol es un veneno muy efectivo, y sus efectos son además acumulativos.
-No creo que la muerte sea precisamente una de mis preocupaciones. -ironizó el noble transilvano- Pero si me apura es todavía peor, porque no soy en modo alguno inmune a los dolores y éstos se están haciendo cada vez más intensos.
-En fin, señor Drácula, la solución está exclusivamente en sus manos. -suspiró su interlocutor- Yo no puedo hacer más de lo que ya he hecho.
-Pues lo veo difícil, porque por la noche no hay quien encuentre ya a nadie razonablemente sobrio... todavía me veo a dieta de hemoderivados de bote. -remachó haciendo un gesto de repugnancia- Pero en fin, en lo que hay. De todos modos, le estoy muy agradecido por sus consejos, y le aseguro que haré todo lo posible por seguirlos. Buenas noches, doctor.
Instantes después la sombría silueta de un murciélago se perfilaba sobre el luminoso disco de la luna llena antes de sumirse en la estigia oscuridad nocturna.
Publicado el 22-5-2006 en el Sitio de Ciencia Ficción