Creación incompleta



-¡Maldito! ¿Por qué me hiciste eso?

La criatura tenía aferrado a su creador por el cuello, amenazando estrangularlo con sus poderosas manos. Pero no era ésta su intención; por mucho que odiara a su indefensa víctima, todavía le necesitaba vivo.

-Yo... yo... -jadeó trabajosamente Víctor Frankenstein luchando por llevar aire a sus doloridos pulmones- Yo nunca pensé que eso fuera necesario...

-¡Pues ya lo ves que sí lo era! -rugió el deforme coloso- ¡Lo quiero, y lo quiero ya!

Temiendo que su incontrolada fuerza pudiera causarle daños irreversibles, el monstruo soltó al exánime doctor Frankenstein, que resbaló por la pared hasta quedar sentado en el suelo. Tras comprobar que respiraba, amenazó:

-Volveré dentro de tres días, y ¡ay de ti si no lo tienes preparado! Recuerda, sólo tres días.

Y abandonó el destrozado laboratorio, dejando al maltrecho émulo de Prometeo a solas con sus propios pensamientos.

-¿Dónde coño encuentro yo, de aquí a tres días, unos testículos frescos? -se preguntaba con preocupación.


Publicado el 7-3-2006 en el Sitio de Ciencia Ficción