La verdadera historia de Helena de Troya



La ira de Menelao se hacía sentir en toda Esparta. El ingrato Paris, traicionando su hospitalidad, había seducido a su esposa, la bella Helena, huyendo con ella a la corte de su padre, el rey Príamo de Troya.

Agamenón, el poderoso rey de Micenas, viajó a Esparta para ayudar a su hermano a vengarse de los troyanos, prometiéndole que no cejarían en su empeño hasta que no lograran traer a Helena de vuelta a Esparta.

-¡Y a mí qué me importa esa z****! -le espetó el burlado esposo-. ¡Que se la quede Paris, se la regalo! Menudo favor me hizo ese miserable llevándosela lejos de Esparta; yo ya estaba hasta la cimera de ella y de sus continuos caprichos, pero no sabía como quitármela de encima.

Ante la sorpresa de Agamenón y de todos los presentes, continuó:

-Pero la muy sinvergüenza se llevó todas mis tarjetas de crédito, dejándome sin liquidez. ¿Cómo voy a poder hacer frente ahora a los gastos del reino? Lo único que pretendo es recuperar mis tarjetas, sobre todo la Hélade Express Gold, ellos dos me traen completamente sin cuidado. Pero verás -remachó con sarcasmo- lo poco que tarda en hartarse de aguantarla.

Y así fue como comenzó la guerra de Troya.


Publicado el 25-4-2020