La verdadera historia de los Reyes Magos (III)
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del Oriente a Jerusalén unos magos, diciendo:
-¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente, y venimos a adorarle.
Y he aquí la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegando a Belén se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron ricos presentes.
Melchor le entregó una memoria USB con un importante saldo en criptomonedas.
La ofrenda de Gaspar consistió en una cartera de activos subyacentes basada en opciones financieras y futuros financieros de empresas de reconocida solvencia.
Baltasar, por último, aportó acciones de empresas tecnológicas junto con deuda soberana de varios importantes países.
Una vez hubieron partido camino de sus lejanas tierras, José espetó a María:
-¿Pero qué se creen estos individuos? ¿Acaso no han caído en la cuenta de que tanto tú como yo somos analfabetos digitales y financieros? ¡Si ni siquiera sabemos usar los cajeros automáticos! ¿No habría sido mejor que nos hubieran traído cosas sencillas y útiles como oro, incienso y mirra? ¿Qué demonios quieren que hagamos con esta bambolla que no entiende ni dios? Y luego vendrán los de Hacienda a trincar su parte, porque encima seguro que los muy sinvergüenzas lo habrán declarado como donación para poder desgravarse.
-Calla, José, no seas desagradecido -le reprochó su mujer-. Ellos no tenían obligación de regalarnos nada, así que confórmate con lo que nos han dado; siempre podrás ir a algún cambista para que nos lo cambie por denarios. Sí, ya sé que son todos unos miserables usureros y nos darán una miseria, pero siempre será mejor esto que nada.
Publicado el 28-5-2024